Pyongyang, 1 de enero (ACNC) --
El Mariscal Kim Jong Un, Primer
Secretario del Partido del Trabajo de Corea, Primer Presidente del Comité de
Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea y Comandante
Supremo del Ejército Popular de Corea pronunció el día primero el mensaje del
Año Nuevo 2015.
El texto
completo del mensaje sigue:
… … …
Han transcurrido
70 años desde que nuestra nación se dividió por las fuerzas extranjeras.
En este período
el mundo ha logrado un gran progreso y la época registró cambios sustanciales.
A pesar de esto nuestra nación aún no ha logrado la reunificación y sigue
sufriendo por la separación, lo cual es una pena y dolor para todos. No podemos
permitir ni tolerar más la desgracia nacional originada por la fragmentación
territorial que se mantiene intacta aun en la nueva centuria.
El año pasado
planteamos importantes medidas a favor del mejoramiento de las relaciones
Norte-Sur y la reunificación e hicimos cuanto pudiéramos para ponerlas en la
práctica. Sin embargo, no hemos podido obtener un resultado deseado y las
referidas relaciones se han empeorado debido a las maniobras de las fuerzas
internas y externas que se oponen a la reunificación.
Es nuestro deber
lograr cueste lo que cueste la reunificación del país, máximo deseo de la
nación que el gran Líder y el gran General habían acariciado a todo lo largo de
su vida aunque una situación compleja y muchísimas dificultades lo impiden, y
construir una digna potencia reunificada próspera.
¡Abramos un
ancho camino para la reunificación independiente con las fuerzas unidas de toda
la nación en este año del aniversario 70 de la liberación de la patria!, esta
es la consigna de lucha que toda la nación coreana debe enarbolar.
Es preciso
eliminar el peligro de la guerra en la Península Coreana y lograr la distensión
y una atmósfera de paz.
Los ejercicios
de guerra de gran envergadura que todos los años se realizan en el Sur de Corea
son la causa principal que agrava la tensión en la Península y aumenta el
peligro de la guerra nuclear que se cierne sobre la nación. No hay duda alguna
de que es imposible realizar diálogos fiables y mejorar las relaciones
Norte-Sur mientras continúen los ejercicios de guerra de una parte contra la
otra creando un ambiente de horror.
Persistir en los
simulacros de guerra nuclear conjuntos con la fuerza agresora extranjera contra
otra parte de la nación es un acto peligrosísimo que trae desastres.
Le daremos una
reacción intransigente a cualquier tipo de provocación y maniobra de guerra que
viole la soberanía y dignidad de nuestro país y le propinaremos un golpe
contundente.
Las autoridades
surcoreanas deben renunciar los temerarios ejercicios militares conjuntos con
las fuerzas extranjeras y todas otras acciones de guerra y optar por propiciar
la distensión y las condiciones de paz para la Península Coreana.
Estados Unidos,
el autor de la separación de nuestra nación que nos causa grandes sufrimientos
desde hace 70 años, debe abandonar su anacrónica política de enemistad y
descabelladas acciones de agresión contra Corea y tomar una audaz opción de
cambio de su política.
El Norte y el
Sur deben desistir de promover la confrontación de sistema, absolutizando su
ideología y régimen y lograr la gran unión, la gran unidad nacional según el
ideal de entre nosotros, los connacionales para resolver el problema de la
reunificación de la patria justamente a favor de los intereses comunes de la
nación.
Si una parte
trata de imponer su ideología y régimen a la otra nunca se podrá resolver por
vía pacífica el problema de la reunificación sino se originarán solo el
enfrentamiento y la guerra.
Es cierto que
nuestro régimen socialista centrado en las masas populares es el mejor, pero jamás
lo imponemos al Sur de Corea ni hemos hecho así.
Las autoridades
surcoreanas deben abandonar su intención de "reunificación de
régimen" que motiva la desconfianza y los conflictos entre ambas partes y
dejar de calumniar el sistema de otra parte y visitar y pedir ayuda a otros
países para denigrar a sus compatriotas.
Según lo
acordado por ambas partes, el Norte y el Sur deben resolver el problema de la
reunificación a favor de los intereses comunes de la nación por encima de las
diferencias de ideologías y regímenes.
Es preciso
activar diálogos y conversaciones, intercambios y contactos entre el Norte y el
Sur para ligar los lazos y arterias de fraternidad cortada y lograr un gran
viraje, un gran cambio en las relaciones Norte-Sur.
Abrir un nuevo
camino que conduce a la reintegración con las fuerzas unidas sin pelear uno
contra otro es un anhelo unánime de toda la nación. Ambas partes deben dejar de
perder tiempo y fuerzas con las disputas insignificantes y problemas de menos
importancia, y preparar una nueva historia de relaciones Norte-Sur.
Si todos los
integrantes de nuestra nación unen sus almas y fuerzas, no habrá nada
irrealizable. Como resultado de sus empeños por la reunificación de la patria,
las dos partes ya prepararon las cartas de la reunificación, el Programa de la
reunificación como la Declaración Conjunta del 4 de Julio, la histórica del 15
de Junio y la Declaración del 4 de Octubre, con lo cual manifestaron ante todo
el mundo la voluntad y el espíritu de la nación que aspira a la reunificación.
Consideramos que
si las autoridades surcoreanas tienen la verdadera posición de mejorar las
relaciones bilaterales mediante diálogos, es posible reanudar los contactos de
alto nivel y sostener conversaciones por sectores.
Si se crea un
ambiente y situación adecuada no habrá razón por la cual se rechacen las
conversaciones cumbre.
En adelante,
también haremos todo lo que podamos para propiciar los avances reales en los
diálogos y conversaciones.
Todos los
integrantes de la nación coreana debemos incorporarnos como un solo hombre al
movimiento nacional por la reunificación del país para convertir el 2015 como
un año de gran viraje que prepare un amplio camino para la reunificación
independiente.