Se trata del proyecto de Obama
que tanto enunció después de su asunción al poder y que no es nada más una
prédica para engañar al mundo, lo cual se hace más patente con el paso del
tiempo.
Según el proyecto del presupuesto
para el año venidero del Ministerio de las Energías estadounidense recién
publicado, el presupuesto para el mantenimiento de las armas nucleares de
reserva y su modernización conoció un aumento de 11.6 porcentaje más que el año
corriente. En relación con esto, los expertos militares de Estado Unidos
entregaron a Obama una carta de protesta en la que dijeron que se sentían
avergonzados de la política del presidente que profesa un “mundo sin armas
nucleares”.
Es consabido que Obama, desde la
toma del poder, hablaba mucho de esto. En eso el mandatario norteamericano
cacareó que lo perseguiría invariablemente y que crear un “mundo sin armas
nucleares” constituía el fundamento de su política exterior. Las autoridades
estadounidenses cacarearon que tratarían de publicar concretamente su tenencia
de las ojivas atómicas, fingiendo como si su país hacía “gran contribución”
para la “paz mundial” y el “desarme nuclear”. The Wall Street Journal ensalzó a Obama como “presidente de
desarme”. Además, Obama fue galardonado con el Premio Nobel de Paz, evaluación
completamente mal hecha.
El “proyecto del mundo sin armas
nucleares” contradice, por principio, la política exterior de Estados Unidos,
cuyo fundamento son carrera armamentista, enfrentamiento, dominio del mundo.
Estados Unidos a sabiendas, promueva y agrava la carrera armamentista y el
enfrentamiento, para preparar pretexto para perpetrar la agresión y la
injerencia y extender su esfera de influencia a escala mundial.
El más poderoso medio de esta
obra es precisamente el arma nuclear. Es imposible que Estados Unidos, que lo
considera un medio para realizar su ambición de dominar el mundo, tenga interés
en un “mundo sin armas nucleares”.
En realidad la administración
Obama, aun refiriéndose a este mundo, lo hizo completamente contrario al
desarme nuclear.
La administración norteamericana,
en su “informe sobre la estrategia de defensa nacional”, estipuló que
mantendría de continuo su arsenal de armas nucleares hasta crear un “mundo sin
armas nucleares”. Obama, promotor de la idea de este mundo, dijo que Estados
Unidos, según la estrategia de la seguridad estatal, seguiría conservando la
“estable y eficiente capacidad disuasiva nuclear”. La administración
estadounidense hace disparates: “Es inadmisible explotar armas nucleares de
nuevo tipo, pero no es cuestionable remozar las armas nucleares.”, “El Tratado
de No Proliferación Nuclear no prohíbe la modernización de la fuerza combativa
nuclear”, etc.
Ahora Estados Unidos, con miras a
mantener su dominio de las armas nucleares y poner en práctica a todo trance su
estrategia de la guerra nuclear, impulsa la invención y producción de las
nuevas armas nucleares. Sus autoridades militares predican que su país debe
inventar armas nucleares modernas, de nuevo tipo. Cacareando que también en lo
adelante el mundo dependería de las armas nucleares y que la era del desarme
nuclear se va a acabar, define la “futura guerra” como la nuclear.
Estados Unidos no oculta su
intención de atreverse a usar armas nucleares. Habiendo proclamado hacer ataque
preventivo con armas nucleares como su política estatal y designado a varios
países como objeto del ataque con armas nucleares, impulsa a todo tren la
preparación para hacerlo en cualquier momento. Los países que no entran en
agrado de Estados Unidos son, sin excepción, objeto del ataque con armas
nucleares de este.
Esta es la realidad y, ¿por qué
Obama pregona la idea de un “mundo sin armas nucleares”?
El plan de un “mundo sin armas
nucleares” no es nada más que una mampara para ocultar sus maquinaciones
encaminadas a verse realizada la ambición de dominar el mundo apoyándose en la
supremacía nuclear.
La aparición de varios países
nucleares puso fin al monopolio de las armas nucleares de Estados Unidos. Dado
esto el imperio propuso el fraude “mundo sin armas nucleares” para frenar el
fortalecimiento de las fuerzas armadas nucleares de otras potencias nucleares y
que otros países no pudieran tener nunca las armas nucleares, para preparar
condiciones favorables a la realización de su ambición del dominio del mundo.
Intenta desnuclearizar a otros países y acelerar su expansión de armamentos y
la modernización de las armas nucleares para su uso ordinario. Precisamente he
aquí el verdadero sentido del plan de un “mundo sin armas nucleares”.
De no conocer correctamente esto
y dejarse engañado por el supuesto desarme nuclear de Estados Unidos, traerá
graves consecuencias irreparables.
Los casos de Irak y de Libia
enseñan serias lecciones de que si los países que se ven amenazados
constantemente con el ataque anticipado con las armas nucleares de Estados
Unidos, no cuentan con poderosa fuerza disuasiva de guerra, no serán nada más
que la víctima y el damnificado del atentado estatal de Estados Unidos.
Con el fortalecimiento de las
armas nucleares de Estados Unidos que hace bajo la etiqueta “mundo sin armas
nucleares”, a escala internacional crece cada día más el peligro de la guerra
termonuclear y crea nueva carrera armamentista y enfrentamiento nuclear.
El mundo debe estar alerto ante
el fraudulento proyecto de un “mundo sin armas nucleares” de Estados Unidos.