jueves, 11 de agosto de 2016

Día del Songun en Corea



Se trata del 25 de agosto (de 1960), día cuando Kim Jong Il (1942-2011), eterno Presidente del Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea, inició la dirección sobre la revolución mediante el Songun (priorización de los asuntos militares).
Ese día realizó la visita de trabajo a la División Guardia de Tanques 105 “Seúl” Ryu Kyong Su del Ejército Popular de Corea, lo cual fue, de veras, un acontecimiento de gran trascendencia, una manifestación muy significativa de la máxima del que se encargaría de Corea y de la manera a la que él se recurriría para conducir el país y el pueblo.
Desde aquel día hasta el último momento de su vida visitó a más de 5 200 unidades de las fuerzas armadas (más de 20 veces a la susodicha división que simboliza la dirección sobre la revolución mediante el Songun). Fue tiempo en el que convirtió al EPC en un ejército poderoso, invencible, y fortaleció plenamente el poderío militar del país con aquel como núcleo, preparando la inmutable garantía militar para la victoria de la causa socialista.
Siempre concedió importancia al fortalecimiento de la potencial ideo-política y técnico-militar del Ejército Popular y se empeñó en hacer de esto un ejército poderoso, invencible.
Concentró fuerza, ante todo, en capacitar plenamente a los comandantes y otros miembros de plana mayor del Ejército Popular. Y orientó a todos los militares a que se prepararan como fidedignos defensores de la causa socialista y bravos guerreros capaces de combatir uno a cien enemigos. Durante su visita a varias unidades y subunidades de ejército, arma y especialidad, conoció de su preparación para el combate y enunció originales orientaciones y vías para resolver problemas estratégicos y tácticos de la guerra moderna. Su propia idea y teoría militar, extraordinaria perspicacia, análisis y juicio, conocimientos militares acabados y pericia en todas las materias y esferas militares, hicieron posible fortalecer notablemente al Ejército Popular.
Kim Jong Il prestó profunda atención también a la modernización del armamento del Ejército Popular. De acuerdo con el actual y rápido desarrollo de las ciencias y la tecnología militares, dispuso poner primordial empeño en el remozamiento del armamento e hizo tesoneros esfuerzos para fomentar la industria de defensa nacional. En su interminable visita de orientación a las fábricas de la industria militar logró que aun en cualesquier condiciones difíciles normalizaran la producción, que elaboraran en gran cantidad varias armas de última palabra, en virtud de lo cual el EPC se ha previsto no solo de los medios tácticos necesarios para la defensa y el ataque en la tierra, el mar y el espacio aéreo sino de los estratégicos.
El ejército coreano, preparado como fuerzas armadas élite, tanto desde el punto de vista ideo-político y el estratégico-táctico como desde el técnico militar, siempre salió victorioso, como el caso del “Pueblo” (barco espía armado norteamericano) del enero de 1968, el del “EC-121” (avión espía estadounidense de gran envergadura) del abril de 1969 y el Panmunjom del agosto de 1976. Como muestran los hechos, en cualquier lugar, fuere el mar o el espacio aéreo o la tierra, el EPC castigó implacablemente a Estados Unidos. A finales del siglo pasado cuando en varios países el socialismo se desplomaba sin, diríase, disparar ni un fusil, como firme partidario del socialismo y fidedigno defensor de este, tajantemente puso al traste con la ofensiva antisocialista de las fuerzas aliadas imperialistas.
Kim Jong Il abrió una nueva era de la construcción de un Estado socialista, poderoso y próspero.
Además de haber logrado defender el socialismo en las difíciles condiciones, convocó a su ejército y pueblo a alzarse con redoblado ánimo en la referida obra. Orientó al Ejército Popular a que tomara la delantera también del empeño para la misma obra. Indujo a los militares a que bajo el lema “¡Encarguémonos tanto de la defensa de la patria como de la construcción socialista!” y con osadía superaran contratiempos y dificultades, hicieran gestas heroicas en la construcción socialista, y a los civiles a que aprendieran del espíritu revolucionario de aquellos y registraran grandes innovaciones y saltos en todos los campos de la construcción de un Estado poderoso y próspero, abriendo una pletórica era de esta construcción aun frente a la extrema ofensiva de los imperialistas. Todas las tierras cultivables fueron extendidas y estandarizadas a la altura del país socialista, y por doquier la economía resucitada y modernizada. En todo el país se produjo la alta fiebre de la aplicación del control numérico por la computación y la revolución industrial de la nueva centuria. Corea avanzó con denuedo para ser potencia científico-técnica y la económica.
Las maravillas acaecidas en Corea sustentada en la unidad monolítica, autodefensiva e invencible y que se hace poderosa y próspera en virtud de la revolución industrial de la nueva centuria, son inconcebibles al margen de la dirección impregnada del Songun de Kim Jong Il.

Sus méritos que con la destacada y probada dirección basada en el Songun preparó la indestructible clave para la eterna prosperidad del país, la nación, perdurarán junto con el Día del Songun.