martes, 9 de octubre de 2012

El PTC, orientador de las victorias


   El 10 de octubre de 1945, de hace 67 años, se fundó el PTC, Estado Mayor de la revolución coreana y gran fuerza orientadora. Por tanto, la fecha luce en su orgullosa historia saturada de victorias y glorias. 

    El 15 de agosto de 1945, el Presidente Kim Il Sung concluyó victoriosamente la revolución antijaponesa de más de 20 años y liberó el país del coloniaje nipón. Corea liberada debió construir el poder y las fuerzas armadas regulares, y al mismo tiempo, cumplir con la revolución democrática antiimperialista y antifeudal. Para llevarlo a feliz cabo, era preciso fundar cuanto antes el Estado Mayor de la revolución, el partido. 

   El Presidente Kim Il Sung presentó en su discurso pronunciado el 20 de agosto de 1945 ante los cuadros políticos y militares, la orientación global de poner en práctica la causa de la fundación del partido, incluyendo el asunto de organizar el órgano de dirección central del partido. Con miras a materializarla, envió a los combatientes revolucionarios antijaponeses a todas las regiones del país, con el encargo de afianzar las organizaciones de base del partido y engrosar sus filas fundamentalmente con personas de origen obrero, campesino pobre y peón de campo. Les dispuso asimismo poner gran fuerza en la labor para agrupar a los revolucionarios que actuaban de modo disperso en las localidades. A base de tales preparativos que le costaban incansables desvelos y entusiasta conducción, el Presidente  
Kim Il Sung convocó el 10 de octubre de 1945 en Pyongyang el congreso fundacional del partido y proclamó el nacimiento del PTC ante el mundo. Con el exitoso cumplimiento de la obra de la fundación del partido, el pueblo coreano llegó a contar con su propio y poderoso Estado Mayor de la revolución y pudo impulsar con gran éxito la revolución bajo la dirección política. 



   Gracias a la destacada y probada guía del Presidente Kim Il Sung, el PTC logró la unidad monolítica de las filas revolucionarias y se fortaleció y desarrolló como el Estado Mayor político de la revolución con invencible combatividad y probada capacidad de mando. Aunque construía y defendía el socialismo en medio de la severa situación en que se encaraba de modo permanente al imperialismo norteamericano, condujo la patria y el pueblo sólo a la victoria y gloria sin sufrir ningún fracaso y estancamiento. 

   El Presidente Kim Il Sung dio asimismo perfecta solución a la continuidad de la dirección del PTC, de acuerdo con la demanda de la revolución en desarrollo y el deseo de las masas populares. Por tener al frente al Dirigente Kim Jong Il, el PTC logró asegurar con firmeza la continuidad en la construcción del partido y registrar gran viraje en su labor y actividades. Que consolidó y desarrollado el PTC como invencible partido revolucionario arraigado profundamente en las masas populares y como partido masivo apoyado y confiado en absoluto por el pueblo es la más relevante de las proezas realizadas por él en la construcción del partido. 

   El Dirigente Kim Jong Il orientó con acierto a que él fuera infinitamente fiel a la voluntad y los intereses de las amplias masas populares y todos sus funcionarios estuvieran al tanto de la opinión de aquellas y trabajaran como servidores fieles y abnegados del pueblo, de tal manera que lograra en fase superior la identificación del partido y las masas. 

   Kim Je Il, funcionario de la Imprenta de Libros Docentes Superiores de Pyongyang, apunta: 
   "En varias ocasiones, el Dirigente Kim Jong Il señaló que sólo cuando trabajaran para el pueblo y estuvieran a su servicio, los funcionarios del partido podrían ser servidores fieles a él. Enseñó además que era la obligación y postura de ellos plasmar como tal el ardiente amor de nuestro partido al pueblo, apreciarlo y amarlo de corazón y atender bajo su entera responsabilidad y hasta el fin su vida política. Así, nuestro general trazó múltiples guías programáticas y tomó las medidas imbuidas de amor para fortalecer y desarrollar el PTC como partido-madre, tomando por máxima de su vida el considerar al pueblo como el cielo. Tales historietas emocionantes están inscritas en cada página de la historia de su construcción. Por tanto, nuestro pueblo canta con emoción que el abrazo del partido es el eterno regazo de la madre en que deposita todo su destino y futuro." 

   La dirección del partido constituye la vía umbilical de la causa socialista. Aunque eran indescriptibles las dificultades debido a las ininterrumpidas maniobras aislacionistas y estranguladoras de los imperialistas y las sucesivas calamidades naturales, los coreanos salvaguardaron el socialismo y han entrado en el camino de la construcción de un estado próspero, bajo la sabia guía del partido. Por doquier en el país se han levantado las obras monumentales, lanzado los satélites artificiales de la tierra y exhibido el honor y la dignidad de la nación poseedora de las armas atómicas que nadie puede tocar. Esta maravillosa realidad proporcionó al pueblo coreano la convicción y el optimismo de que vendrían sin duda la prosperidad y felicidad, cuando marchara en pos de la dirección del partido. Realmente, al frente de la lucha se encontraba siempre el PTC, orientador de las victorias. En adelante también, éste, partido de Kim Il Sung y Kim Jong Il, llevará a cabo la causa revolucionaria del Juche bajo el liderazgo del mariscal Kim Jong Un, por muy rigurosas que sean las pruebas y tempestades en el camino de la revolución.