Últimamente Estados Unidos arma
alboroto con respecto a la posesión de las armas nucleares de la República
Popular Democrática de Corea. Es que insiste en que esta posición hace tensa la
situación de la Península Coreana y Estados Unidos se ve obligado a practicar
política hostil a la RPD de Corea.
¿Acaso esto es justo?
Esto es, en resumidas cuentas,
una artimaña para encubrir la causa y la injusticia de su política hostil a la
RPD de Corea, y una obstinación para tergiversar la historia y la verdad.
La política hostil a la RPD de
Corea de Estados Unidos tiene larga historia. Empezó a aplicarla desde mucho
antes de que en la Península Coreana ocurriera el “problema nuclear”.
La finalización de la Segunda
Guerra Mundial significó precisamente el inicio de la Guerra Fría. Estados
Unidos necesitó el trampolín para frenar en Asia el “avance hacia el sur” de la
Unión Soviética y agredir al continente euroasiático. Para ello trazó de
intento una línea en la Península Coreana a lo largo del paralelo 38, ocupando
militarmente la parte Sur de Corea bajo el pretexto de “desarmar” al
imperialismo japonés y con la máscara de “libertador”.
Desde entonces, con miras a
ocupar a toda Corea y realizar su estrategia de dominar a Asia, enemistó a la
RPD de Corea.
Desde el principio la definió
como país enemigo, no reconoció su soberanía. Tuvo relaciones diplomáticas con
la Unión Soviética y otros países socialistas europeos orientales de los que se
diferenciaba en el ideal y el régimen en el siglo pasado, pero solo con respecto
a la RPD de Corea constantemente negó incluso llamarla por el nombre oficial,
para no hablar de establecer relaciones diplomáticas. Así invariablemente
aplicó extremada política hostil sin precedentes en la sociedad internacional.
Su hostilidad a Corea es
verdaderamente tenaz. En la actualidad no hay países como Corea y Estados
Unidos que aun después de hacer la guerra están como países beligerantes
durante más de 60 años.
Estados Unidos, en el tiempo
posterior a la guerra coreana (1950-1953), infringiendo sistemáticamente los
artículos del acuerdo de armisticio, persiguió adrede la prolongación del
armisticio. En noviembre de 1953 la reunión de la seguridad estatal
estadounidense definió mantener la suspensión de las hostilidades hasta cuando
la Península Coreana fuera “reunificada a favor de Estados Unidos” y hacer de
Sudcorea su país aliado militar para prevenir la “comunistización” de toda
Corea como la meta final con respecto a Corea. A partir de esta, en junio de
1954 de propósito quebró la Conferencia de Ginebra para solución pacífica del
problema coreano y negó todos los proyectos y las propuestas para la paz de
Corea del Norte como los de concluir el tratado de paz Corea-Estados Unidos (en
la década de 1970), dar acceso también a Sudcorea en las conversaciones RPD de
Corea-Estados Unidos (en la de 1980), establecer un nuevo sistema de
mantenimiento de la paz (en la de 1990) y declarar la finalización de la guerra
(en la de 2000), manifestación de su disposición a considerarla continuamente
como una parte beligerante, el enemigo.
Ya tiene perfeccionados varios
planes de la guerra contra Norcorea como el “plan de las operaciones 5029”,
“plan de las operaciones 5030” y “plan de las operaciones 5012” que prevén
realizar en un momento necesario la invasión armada y la administración militar
y hacer otras cosas. A partir de esto, durante varios decenios hacen todos los
años simulacros conjuntos solo cambiando su nombre por “Focus Retina”, “Freedom
Bolt”, “Team Spirit”, “Key Resolve”, “Foal Eagle”, “Ulji Freedom Guardian”,
etc.
Su hostilidad a Corea del Norte
no se limitó a esto.
Ya al comienzo de la década de
1950 cuando en Corea del Norte no estaba establecido el régimen socialista,
valiéndose del Comité Coordinador de Exportación para el Área Comunista, le
aplicó crueles sanciones económicas. La inscribió en la lista de los países
enemigos que cobrar el arancel, congeló su fondo en el extranjero y le
obstaculizó realizar comercio con otros países y salir al mercado exterior.
Incluso movilizó las organizaciones internacionales para aplicarle crueles
sanciones y bloques económicos, todo esto había sido iniciado mucho antes de
que ocurriera el problema nuclear en la Península Coreana.
Además de esto, desde hace mucho
no escatimó fondos e inversiones para el espionaje, la penetración ideológico y
cultural y la desintegración desde adentro, todos encaminados al derrocamiento
del régimen norcoreano.
Los hechos históricos demuestran
patentemente que la hostilidad de Estados Unidos a Corea del Norte no es
originada de la posesión de las armas nucleares por parte de esta, sino que al
contrario, esta posesión nuclear se origina de la enemistad del imperio.
De más decir está que para
resolver el problema nuclear en la Península Coreana urge quebrar, ante todo,
su origen, la política hostil de Estados Unidos de América a la RPD de Corea.