En
la República Popular Democrática de Corea transcurrieron tres años desde
que Kim Jong Un fue nombrado (30 de
diciembre de 2011) como Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea,
tiempo no mucho en modo alguno, pero en el que la sociedad internacional, el
mundo vio nítidamente al más eminente comandante supremo que al fortalecer el
poderío militar nacional en todos sus aspectos, defiende perfectamente no solo
la seguridad de su país y pueblo sino también la paz y la estabilidad de la
región.
El
primero de enero de 2012, Kim Jong Un realizó la visita de inspección a la
División Guardia de Tanques 105 “Seúl” Ryu Kyong Su del EPC y continuamente a
otras unidades militares. Frente a las amenazas y los retos de las fuerzas
aliadas imperialistas acaudilladas por Estados Unidos, visitó sucesivamente los
puestos en la avanzada del frente y las unidades militares, para frustrar
tajantemente las intentonas de los enemigos. Dirigiendo personalmente los
entrenamientos de los militares ora expuesto al viento frío en las posiciones
de fuego y los aeropuertos, ora a bordo del torpedero en el mar furibundo, les
inculcó coraje con el que siempre puedan ganar la victoria y confianza en esto
y enseñó buenas operaciones y tácticas.
Buen
conocedor de la ciencia y técnica militar y las armas y los equipos de última
palabra, también tomó medidas para desarrollar la industria de defensa
nacional. En acato a su propósito la Reunión Plenaria del Marzo de 2013 del
Comité Central del Partido del Trabajo de Corea adoptó una línea de simultanear
la construcción económica y la preparación de las armas nucleares y la Séptima
Sesión de la Duodécima Legislatura de la Asamblea Popular Suprema de la RPD de
Corea preparó la garantía jurídica de la
potencia nuclear y espacial, en virtud de lo cual la capacidad disuasiva de la
guerra de Corea se aumentó notablemente tanto que nadie se atreviera a tocarla.
Kim
Jong Un, en el empeño para desbaratar la insensata intimidación con armas
nucleares y las maquinaciones de guerra de Estados Unidos y sus seguidores,
hizo alarde de su inflexible espíritu y coraje como comandante de férrea
voluntad.
En
agosto de 2012 cuando el imperio, movilizando a sus seguidores, iba a hacer
ejercicios militares conjuntos “Ulji Freedom Guardian” de gran envergadura sin
precedentes en la historia, en Sudcorea, un día, a bordo de una pequeña
embarcación de madera, de 27 HP, realizó la visita de inspección a los
destacamentos defensores de las islas en la región más candente al extremo sur
del frente suroeste de enfrente de la posición enemiga dotada de grandes
buques, aviones, equipamientos de fuego de último tipo e instrumentos de
observación de ultraprecisión, lo cual asombró a la sociedad internacional. Se
trataba del colmo de la osadía y el coraje nunca vistos en ninguna biografía de
los generales célebres. Ese día dijo que si los enemigos osaran provocar y en
el territorio o mar jurisdiccionales de la RPD de Corea cayera una chispa
siquiera, lo aprovecharan como un chance para no la guerra local en el frente
suroeste sino para la reunificación del país y que si los agresores impusieran
la guerra, hicieran del mar occidental la tumba final de aquellos.
Durante
los 3 años pasados el mundo vio a un eminente comandante supremo que ama con
todo corazón a sus subalternos y hace de todo el ejército un contingente de
compañeros de armas sustentado en el efervescente compañerismo y que sus
integrantes compartan la vida y muerte.
Kim
Jong Un dispuso que bajo el lema “¡Todo el ejército seamos auténticos
compañeros de armas!”, la labor política del ejército se enfocara en fortalecer
la unidad monolítica de todo el ejército y la confusión de este en un solo
cuerpo. Dijo que quería compartir la vida y muerte y la alegría y pena junto
con los soldados y dedicarlo todo para estos y les dispensó amor paternal. En
sus visitas a las unidades militares, primero recorrió los dormitorios de los
soldados, los comedores, las despensas, los cuartos de aseo y baño y hasta las
granjas de autoconsumo, para conocer de las condiciones de vida de aquellos.
Les recordó a los comandantes que siempre tuvieran presente que no para los
oficiales existen los soldados sino viceversa y los atendieran bien como a sus
familiares, de manera que estuvieran de salud y sirvieran con optimismo.
Al
hijo de un oficial ordinario, por su primer aniversario, le envió regalo y
durante la visita de inspección a una unidad militar se retrató junto con cada
uno de decenas de soldados.
Pasó
en vela una noche viendo una tras otra las fotos de los militares caídos inesperadamente
durante el cumplimiento de la tarea y en su visita a las tumbas de aquellos
quiso ser propietario de estas e hizo inscribir su nombre en la lápida
mortuoria.
Conmovidos
por su infinitamente noble amor y sentido de obligación moral, los oficiales y
soldados del EPC están completamente unidas junto con él como un solo cuerpo en
el que hombro a hombro y de brazo comparten la ideología, el aliento y el paso,
en el contingente de compañeros de armas que comparte la vida y muerte.
Además,
el mundo vio a un comandante supremo sin par que orienta al ejército a que no
solo fuera primero en defender el país sino que también en la construcción
económica registrara prodigios y saltos que asombraran al mundo.
Kim
Jong Un que había tenido la iniciativa de construir la Estación de Esquí
Masikryong, de categoría mundial, que requería más de 10 años, confió la tarea
en los militares y los orientó a que la cumplieran en un año y pico, velocidad
que posteriormente sería denominada “velocidad Masikryong”. Y convocó a todo el
país a aprender de esta velocidad, para producir continuos saltos e
innovaciones en la construcción de un Estado socialista poderoso y próspero.
También
a los militares les encargó la construcción de las viviendas de los profesores
de la Universidad Kim Il Sung y el Instituto Universitario Politécnico Kim
Chaek, el orfanato y el hospicio de Pyongyang, el reparto de los científicos
Unha, el área residencial de los científicos Wisong, etc., frecuentando obras
de construcción los convocó a levantar magníficos edificios monumentales para
el pueblo.
Bajo
su dirección los militares del Ejército Popular construyeron, además de la
Estación de Esquí Masikryong, el Club de Equitación de Mirim, el Complejo de
Piscinas de Recreación de Munsu, el Campamento Internacional de los Niños de
Songdowon, el Hospital de Pediatría Okryu, el de Estomatología Ryugyong y
muchos otros edificios, todos de categoría mundial.
También
en lo adelante el mundo podrá ver a Kim Jong Un que apoyándose en la poderosa
fuerza militar, alcance continuamente portentosos éxitos en la lucha por
defender el socialismo y construir un Estado poderoso y próspero.