Pyongyang, 14
de enero (ACNC) -- El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República
Popular Democrática de Corea publicó el día 14 un memorando con motivo de que
últimamente, Estados Unidos trata de rehabilitar la "comandancia de las
fuerzas de la ONU" como su herramienta de la guerra de agresión en la
región de Asia-Pacífico según su nueva estrategia de defensa nacional.
Según el documento, aunque pasaron
casi 60 años desde la firma del Acuerdo de Armisticio de Corea, no ha terminado
la guerra en sentido legal.
Debido a la falta de un aparato
institucional que garantice la paz, persiste en la Península Coreana el
inestable estado de tregua, o sea, ni la paz ni la guerra.
Abajo sigue el texto resumido del
memorando:
Hay la "comandancia de las
fuerzas de la ONU", fantasma de la Guerra Fría, detrás del estado de
armisticio que mantiene EE.UU. despreciando los constantes esfuerzos del
gobierno de la RPDC por sustituir el acuerdo referido por un convenio de paz.
Según su nueva estrategia de defensa
nacional, EE.UU. trata de tomar la "comandancia de las fuerzas de la
ONU" (se referirá simplemente abajo como comandancia) como marco de la
OTAN de la versión asiática al convertirla en un "aparato de fuerzas
aliadas multinacionales".
El objetivo implícito de la
mencionada estrategia, dada a la publicidad en enero de 2012, reside en formar
un cerco y frenar por vía militar, de modo que otra potencia de Asia no crezca
tanto como para rivalizar a EE.UU.
Para evitar la reacción de los países
interesados, EE.UU. intenta fundar las fuerzas aliadas con el astuto método de
no organizar un nuevo aparato sino restablecer las funciones de la
"comandancia" que existía nominalmente.
Detrás de eso, hay otro propósito estratégico de controlar más fuerte al Sur de Corea como base de avanzada para el dominio de Asia-Pacífico y satélite a cargo de cumplir la guerra de agresión, acorde a la situación cambiada.
Detrás de eso, hay otro propósito estratégico de controlar más fuerte al Sur de Corea como base de avanzada para el dominio de Asia-Pacífico y satélite a cargo de cumplir la guerra de agresión, acorde a la situación cambiada.
Se impulsan poco a poco los
preparativos para ampliar el teatro operacional de la "comandancia" a
toda la extensión geográfica de Asia-Pacífico.
Si se toleran los movimientos para
fundar en la región un bloque militar, los otros países, que serán sus blancos,
se le enfrentarán sin falta con las fuerzas unidas.
En ese caso, comenzará naturalmente
en la región de Asia-Pacífico la formación de bandos de los países como sucedió
en el pasado en Europa y por consiguiente, retornará la Guerra Fría y crecerá
más que nunca el peligro de guerra termonuclear. De suceder eso, el más
perjudicado será el Sur de Corea.
Desde el principio, la
"comandancia" es una organización ilegítima que vino abusando del
nombre de la ONU, independientemente de la voluntad general de los países
miembros.
Si se tiene en cuenta la composición
de la ONU cambiada con el transcurso del tiempo, ella está más desvinculada con
esa organización internacional y no pasa de ser un aparato subordinado a EE.UU.
La ONU actual no es aquélla de la
década de 1950 donde EE.UU. pudo fabricar la "comandancia" a sus caprichos.
Ya pasaron más de 20 años desde que la RPDC ingresara a la ONU como digno
miembro pleno y más de 40 años desde que China, otra signataria que firmó junto
con la RPDC el Acuerdo de Armisticio de Corea frente a la contraparte de
"fuerzas de la ONU", ejerciera la representatividad como miembro
permanente del Consejo de Seguridad.
Sin embargo, está izada todavía en
Phanmunjom la bandera de la ONU, lo cual es el clímax de acto anacrónico y una
vergüenza para el mismo organismo multinacional.
La "comandancia" debe ser
desmantelada sin demora también para la recuperación de la autoridad e
imparcialidad de la ONU.
