Pyongyang, 12 de octubre (ACNC) -- A través de la
declaración de su portavoz fechada 12, el Comité de Defensa Nacional de la
República Popular Democrática de Corea reveló el carácter engañoso del rumor de
Estados Unidos sobre la no agresión a la RPDC y expuso la posición de
principios de la RPDC sobre el problema de relaciones entre ambos países.
Durante 60 años pasados desde el armisticio en la
Península Coreana, la tensa situación de esta región no se ha extendido a la
guerra, comienza la nota y prosigue:
Eso es el resultado de la justa lucha de nuestro
ejército y pueblo que hicieron ingentes esfuerzos pacifistas aunque sufren la
tragedia de la división de territorio nacional.
El pasado día 3, el secretario de Estado
norteamericano Kerry dijo que su país está preparado para dialogar con la RPDC
si ésta inicia primero la desnuclearización.
Agregó que cuando se haga evidente el comienzo de la
desnuclearización de la RPDC, establecerá las relaciones pacíficas y firmará el
tratado de la no agresión con ella.
Sus palabras son el clímax del cinismo y astucia al
estilo norteamericano, es decir, la prometa de conciliarse con la RPDC si ésta
opta por el desarme.
Ya sabemos que EE.UU., que propuso de repente esta vez
la no agresión, niega obstinadamente la retirada de sus tropas ocupantes del
suelo surcoreano y recurre a todas las artimañas para inducir el
"cambio" y "derrumbe" de la RPDC.
Pues, la demanda de EE.UU. de que se depongan las
armas deviene una burla e insulto intolerables a nuestro ejército y pueblo.
EE.UU. no debe actuar como buen artista que
protagoniza una farsa.
La propuesta de no agresión de EE.UU. no puede
defender la paz ni la seguridad de la Península Coreana. Pero, nuestras fuerzas
armadas revolucionarias de autodefensa con armas nucleares pueden defender y
garantizar lo todo.
En estos días, EE.UU. habla de las relaciones con la
RPDC planteando el problema nuclear sin relajar su campaña de presión anti-RPDC
de todas formas.
Al respecto, se expone la siguiente posición de
principios de la RPDC:
1. Si EE.UU. desea de veras la mejora de las relaciones
con la RPDC debe conocerla correctamente y portarse como digna potencia.
La RPDC no es el país débil de pasado en que fue
pisoteado por las bayonetas de las potencias por no haber contado con su
soberanía y fusiles.
Es absurdo si EE.UU. piensa en que su ofensiva de
"cañones" y la supremacía aérea con que amedrentaba al mundo y
arrodillaba a sus rivales jactándose de la tecnología sofisticada, puedan
asustar al ejército y al pueblo de la RPDC y hacerla temblar con sus perversas
maniobras de aislamiento y aplastamiento políticos y económicos.
La tragedia es que EE.UU. no sabe demasiado de nuestra
República Popular y de nuestro ejército y pueblo que la aprecian más que su
vida.
Si EE.UU. desea de veras la mejora de las relaciones
con la RPDC, debe conocer correctamente a ésta que apoyan hasta decenas de
millones de surcoreanos y portarse como digno país grande.
No debe hablar nunca más del diálogo y de la mejora de
las relaciones anteponiendo las premisas ni del tratado de la no agresión tras
renunciar las armas nucleares.
El ejército y el pueblo de la RPDC no son los que no
puedan distinguir el astuto intento de EE.UU. ocultado en la propuesta del
diálogo y del tratado de la no agresión.
2. EE.UU. debe renunciar, antes de que se haga tarde,
su añejada política hostil anti-RPDC saliendo del caduco modo de pensar.
Durante algún tiempo, en conversaciones a puertas
cerradas con la RPDC, EE.UU. solía decir que no tiene la política hostil a la
primera.
En estos tiempos, lanza una propaganda en ocasiones
oficiales en el sentido de que no tiene la política hostil a la RPDC ni la
intención de derrocar el poder de ella mediante el ataque.
Pero en realidad, sigue definiendo a la RPDC como
"eje del mal" y "país bribón", que actúa sin respetar la
"pauta legal" y la "norma internacional de acción", e
intenta lograr el derrumbe del régimen recrudeciendo gradualmente la campaña de
sanción, aislamiento y bloqueo.
La realidad evidencia que tales palabras de EE.UU. no
pasan de ser una farsa para engañar la opinión pública interna y externa
burlándose del ejército y pueblo de la RPDC.
Para evitar el rencor de sangre y la venganza de
nuestros uniformados y habitantes, EE.UU. debe tomar la valiente decisión de
cancelar su política hostil a la RPDC.
3. EE.UU. debe conocer correctamente el significado de
la desnuclearización de la Península Coreana y cancelar todas las medidas
orientadas a aislar y atropellar a la RPDC.
La desnuclearización de la Península Coreana es la
meta política invariable que quiere alcanzar el gobierno de la RPDC.
Esta desnuclearización comprende toda la Península
Coreana, inclusive el Sur de Corea.
Ella constituye el poderoso medio físico y pacifista
para eliminar hasta la amenaza nuclear de EE.UU. sobre la RPDC abriendo pasos a
la desnuclearización del mundo entero.
Mientras persistan la amenaza y el chantaje de EE.UU.
para tomar a la RPDC, ésta ganará más tiempo provechoso y aquél buscará el
tiempo que aceleraría su destino trágico.
Es decir, la RPDC dispuesta de los medios de ataque
nuclear minimizados, diversificados y precisos prosperará más con el paso de
tiempo, pero EE.UU. será marginado como espuma echada al borde de la historia.
Para liberarse de la tambaleante situación de ahora,
EE.UU. debe cancelar todas las medidas de sanción contra la RPDC inventadas con
pretextos absurdos.
EE.UU. no debe recurrir por más tiempo al chantaje
nuclear que ejerce a cualquier momento sobre la RPDC.
Cuanto más se eleve el grado de amenaza y chantaje
nuclear, tanto más contradictoria será la situación de EE.UU. que se hundiría
en el pantano sin salida.
Especialmente, EE.UU. tiene que tomar la decisión
resuelta de cesar total e inmediatamente todos los actos provocativos como los
ejercicios bélicos de toda índole que se libran con el objetivo de derrocar
nuestro régimen y ocupar nuestro territorio.
Enfatizamos una vez más que ese país debe tomar la
decisión política de cancelar diversas medidas de aislamiento, aplastamiento y
bloqueo contra la RPDC que se aplican como parte de su ambiciosa estrategia de
dar importancia a Asia y Pacífico.
He aquí el camino de la mejora de las relaciones
RPDC - EE.UU. y la garantía de la paz y la seguridad de la Península Coreana y
del propio territorio estadounidense.