Este pequeño artículo es una muestra del trabajo realizado por el querido dirigente Mariscal KIMJONG IL y su dedicación por el pueblo un hombre que se dedico hasta el ultimo día de su muerte a trabajr por su nación tal como lo hiciera el gran Líder presidente KIM IL SUNG.
Es por ello que hoy su pueblo lo recuerda con gran cariño y devoción.
comparto con ustedes este artículo a fin que puedan compartirlo un abrazo.Nota: La imagen es de un cuadro de Concha Nácar con la imagen del Campamento secreto del monte Paektu lugar de nacimiento del dirigente KIM JONG IL.
Atte.
Yuri Castro Romero
Al recordar toda la vida de Kim Jong Il (16 de febrero
de 1942-17 de diciembre de 2011), Presidente del Comité de Defensa Nacional de
la República Popular Democrática de Corea, viene a la memoria antes que nada
una cosa, la nieve.
Él nació en febrero cuando cae nieve en el Paektu, el
más alto monte de Corea, y se despidió de su pueblo en diciembre bajo la nieve.
También toda su existencia estuvo impregnada de la
filosofía de la nieve, que no solo purifica el alma de la persona sino que
derritiéndose, moja la tierra. La nieve, diríase, implica la filosofía de la
más noble vida humana consistente en consagrar con honestidad todo lo suyo en
aras de la prosperidad del país y la felicidad del pueblo.
Kim Jong Il vivió con castidad.
El año 1994 el Presidente Kim Il Sung, fundador de la
Corea socialista, falleció improvisadamente. Según una norma internacional, el
deceso de un jefe de Estado es seguido pronto por la ocupación de su cargo por
otra persona, pero en Corea más de 3 años enteros el presidente del Estado
estaba vacante, portentoso producto del sublime e inmaculado sentido de
obligación moral de Kim Jong Il que quiso enaltecer de continuo a Kim Il Sung.
En virtud de él, Corea legalizó tener a Kim Il Sung como eterno Presidente del país
y pudo guardar sus restos con la imagen que tenía en su vida.
Kim Jong Il no hizo nada para sí mismo. Siempre puesto
de chaqueta ordinaria, estaba de viaje de trabajo y tomaba duermevela para
reponerse de cansancio, pero hizo preparar por doquier modernas fábricas,
viviendas y lugares de descanso para el fomento del bienestar del pueblo;
levantar monumentos y estatuas en honor de los mártires revolucionarios y otros
que protagonizaron grandes méritos a favor del país; y no quiso hacerlo para sí
mismo. No tuvo a su disposición ni una de muchas cosas regaladas a él por
coreanos, jefes de Estado y partido y celebridades de otros países, sino que
logró guardarlas en el Museo Estatal de Regalos y la Exposición Permanente de
Amistad Internacional para que cualquiera las pudiera ver.
Kim Jong Il atendió solícitamente como generoso padre
de una gran familia armoniosa a todos los norcoreanos, entre los cuales
figuraban no solo los obreros, campesinos e intelectuales sino también los que
anteriormente cometieron delitos ante la nación, incluido Jong Ju Yong, exjefe
del grupo Hyundai surcoreano, quien conmovido por su amor a la nación y
política abarcadora, consagró el resto de su vida para la prosperidad y
reintegración de la nación.
Kim Jong Il fue amable con mucos extranjeros en lucha
por la independencia, la paz y la justicia.
El político socialista debe tener competencia, pero
primero amar sin límites al pueblo, dijo. En su viaje de trabajo, visitando
casas de las personas, conoció de los detalles de la vida, bendijo el porvenir
de los descendientes e incluso puso nombre a los que vieran nacer; les envió
comidas a todos los viejos del país que cumplían 100 años de nacimiento; acogió
en su regazo a más de 60 personas no abjuradas que llevaron decenas de años de
vida carcelaria en Corea del Sur, las honró y les preparó la vida más dichosa;
e hizo enviar a una mujer que tuvo grave quemadura en la cara mientras defendía
las riquezas del país del fuego en un monte a un famoso hospital extranjero
para rescatarle su belleza original.
Kim Jong Il se abnegó para sus connacionales y
extranjeros progresistas.
¿Por qué yo no sentiría dificultad y no querría
reposar junto con mis familiares aunque fuera una fiesta, por la noche? También
soy hombre y amo más que nadie la vida. Pero el pueblo es más valioso que nada
y para él trabajo sin descanso consagrando lo todo personal, dijo cierta vez.
Su mayor alegría era ver a las personas felices. Para
esto continuó su viaje de trabajo por encima de la brasa solar y el rigor de
frío. Sin titubeo entró en el frente de arranque de la mina, de cuyo techo caía
agua, y caminó por el intrincado lindero. También en el camino de largo viaje
al extranjero pensó en su pueblo que había dejado atrás. Un delegado
plenipotenciario del presidente ruso que lo acompañó, en su obra escribió: el
Presidente del Comité de Defensa Nacional Kim Jong Il es Dirigente que
reflexiona y devana los sesos cuanto pueda solo para la felicidad de sus
compatriotas, lo cual no es casual.
Uno de los últimos días de su vida al personal médico
que preocupándose por la gravedad de su enfermedad suplicaron renunciar a hacer
viaje de orientación, dijera: Mil perdón, doctores. Yo no puedo hacer lo que
dicen ustedes. Más bien, obedezcan a mí.
Su abnegación hizo posible que Corea defendiera el
socialismo y entrara en una nueva fase de progreso, de la construcción de un país
poderoso y próspero, que terminara la era en la que los imperialistas
intimidaban con armas nucleares a Corea y que la Península Coreana y el resto
de Asia del Noreste se eximieran del peligro de la guerra nuclear.
