Se trata de Kim Jong Suk (1917-1949), nacida, el 24 de diciembre en una
familia campesina pobre de Hoeryong de la provincia de Hamgyong del Norte en la
zona septentrional de Corea, cuando este país estaba bajo la ocupación militar
japonés (1905-1945).
A la edad de poco más de 10 años se alzó en la lucha por salvar el
destino del país y el pueblo.
En septiembre de 1935 se alistó en el Ejército Revolucionario Popular de
Corea al mando del General Kim Il Sung.
Desde entonces hasta la liberación del país (15 de agosto de 1945)
participó en incontables combates y ganó fama como generala.
El mayor de sus méritos es que defendió a ultranza a Kim Il Sung.
Durante la severa Lucha Armada Antijaponesa hubo sinnúmero de momentos
críticos en los que el cañón de fusil enemigo estaba dirigido a Kim Il Sung y
la heroína lo cubrió con su cuerpo ofreciéndose como escudo, cuya prueba
representativa es lo ocurrido en el combate de Dashahe efectuado en junio de
1940.
En eso el imperialismo japonés concentró la ofensiva principal en la
Comandancia del ERP de Corea y movilizó cientos de miles de efectivos de la
tropa de operación punitiva. Una de las tropas japonesas que vagaba en busca de
la Comandancia del ERP de Corea, en Dashahe encontró al grueso principal de
este y lanzó ráfagas de ametralladora. Kim Il Sung pronto analizó la situación
y el estado natural-geográfico del contorno y ordenó a la escuadra de
ametralladoras mantener a raya el fuego enemigo, de un lado y del otro, a los
demás subir rápido a la cumbre de enfrente. Los miembros del ERP de Corea, en
un santiamén, ocuparon posiciones favorables y dispararon contra los enemigos.
En el acto la situación cambió y los enemigos cayeron completamente en la
pasividad. Pero, estos, superiores en el número, resistieron con tenacidad.
Entre ambos se entabló un encarnizado fuego. Kim Il Sung, de pie sobre una roca
en el medio del monte, dirigió el combate. Entonces, Kim Jong Suk, que en su
defensa, escudriñaba el campo de batalla, vio a tantos enemigos acercándose
sigilosamente con el cañón de fusil dirigido al General por entre las malezas y
ofreciéndose sin vacilación alguna para defender al General, tiró contra el más
acercado, lo cual fue seguido por este quien se volvió, nadie sabía cuándo, y
por encima del hombro de la guerrillera, disparó contra el siguiente, así
sucesivamente, aniquilando a los restos.
En la guerra antijaponesa la heroína puso de manifiesto su inigualable
coraje, extraordinario genio, infalible arte de tiro y destacado valor y
espíritu de sacrificio.
Ganó fama en el combate de defensa de la zona guerrillera de Chechangzi,
efectuado en octubre de 1935, que fue para ella el primero en el que participó
después del ingreso en el ERP de Corea y en el que un poco más de 100
guerrilleros y otros sectores del pueblo contrarrestaron a más de 10 mil japis.
Durante el combate, en cada sesgo de la situación que se tomaba, captó
con sensibilidad el punto débil del enemigo y propuso algo que hacía posible
poner a este en la pasividad, haciendo gran contribución a ganar el combate.
Su genio se puso de pleno manifiesto en el combate de Naitoushan en el
que burlando del insensato ataque de los enemigos, los aniquiló en masa en un
abrir y cerrar de ojos, y en otros conflictos.
Poseía un arte de tiro tan fantástico que dijeran que sus balas tenían
ojos. Durante el asalto a la cabecera del distrito de Fusong, efectuado en
agosto de 1936, con las pistolas en ambas manos, aniquiló en un instante a más
de diez enemigos y en el combate de Hongtoushan librado en febrero de 1937, a unos
40. Con el refinado de tiro realizó grandes méritos en la batalla de Naitoushan
y otras.
Su incomparable valentía y espíritu de sacrificio con los que hizo gran
contribución a ganar los combates se pusieron en pleno juego en las grandes
contraofensivas primaverales del año de 1938. En virtud de los singulares
méritos realizados en estos conflictos, fue premiada por Kim Il Sung.
Durante toda la Lucha Armada Antijaponesa dejó inscritos muchos hechos
que merecen ser temas de los episodios, entre los cuales figuran la atracción
hacia sí a muchos enemigos para la seguridad de su destacamento, la primera y
fuerte interpretación de la canción en el enfrentamiento con una numerosa tropa
enemiga para aterrorizar a los adversarios y la confección en solo 20 días de
600 uniformes militares junto con unos contados colegas sin la máquina de coser
digna de mención en la selva. En vísperas de la ofensiva final para liberar el
país se ofreció como la primera paracaidista, convocando a sus colegas a
adquirir nuevos métodos de combate.
Fue hábil y probada activista política clandestina, que incitó a varios
sectores del pueblo a alzarse en la sagrada lucha por la liberación del país.
En aquel tiempo los guerrilleros y otros sectores, como reflejo de su
amor y respeto a ella que concebían, la denominaron “Generala guerrillera”,
“Heroína antijaponesa”, y surgieron muchas anécdotas de ella.
Entre las escrituras de los combatientes antijaponeses inscritas en los
troncos de los árboles figuran las siguientes: “Veinte millones compatriotas,
el jefe de independencia de Corea son el General Kim Il Sung y la Generala Kim
Jong Suk”, “Kim Jong Suk, Generala antijaponesa del monte Paektu, es mujer
célebre sin par que Corea dio a luz”, “La Generala del monte Paektu aniquila a
los japoneses, acortando la distancia de forma misteriosa”…