Se trata de la línea de
simultanear la construcción económica y la de las fuerzas armadas nucleares
planteada en la Reunión Plenaria del Marzo de 2013 del CC del Partido del
Trabajo de Corea, el gubernamental de la República Popular Democrática de
Corea, la de fortalecer y desarrollar las fuerzas armadas nucleares autóctonas
para hacer impecable la fuerza defensiva nacional y a la par de esto poner
mayor empeño en la construcción económica para construir un país socialista,
poderoso y próspero, presentada por la Dirección de Corea.
Esta línea parte de la exigencia
de la situación creada.
Ahora la Península Coreana se
encuentra en una circunstancia tan crítica que nadie sabe cuándo estalle una
guerra nuclear.
EE.UU. y sus seguidores, poniendo
en tela de juicio el lanzamiento del satélite con fines pacíficos de Corea
efectuado en diciembre del año pasado, fabricaron absurdamente la “resolución
sobre las sanciones” en el Consejo de Seguridad de la ONU, hostilidad atroz que
ilegaliza hasta el derecho jurídico de un Estado soberano al lanzamiento del
satélite, suscitó incontenible indignación del pueblo coreano. Corea se vio
obligado a tomar una contramedida real para defender la soberanía y seguridad
nacionales, realizar la tercera prueba nuclear subterránea.
EE.UU. volvió a abusar del
Consejo de Seguridad de la ONU para fabricar “resolución sobre las sanciones” y
el primero de marzo del año corriente en Sudcorea empezó a hacer ejercicios
militares conjuntos “Key Resolve” y “Foal Eagle” de gran envergadura. Por
primera vez en su historia introdujo en la Península Coreana los medios de
golpe estratégico nuclear de su territorio, intensificando más la intimidación
con armas nucleares contra Corea y llevando la Península Coreana al umbral de
la guerra nuclear.
Frente a esta amenaza de EE.UU.,
el mayor país nuclear del mundo, Corea se decidió a fortalecer continuamente en
cantidad y cualidad las fuerzas armadas nucleares, lo cual deviene una opción
extremadamente natural y perspicaz.
La nueva línea estratégica es la
que se concuerda con la actualidad de Corea que persigue el objetivo de
construir un Estado socialista, poderoso y próspero.
El pueblo coreano pasó muchos
contratiempos y dificultades en la construcción económica durante varios
decenios, lo cual se debió a interminables sanciones, presión y amenaza de
agresión de EE.UU. y otros fuerzas hostiles que le impuso destinar gran
cantidad de recursos humanos y materiales al fortalecimiento de la fuerza
militar nacional y no al desarrollo económico y el fomento del bienestar del
pueblo.
Pero en la actualidad dado que el
país se ha dispuesto de la poderosa capacidad de disuasión nuclear autóctona,
llegó a impulsar cuanto quiere la construcción de la potencia económica en una
circunstancia más estable. Es que ya pasó la era en la que EE.UU. intimidaba
con las armas nucleares a Corea, estorbándole la construcción económica.
Además, la nueva línea
estratégica permite fortalecer más la fuerza defensiva nacional aun no
aumentando los gastos, con pocos gastos, y destinar más inversión a la
construcción económica. Corea tiene sólida base de la industria atómica
reconocida por el mundo e inagotables recursos de uranio. El pueblo coreano
está convencido de que al apoyarse en la autóctona industria atómica, puede
construir poderosas fuerzas armadas nucleares y solucionar la escasa
electricidad para impulsar la construcción de la potencia económica y cumplir
satisfactoriamente todas las tareas para la mejora de la vida poblacional.
Sugeriría prestar atención
también al hecho de que la nueva línea estratégica se basa en la importante del
pasado de Corea, la de fomentar la construcción económica y la de la defensa
nacional simultáneamente.
En los primeros años de la década
de 1960 EE.UU., promotor de la crisis del Caribe, perpetró incesantemente
provocaciones militares para desatar una nueva guerra en la Península Coreana.
Kim Il Sung, Presidente de la RPD
de Corea, buen conocedor de la gravedad de la situación, planteó una línea
estratégica de desarrollar simultáneamente la construcción económica y la de la
defensa nacional. En fiel acato al lema: “¡Con el fusil en una mano y la hoz o
el martillo en la otra!” lanzado por él, el pueblo coreano fortaleció la
economía nacional autosostenida y la fuerza defensiva nacional.
En los últimos años del siglo
pasado cuando las fuerzas aliadas imperialistas aprovechando el derrumbe del
socialismo en varios países, concentraban su ofensiva antisocialista en Corea,
el pueblo de ésta implantó una línea planteada por Kim Jong Il, Presidente del
Comité de Defensa Nacional de la RPD de Corea, la de priorizar el fomento de la
industria de defensa nacional y desarrollar la ligera y la agricultura
simultáneamente, preparando la poderosa capacidad de disuasión nuclear. En
virtud de ello, no sólo ganó varios enfrentamientos nucleares con EE.UU. y
defendió firmemente el socialismo, sino también realizó la gran causa de la
posesión de las armas nucleares y acogió una histórica era de la construcción
de un Estado poderoso y próspero.
Ahora EE.UU. y sus aliados
pregonan que Corea, si no renuncia a las armas nucleares, no podrá lograr el
desarrollo económico y si opta por otra cosa, le ayudarían de manera que pueda
llevar una vida holgada.
Mas, Corea no es país como Irak y
Libia que doblegados ante la presión y las añagazas conciliatorias de los
imperialistas abandonaron hasta la capacidad disuasiva de guerra con la que
contaban, terminando por ser víctimas de aquellos. El pueblo coreano aprecia
más la soberanía y dignidad nacionales que la vida y si fuera para aquellas, no
se titubea en consagrar hasta esta. Se mantendrá inalterable aun ante cualquier
presión y añagaza conciliatoria. Dicho en otra palabra, pondrá gran empeño
continuamente en la construcción de las fuerzas armadas nucleares.
El mundo presenciará que Corea,
apoyándose en la potente capacidad de disuación nuclear, desbarata tajantemente
las provocaciones de guerra de los imperialistas y sus aliados y levanta con
éxito un Estado socialista, poderoso y próspero.