El pueblo coreano llama
madre al Partido del Trabajo de Corea. Esta confianza que el PTC disfruta es
fruto de los desvelos de su Dirigente Kim Jong Il por lograr ese objetivo.
Perfume
del funcionario del Partido
Un día de julio de 1970 Kim
Jong Il tomó minutos de descanso a la orilla de un lago en un largo viaje de
trabajo. Había muchas flores hermosas, y abejas y mariposas volaban por encima
de las mismas. Pero se posaban sobre algunas flores y no en otras. Al observarlo
Kim Jong Il dijo a los acompañantes:
A simple vista todas las
flores exhalan perfumes, pero no así en realidad. Si se analiza el movimiento
de abejas y mariposas se puede distinguir con facilidad a las flores que
despiden olor agradable de las que no lo tienen. Lo mismo ocurre con las
personas. El perfume de la flor atrae a abejas o mariposas y el humanismo del funcionario
del Partido a personas. El humanismo y generosidad es el perfume del funcionario
del Partido.
Explicó así la verdad de la
vida y el principio de la labor partidista comparándolos con una ley de la
naturaleza. Al oírle los funcionarios reafirmaron su decisión de ser auténticos
dirigentes que trataran y condujeran a las masas con el amor de la madre.
Cualidades
del funcionario del Partido
En cierta ocasión Kim Jong
Il se refirió a las cualidades que los funcionarios del Partido deben poseer.
El pueblo deposita, explicó
él, la confianza en el Partido del Trabajo y lo llama madre. Sus funcionarios
deben ser como la verdadera madre para cumplir su misión y deber y responder la
confianza y expectativas del pueblo. La madre desea darle lo mejor del mundo a
sus hijos y se brinda sin vacilación para enfrentar cualquier dificultad y
riesgo para ayudarlos o protegerlos. Es puro, cálido y sincero el amor con que
la madre atiende a los hijos. De ahí que éstos siempre la evoquen cuando tengan
dificultades o alegrías.
Kim Jong Il señaló que la
palabra madre hace pensar en los enormes cariños y sacrificios que la madre
hace para los hijos. La madre, continuó, realiza muchos esfuerzos por los hijos
pero con gusto y alegría. Si los funcionarios piensan primero en el pueblo y
trabajan con toda su dedicación por el bienestar del pueblo como si fueran sus
madres, pueden resolver cualquier dificultad que lo afecte en la vida,
puntualizó.
“¡Servir
al pueblo!”
En enero de 1990 Kim Jong Il
enfatizó que los funcionarios debían ser auténticos servidores del pueblo.
Los protagonistas de la
revolución y la construcción de la sociedad son, expresó él, las masas
populares, que tienen inagotables fuentes de energía y talento; nuestro Partido
está al servicio del pueblo y todos sus lineamientos y políticas obedecen al
interés del pueblo. Luego continuó:
Los funcionarios deben tener
como hábito cotidiano ir a las masas, aprender de éstas y compartir sus
alegrías y penas, y considerar como su mayor honor y orgullo trabajar en aras
del pueblo. Quien sirve con fidelidad al pueblo y disfruta de su apoyo y amor
merece llamarse auténtico funcionario de tipo Juche. Si el Ejército Popular
enarbola la consigna “¡Servir para la patria!”, nuestros funcionarios debemos
trabajar bajo el lema “¡Servir al pueblo!”.