Su sublime vida la evocarán en todo momento el coreano
y otros pueblos progresistas.
Patriotismo de Kim Jong Il
Kim Jong Il al que el pueblo coreano tiene como su
eterno Dirigente, fue prototipo del auténtico patriota.
Su amor al país fue el más sincero y ferviente. Cuando
veía un bosque exuberante o un extenso terreno bien acondicionado, los
mencionaba con afecto y en voz queda como “bosque verde” y “campo verde”. En
sus viajes al extranjero extrañaba a la patria que había dejado atrás,
llamándola con gran emoción “mi país”. Cada vez que contemplaba con profundo
dolor los montes despoblados durante los viajes de orientación decía que era de
nuestra incumbencia acicalar los montes y ríos y bordarlos con hilo de oro,
para entregarlos a las posteridades, y transplantaba en persona árboles.
Lo ardiente que fue su amor al país lo se puede conocer
bien a través de sus esfuerzos y desvelos que hizo para defender la Corea
socialista y convertirla en un país poderoso y próspero.
A finales del siglo pasado cuando la intentona de
estrangulamiento político, económico y militar contra Corea de las fuerzas
aliadas imperialistas que soñaban con la “extinción completa del socialismo”
llegó al clímax, Kim Jong Il fomentó más Songun (dar preferencia a los asuntos
militares), que hizo posible que Corea se hiciera una potencia militar que
nadie se atreviera a tocar, inexpugnable baluarte del socialismo.
La aplicación de la tecnología de CNC (control
numérico computarizado) que ha generado hoy una revolución industrial en el
nuevo siglo es promovida también por él que amaba más que nadie al país.
A fines de la década de 1990 cuando Corea se
encontraba en la pésima situación Kim Jong Il optó por hacer invertir en la
mencionada tarea los valiosos fondos que fueron, diríase, el erario público, en
aras de la prosperidad de la futura patria. Como resultado, en eso Corea empezó
a producir con sus propios recursos las máquinas de CNC y hoy ha tomado con
firmeza el dominio mundial de esta tecnología y entrado en la nueva era, la de
la industria del conocimiento, en la que basándose en ello supera lo más
avanzado en la economía en conjunto.
Kim Jong Il dedicó de lleno todo lo suyo para el
enriquecimiento y la prosperidad del país y la felicidad del pueblo.
Su largo viaje de orientación que hizo practicando
Songun a finales del siglo pasado para superar pésimas dificultades a las que
el país se enfrentaba y defender el país fue el penoso, el de a vida o muerte,
que cualquiera no pudiera hacer. Desde el comienzo del año 1995 en que empezó a
aplicar plenamente la política Songun hasta finales de 2011 cuando falleció
cubrió 353 mil 576 kilómetros de distancia realizando la visita de orientación
a 3 808 unidades en total.
El trayecto atravesó el paso Chol que escaló más de
una vez bajo la fuerte nevasca, el monte Osong que subió empujando con sus
hombros el carro de campaña que deslizaba, la isla Cho que visitó cruzando un
mar furioso, Panmunjom en la Línea de Demarcación Militar donde se oyera el hálito
de los enemigos y otros puestos en la avanzada del frente.
Kim Jong Il no solo defendió el país sino que le abrió
la era de la prosperidad. Durante su largo viaje estuvo ora en la cabecera de
una parcela donde presentó su gran proyecto de extender y estandarizar todas
las tierras del país de manera que merecieran ser las del país socialista, ora
en la fundición de hierro y la de acero que perfeccionaron un nuevo método de
producción que no requiere el uso del carbón-coque y la chatarra, ora en las
bases de la industria química que al producir gran cantidad de vinalón y
abonos, hicieron contribución trascendental al desarrollo económico del país.
Gracias a él se levantaron por doquier modernas fábricas de la industria ligera
que tienen gran significado para el fomento del bienestar del pueblo, granja de
avestruces y piscifactoría de esturiones, las primeras de su especie en Corea,
así como nuevos y extensos huertos de categoría mundial.
En esos días Kim Jong Il tomó bolas de arroz y una
duermevela. Usó el tren y el carro a guisa de su despacho y residencia.
No haciendo caso de su cansancio acumulado e incluso
aun cuando estaba gravemente enfermo no dejó de realizar la visita de
orientación. En vista de la gravedad de su enfermedad los doctores, derramando
lágrimas, le suplicaron abstenerse de hacer visita de trabajo. Óiganme,
doctores. Les pido mil perdones. Pero, no puedo aceptar su solicitud, sino que
ustedes deben estar a mi disposición, él dijo y lo siguió, hasta fallecer en el
tren.
En virtud de su empeño sobrehumano y altruismo hoy
Corea se ha hecho uno de los contados países de satélite y nuclear del mundo y
ha contado con la potente economía nacional autosostenida, espléndida
perspectiva de alcanzar en un futuro cercano la meta: ser un país socialista,
poderoso y próspero.
El patriotismo que Kim Jong Il poseía y que puso en
práctica es, de veras, considerado como el más sublime y excepcional que debe
asociarse necesariamente con el respetado nombre Kim Jong Il tanto por su esencia como por su
gran vitalidad. Constituye la quintaesencia del patriotismo socialista.
Significa el amor más fervoroso al país y el pueblo, la más activa y abnegada
dedicación en aras de la prosperidad de aquel y la felicidad de este. Ahora el
patriotismo de Kim Jong Il, valioso legado espiritual que Kim Jong Il dejó al
pueblo coreano le sirve a este de, diríase, faro, brújula, que hace a
cualquiera tomar el camino a favor del país.