Ese residuo de la época ya ha sido
condenado a la desintegración por la Asamblea General de la ONU.
En el 30º período de sesiones de la
Asamblea General, sesionado en noviembre de 1975, quedaron aprobadas 2
resoluciones sobre el problema de disolver la "comandancia".
Entonces, la "comandancia"
no era ya una fuerza multinacional sino la integraban sólo las tropas
norteamericanas ocupantes del Sur de Corea.
En cuanto fuera firmado el Acuerdo de
Armisticio, 15 países miembros de la ONU, participantes en la pasada guerra
coreana, retiraron todos, excepto a EE.UU., sus fuerzas armadas de Corea.
Si bien EE.UU. insistió en que puede
desintegrar la "comandancia" cuando sea instaurado otro aparato capaz
de manejar la tregua, de hecho, el actual estado de armisticio no lo administra
la "comandancia".
En marzo de 1991, EE.UU. nombró
bruscamente a un general surcoreano como delegado-jefe de la parte de
"fuerzas de la ONU" de la Comisión Militar de Armisticio, cargo que
ocupaba hasta entonces un general norteamericano.
Desde que la parte de "fuerzas
de la ONU" perdiera la representatividad, la Comisión Militar de
Armisticio quedó paralizada prácticamente.
Por eso, la delegación del Cuerpo de
Voluntarios del Pueblo Chino, que formaba la parte Corea-China de la Comisión
Militar de Armisticio, se retiró en diciembre de 1994. En sustitución a la
anterior parte Corea-China, nació la Representación del Ejército Popular de
Corea en Phanmunjom con la misión de manejar el armisticio por parte de la
RPDC.
En el transcurso del tiempo, los
miembros de la Comisión Supervisora de las Naciones Neutrales perdieron la
neutralidad que tenían en el momento de firma del Acuerdo de Armisticio y por
lo tanto, ella también se quedó inhabilitada.
Debido al colapso del anterior
aparato de control de armisticio, la "comandancia" se ha hecho un
órgano testaferro que no tiene la contraparte con quien discutir la misma
labor.
Desde entonces que todos los
problemas sobre la gestión del estado de armisticio son consultados y tratados
por el EPC y las fuerzas norteamericanas, en lugar de la parte Corea-China
frente a la de "fuerzas de la ONU".
El hecho de que la RPDC y EE.UU.
vienen manejando eficientemente el estado de armisticio por varios decenios,
demuestra que no existe la razón que impida la disolución de la
"comandancia".
En el tema de sustituir el Acuerdo de
Armisticio por el otro de paz, la "comandancia" es un resto de la
Guerra Fría que no sirve para nada.
El Acuerdo de Armisticio estipula que
el problema de paz duradera debe ser tratado en la reunión política de un nivel
más alto que el de comandantes militares.
El superior político real de la
"comandancia", signataria del acuerdo, no es la ONU sino el gobierno
norteamericano.
Si bien hubo muchos debates y
acuerdos entre las partes interesadas para la transición del armisticio a la
paz duradera, en ninguna parte se ha mencionado la solución que toma por
premisa la existencia de la "comandancia".
No obstante, la
"comandancia" existe hasta la fecha y trata de rehabilitarse ahora
como instrumento de guerra de las fuerzas multinacionales. Este problema
resulta insoslayable para la seguridad regional de Asia-Pacífico.
En su truco barato para disimular el
carácter agresivo de su estrategia sobre Asia-Pacífico, EE.UU. pregona como si
el aumento de las fuerzas de defensa nacional de la RPDC fuera el factor de
agravación de la situación regional.
El desmantelamiento inmediato o no de
la "comandancia" será la pauta para sopesar si EE.UU. va a mantener o
no su política hostil a la RPDC y desea la paz y estabilidad de la región de
Asia-Pacífico o la repetición de la Guerra Fría.
La RPDC redoblará constantemente sus
esfuerzos por disuadir la guerra de cualquier tipo hasta que EE.UU. tome buena
opción y contribuirá activamente a la preservación de paz y estabilidad en la
Península Coreana y el resto de Asia.