jueves, 11 de agosto de 2016

Lecciones de los predecesores


En Estados Unidos de América el partido demócrata y el republicano competen furiosamente en las elecciones presidenciales. Nadie sabe quién saldrá victorioso.
Pero, el presidente norteamericano, sea quien sea, debe tener presentes las lecciones de sus antecesores, las adquiridas del problema coreano, que fue su mayor rompecabezas.

Eisenhower presenta un acta de capitulación
Para Estados Unidos la pasada guerra coreana (1950-1953) que se había desencadenado por la orden del presidente Truman, fue la primera pérdida.
Norteamérica que instigando a Corea del Sur había emprendido la inesperada invasión armada contra la República Popular Democrática de Corea, movilizó un tercio de su fuerza terrestre, un quinto de su fuerza aérea, la mayoría de su Flota del Pacífico, las huestes de sus 15 países seguidores y hasta los restos del antiguo ejército japonés.
Pero, sufrió la pérdida de más de 1, 567,120 efectivos, con saldo de más de 405 490 víctimas norteamericanas, mortales, heridos y capturados, más de 12 220 aviones y cuantiosos daños materiales, casi 2.3 veces más que los en los 4 años de la Guerra del Pacífico.
Y, por fin, firmó un acuerdo de armisticio, un acta de capitulación.
“Esta es una tragedia, una amargura”, dijo ante el micrófono radial Eisenhower presidente republicano, que se había visto obligado a concluir la guerra desatada por Truman, el demócrata, al cabo de 59 minutos de concertado el acuerdo.

Johnson presenta la primera carta de disculpa
En enero de 1968, el “Pueblo”, barco espía armado estadounidense, invadió en las aguas territoriales de Corea y fue capturado por la fuerza naval del Ejército Popular de Corea.
Norteamérica introdujo gran cantidad de fuerzas armadas incluido portaaviones en el contorno de la Península Coreana como si en el acto desatara una guerra. Quiso que Corea le pidiera disculpa y devolviera el barco, amenazándole que de no hacerlo, aplicaría la bomba termonuclear.
“¡Responderá a su ‘represalia’ con la represalia y a su guerra total con la guerra total!”, declaró Corea y se preparó plenamente para el combate.
Abatido, el imperio firmó un documento en el que seriamente pedía perdón ante el mundo por el espionaje y las hostilidades del “Pueblo” y garantizaba que dispondría que ningún barco suyo invadiera las aguas jurisdiccionales de la RPD de Corea.
“Es la primera carta de disculpa de Estados Unidos presentada después de su nacimiento”, dijo Johnson, el entonces presidente republicano norteamericano.

Clinton envía la carta de garantía
En los primeros años de la década de 1990 Estados Unidos, cuestionando el “problema nuclear” de Corea, perpetró nuevas provocaciones. Puso en tela de juicio la “sospecha nuclear” de Corea, incitó a la Agencia Internacional de Energía Atómica a que tomara la “resolución” en la que acechaba la inspección forzada de los objetos militares del mismo país y para ejercerle presión militar, desarrolló los ejercicios militares conjuntos “Team Spirit” de máxima envergadura.
Frente a esto, Corea publicó la orden del Comandante Supremo que declaraba el estado de preguerra y la declaración del gobierno de retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Atemorizado ante esta reacción que superaba de lo que se imaginaba, Estados Unidos no pudo menos de sostener conversaciones con Corea.
En fin de cuentas, en octubre de 1994 puso firma en el Acuerdo Básico RPD de Corea-Estados Unidos que tenía como la quintaesencia no intimidar con bombas atómicas a Corea y resolver por vía pacífica el “problema nuclear”. Clinton, el entonces presidente demócrata estadounidense, le envió a Kim Jong Il (1942-2011), Presidente del Comité de Defensa Nacional de la RPD de Corea, la carta de garantía en la que comprometía que ejecutaría honestamente el acuerdo básico.

Bush II hace de Corea país nuclear
En la nueva centuria la administración Bush incluyó a Corea en el que él denominaba “eje del mal”, y en Corea del Sur y sus alrededores, con la movilización de las fuerzas armadas, desarrolló sucesivamente todo tipo de simulacros, amenazando a la RPD de Corea.
El imperio invalidó la Declaración Conjunta RPD de Corea-Estados Unidos y el Acuerdo Básico RPD de Corea-Estados Unidos y a contrapelo de lo principal estipulado en el Tratado de No Proliferación Nuclear, intentó abiertamente la anticipada nuclear a Corea, país no nuclear, debido a lo cual la solución del problema nuclear de la Península Coreana y la desnuclearización de esta se quedaron estancadas.
Corea, en vista de que la intimidación con armas nucleares de Norteamérica había entrado en una fase grave, se decidió a tener capacidad disuasiva y lo llevó a cabo. En otras palabras declaró oficialmente la tenencia de la bomba atómica y realizó pruebas nucleares subterráneas.
Es que Bush, presidente republicano estadounidense, dio origen a otro país nuclear en el planeta.

Obama coloca a Corea en la primera fila de los países nucleares
Obama, el actual presidente estadounidense, al comienzo de su toma del poder, presentó un proyecto del “mundo sin armas nucleares” y fue laureado con el Premio Nobel de Paz, pero, hablando de la “paciencia estratégica”, eludió cuanto se podía la solución del más apremiante problema nuclear de la Península Coreana y el aseguramiento de la paz de esta.
Corea le avisó oficialmente a Estados Unidos que a condición de que éste cambiara el acuerdo de armisticio por el de paz para aflojar la tensión y no hiciera simulacros nucleares de carácter agresivo, interrumpiría temporalmente su prueba nuclear, pero el imperio le respondió con continuar los simulacros contra el país asiático.
Corea que había comprobado la inmutabilidad de la política hostil de Estados Unidos a ella misma, para fortalecer más su autodefensiva capacidad de disuasión nuclear, tomó drásticas medidas: el 6 de enero del año corriente realizó la primera prueba de la bomba de hidrógeno.
En fin de cuentas, es que Obama, presidente demócrata, preconizador del “mundo desnuclearizado”, colocó a Corea en la primera fila de los países nucleares.

Los candidatos al presidente estadounidenses, sean demócratas o republicanos, deberán tener bien presentes las lecciones que les dan sus predecesores, las de que la política hostil a Corea necesariamente será frustrada.