Estimados amigos:
Quiero compartir con
ustedes este discurso del querido dirigente KIM JONG UN, quien se dirige a los maestros y alumnos de las escuelas
revolucionarias, a fin de trazar la línea educativa de éstas que se desarrollará
en el futuro, e instándolas a desarrollar cada vez nuevos métodos de enseñanza
y mayor compromiso de sus alumnos para lograr los éxitos deseados y tener una
nueva Corea desarrollada y como potencia próspera.
Espero sea de su agrado
como siempre un abrazo para todos, con el ruego de su difusión.
Atte.
Yuri Castro
Pyongyang, 13 de octubre (ACNC) -- El Mariscal Kim Jong Un envió el 12 de
octubre de 2012 un mensaje a los profesores, empleados y alumnos de la Escuela
Revolucionaria de Mangyongdae y de la Escuela Revolucionaria Kang Pan Sok con
motivo del 65º aniversario de la fundación de las mismas.
El mensaje titulado
"Los hijos de los mártires revolucionarios deben ser fidedignos pilares de
la revolución del Songun que continúen firmemente el linaje de Mangyongdae y el
del monte Paektu" fue entregado el mismo día a los participantes en el
acto conmemorativo de la citada efeméride.
En su obra, el
Mariscal señaló que esas escuelas son las revolucionarias Kim Il Sung y Kim Jong Il, que han sido
fundadas y desarrolladas bajo la dirección de estos Grandes Hombres del monte
Paektu, y las bases de formación de los pilares de la revolución del Songun.
Se refirió a las
inmortales hazañas de dirección de los Grandes Hombres del monte Paektu
registradas en esas escuelas y subrayó que durante los 65 años pasados, ellas
formaron numerosos pilares que desempeñan el papel medular y central en la
sagrada lucha por la defensa de la patria y la prosperidad del país.
Indicando que son muy
importantes la responsabilidad y la misión de las escuelas revolucionarias,
aclaró el deber principal y las tareas de ellas como sigue:
El deber principal es
formar a todos los alumnos como pilares de la revolución del Songun que
continúen firmemente el linaje de Mangyongdae y el del monte Paektu.
Hay que intensificar
la educación ideológica sobre los alumnos.
Al educar
constantemente a los alumnos para que continúen la revolución sucediendo a sus
padres, hay que hacerles confiar absolutamente en el partido y el líder,
salvaguardar en todos los sentidos la gran autoridad de éstos y defenderlos a
costa de la vida.
Es preciso profundizar
de diferentes maneras la educación sobre la convicción y obligación moral
conforme a las características psicológicas por edades de los alumnos, de modo
que todos ellos se hagan los fuertes en la fe y obligación moral que confíen
absolutamente en el partido y el líder, que los han criado, y no abandonen
hasta el final de su vida la bandera roja de la revolución y la gloriosa del
partido.
Hace falta impartir
sustancialmente la educación de Kimjongilismo para hacer a los alumnos cuidar
con mucha devoción cada planta y cada árbol desde la niñez y prepararlos como
patriotas verdaderos de la época del Songun que amen sin límites la patria y el
pueblo y luchen con todo lo suyo por la prosperidad de la patria socialista y
la felicidad del pueblo.
Al concentrar las
fuerzas en la educación de colectivismo y moral, hay que formar a todos los
alumnos como revolucionarios de verdad y hombres de conciencia que sepan pensar
primero en la organización y el colectivo y sacrificarse por éstos y encarnen
bellas costumbres morales y éticas de la era del Songun.
Es preciso prestar
mucha atención a la formación de los alumnos como competente personal
revolucionario con ricos conocimientos científicos y técnicos.
Hay que intensificar
la educación de ciencias básicas como matemática.
Resulta imperioso
prestar especial atención al mejoramiento de la educación de computación.
Lo mismo se debe hacer
con las asignaturas de lenguas extranjeras para que los alumnos puedan dominar
más de un idioma extranjero, sobre todo, hablarlo fluidamente.
De acuerdo con la
misión de las escuelas como bases de formación de los cuadros de reserva del
Ejército Popular, se debe encauzar mucha fuerza a la educación para dar a los
alumnos los conocimientos militares básicos.
Ha de intensificarse
también la educación artística y la educación física. Tomando en cuenta las
demandas de la época, la meta de enseñanza de las escuelas y las
características por edades de los alumnos, es preciso acondicionar mejor las
salas de estudio de las asignaturas y las de entrenamiento y asegurar la
eficiencia real de la base material y técnica de educación ya preparada.
Hay que elevar la
responsabilidad y el papel de los profesores y empleados de las escuelas para
registrar cambio radical en la educación.
Los profesores y
empleados deben atender la vida de los alumnos con el sentimiento paternal para
que éstos consideren las escuelas como entrañables casas natales y nidos de
felicidad. Es decir, deben ser padres verdaderos de los alumnos antes de ser
sus educadores.
Los alumnos de las
escuelas revolucionarias son los hijos del Partido del Trabajo de Corea, que
viven unidos a esta organización con el mismo vaso sanguíneo, y los míos.
Ellos deben esforzarse
tenazmente por prepararse como pilares de la Corea del Songun teniendo siempre
presente la inmensa confianza y benevolencias de los grandes Generalísimos.
Bajo la consigna
"¡Aprendamos para Corea!" presentada por el Generalísimo Kim Jong Il cuando convivía con
los hijos de los mártires revolucionarios de la Escuela Revolucionaria de
Mangyongdae, deben aprender con asiduo ahorrando el tiempo y formarse como revolucionarios
competentes que puedan cumplir papel importante en la lucha por realizar los
anhelos de los Generalísimos.
Los graduados de las
escuelas deben ser pilares y cumplir el papel de vanguardia en continuar
firmemente el linaje de Mangyongdae y el del monte Paektu como los hijos de
Mangyongdae crecidos bajo la guía de los 3 Generales del monte Paektu.
Deben desempeñar el
rol protagónico en apoyar la dirección del partido sobre la revolución mediante
el Songun cumpliendo fielmente sus tareas de trabajo.
Al final del mensaje,
el Mariscal Kim Jong Un expuso su firme convicción de que las escuelas revolucionarias
formarán magníficamente a los hijos de Mangyongdae como pilares fidedignos, que
asumirán en el futuro las responsabilidades del partido, el Estado y el
ejército según la idea y el propósito del partido, y de que todos los hijos de
los mártires revolucionarios serán combatientes vanguardistas que apoyarán con
fidelidad la dirección del Songun del partido.