Toda la trayectoria de la
revolución coreana que pasando múltiples vicisitudes históricas, ha avanzado
victoriosamente, demuestra elocuentemente que el potencial ideológico no tiene
límite.
Retrospectivamente, los
revolucionarios coreanos alzados al comienzo del siglo pasado para liberar al
país de la ocupación militar (1905-1945) de Japón no tenían nada.
Para ellos la única arma era la
ideología: la idea Juche, la Songun (priorización de los asuntos militares)
planteada por el Presidente Kim Il Sung (1912-1994). Inspirados en la
ideología, ganaron tanto a los compañeros como las armas y libraron la ardua,
pero heroica Lucha Armada Antijaponesa, sin precedentes en la historia. No
contaban ni con la retaguardia estatal ni con la ayuda del ejército regular,
pero derrotaron al imperialismo japonés, autodenominado caudillo de Asia, y
liberaron el país en agosto de 1945.
También con posterioridad los
revolucionarios coreanos, valiéndose de la ideología, movilizaron a las grandes
masas en la construcción de una nueva sociedad y cumplieron con éxito las
complejas y difíciles tareas.
Así como en la guerra coreana de
3 años (1950-1953), poniendo en pleno juego el potencial ideo-político,
rompieron el “mito sobre la invencibilidad” de Estados Unidos y lo empujaron
hacia la ruina. Cuando se estalló la hostilidad nadie pensó que Corea
triunfaría. Pero, el ejército y el pueblo de la RPD de Corea que llevaba menos
de dos años de fundada, con la misma voluntad y espíritu de defender a riesgo
de la vida su ideología y régimen, se enfrentaron decididamente a la invasión
armada de las fuerzas aliadas imperialistas capitaneadas por Estados Unidos y
manifestaron ante todo el mundo la heroica que era Corea.
Después del cese al fuego los
norteamericanos cacarearon que Corea no sería resucitada ni en 100 años, pero
el pueblo coreano, con el mismo ímpetu con que había ganado la guerra, terminó
la rehabilitación y construcción solo en 3 años. De seguida, libró con fuerza
el movimiento Chollima (caballo alado legendario que corre al día 400
kilómetros) para poner coto al conservadurismo y la pasividad y culminó solo en
14 años (1957-1970) la industrialización realizada en varios decenios y cientos
de años en otros países. El elevado entusiasmo ideo-político de los coreanos
dio pie al especifico socialismo coreano centrado en las masas populares y un
Estado socialista independiente en la política, autosostenido en la economía y
autodefensivo en la salvaguardia nacional. Corea se ha hecho el baluarte del
socialismo que se mantuvo inalterable aun ante el desplome del socialismo en
varios países y otros avatares políticos mundiales y las extremadas
maquinaciones de aislamiento y supresión de las fuerzas aliadas imperialistas
que habían perpetrado aprovechando aquellos a finales del siglo pasado. Si
anteriormente era incapaz de defender a sí misma y estaba excluida incluso del
mapamundi político, hoy hace gala de su poderío como una de las contadas
potencias cósmicas y nucleares, lo cual no es logrado nunca en una circunstancia
favorable o pacífica.
Durante más de 60 años
posteriores a la guerra coreana, la RPD de Corea se ha estado enfrentada con
las fuerzas aliadas imperialistas capitaneadas por Estados Unidos, lo cual fue
una hostilidad sin disparos y cañonazos, la de fuerza y a la vez, de la
ideología.
Si este país hizo frente con todo
derecho a Estados Unidos autodenominado “única superpotencia” del mundo y
defendió su soberanía, dignidad y socialismo, esto fue no solo merced a su
superioridad técnica militar y económica.
Corea no tiene extenso territorio
ni mucha población y peor, por Estados Unidos, está dividida en dos partes.
Particularmente, a finales del siglo pasado cuando varios países socialistas se
derrumbaron sucesivamente y las fuerzas aliadas imperialistas, aprovechándolo,
clamaban la “extinción del socialismo en el planeta” y concentraban toda la
fuerza para estrangularla, no se mostró titubeante ni en lo mínimo sino que
defendió el socialismo e incluso preparó el trampolín para la construcción de
un Estado poderoso y próspero, lo cual se debió a que se recurrió
principalmente a la ideología y puso en pleno juego el potencial espiritual de
las masas populares.
La firme disposición del ejército
y pueblo de este país a valerse de la ideología para construir un Estado
socialista, rico y poderoso, dio lugar a innumerables prodigios que asombran al
mundo: todas las tierras del país fueron niveladas y estandarizadas por primera
vez en la historia nacional de cinco milenios; en la industria mecánica se
introdujo en un nivel alto el control numérico por computadora, la técnica de
punta; en diciembre de 2012 el segundo del “Kwangmyongsong-3”, primer satélite
práctico fue lanzado; y en 2013 se construyeron el Complejo de Piscinas de
Recreación de Munsu, el Club de Equitación de Mirim y la Estación de Esquí
Masikryong, todos de categoría mundial, así como el Hospital de Estomatología
Ryugyong, el de Pediatra Okryu y otros modernos establecimientos médicos.
Corea da nuevos saltos en la
construcción de un Estado socialista, poderoso y próspero, y de alto nivel
cultural.
Basta con citar solo la
construcción de la Estación de Esquí Masikryong para explicar sobre lo
potencial que es la ideología.
La construcción era una tarea de
gran envergadura nunca conocida en el país y que requería domar escabrosas
estribaciones y superar el rigor climático.
Los militares del Ejército
Popular de Corea, encargados de la tarea, con la firme disposición a cumplir a
ultranza la orden de su Comandante Supremo Kim Jong Un, se sobrepusieron a los
múltiples contratiempos y dificultades y terminaron en el nivel superior pero
en menos tiempo la obra que duraría, según la norma, más de 10 años.
Ahora el pueblo coreano, dando
alas al potencial ideológico incontable en su anchura y profundidad, avanza
vigorosamente para construir una potencia tanto en la economía y las ciencias y
la tecnología como en el deporte y otros renglones.