miércoles, 23 de enero de 2013

Kim Jong Il y la nieve


 
Este pequeño artículo es una muestra del trabajo realizado por el querido dirigente Mariscal KIMJONG IL y su dedicación por el pueblo un hombre que se dedico hasta el ultimo día de su muerte a trabajr por su nación tal como lo hiciera el gran Líder presidente KIM IL SUNG.
Es por ello que hoy su pueblo lo recuerda con gran cariño y devoción.
comparto con ustedes este artículo a fin que puedan compartirlo un abrazo.
Nota: La imagen es de un cuadro de Concha Nácar con la imagen del Campamento secreto del monte Paektu lugar de nacimiento del dirigente KIM JONG IL.

Atte.
Yuri Castro Romero

 

Al recordar toda la vida de Kim Jong Il (16 de febrero de 1942-17 de diciembre de 2011), Presidente del Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea, viene a la memoria antes que nada una cosa, la nieve.

Él nació en febrero cuando cae nieve en el Paektu, el más alto monte de Corea, y se despidió de su pueblo en diciembre bajo la nieve.

También toda su existencia estuvo impregnada de la filosofía de la nieve, que no solo purifica el alma de la persona sino que derritiéndose, moja la tierra. La nieve, diríase, implica la filosofía de la más noble vida humana consistente en consagrar con honestidad todo lo suyo en aras de la prosperidad del país y la felicidad del pueblo.

Kim Jong Il vivió con castidad.

El año 1994 el Presidente Kim Il Sung, fundador de la Corea socialista, falleció improvisadamente. Según una norma internacional, el deceso de un jefe de Estado es seguido pronto por la ocupación de su cargo por otra persona, pero en Corea más de 3 años enteros el presidente del Estado estaba vacante, portentoso producto del sublime e inmaculado sentido de obligación moral de Kim Jong Il que quiso enaltecer de continuo a Kim Il Sung. En virtud de él, Corea legalizó tener a Kim Il Sung como eterno Presidente del país y pudo guardar sus restos con la imagen que tenía en su vida.

Kim Jong Il no hizo nada para sí mismo. Siempre puesto de chaqueta ordinaria, estaba de viaje de trabajo y tomaba duermevela para reponerse de cansancio, pero hizo preparar por doquier modernas fábricas, viviendas y lugares de descanso para el fomento del bienestar del pueblo; levantar monumentos y estatuas en honor de los mártires revolucionarios y otros que protagonizaron grandes méritos a favor del país; y no quiso hacerlo para sí mismo. No tuvo a su disposición ni una de muchas cosas regaladas a él por coreanos, jefes de Estado y partido y celebridades de otros países, sino que logró guardarlas en el Museo Estatal de Regalos y la Exposición Permanente de Amistad Internacional para que cualquiera las pudiera ver.

Kim Jong Il atendió solícitamente como generoso padre de una gran familia armoniosa a todos los norcoreanos, entre los cuales figuraban no solo los obreros, campesinos e intelectuales sino también los que anteriormente cometieron delitos ante la nación, incluido Jong Ju Yong, exjefe del grupo Hyundai surcoreano, quien conmovido por su amor a la nación y política abarcadora, consagró el resto de su vida para la prosperidad y reintegración de la nación.

Kim Jong Il fue amable con mucos extranjeros en lucha por la independencia, la paz y la justicia.

El político socialista debe tener competencia, pero primero amar sin límites al pueblo, dijo. En su viaje de trabajo, visitando casas de las personas, conoció de los detalles de la vida, bendijo el porvenir de los descendientes e incluso puso nombre a los que vieran nacer; les envió comidas a todos los viejos del país que cumplían 100 años de nacimiento; acogió en su regazo a más de 60 personas no abjuradas que llevaron decenas de años de vida carcelaria en Corea del Sur, las honró y les preparó la vida más dichosa; e hizo enviar a una mujer que tuvo grave quemadura en la cara mientras defendía las riquezas del país del fuego en un monte a un famoso hospital extranjero para rescatarle su belleza original.

Kim Jong Il se abnegó para sus connacionales y extranjeros progresistas.

¿Por qué yo no sentiría dificultad y no querría reposar junto con mis familiares aunque fuera una fiesta, por la noche? También soy hombre y amo más que nadie la vida. Pero el pueblo es más valioso que nada y para él trabajo sin descanso consagrando lo todo personal, dijo cierta vez.

Su mayor alegría era ver a las personas felices. Para esto continuó su viaje de trabajo por encima de la brasa solar y el rigor de frío. Sin titubeo entró en el frente de arranque de la mina, de cuyo techo caía agua, y caminó por el intrincado lindero. También en el camino de largo viaje al extranjero pensó en su pueblo que había dejado atrás. Un delegado plenipotenciario del presidente ruso que lo acompañó, en su obra escribió: el Presidente del Comité de Defensa Nacional Kim Jong Il es Dirigente que reflexiona y devana los sesos cuanto pueda solo para la felicidad de sus compatriotas, lo cual no es casual.

Uno de los últimos días de su vida al personal médico que preocupándose por la gravedad de su enfermedad suplicaron renunciar a hacer viaje de orientación, dijera: Mil perdón, doctores. Yo no puedo hacer lo que dicen ustedes. Más bien, obedezcan a mí.

Su abnegación hizo posible que Corea defendiera el socialismo y entrara en una nueva fase de progreso, de la construcción de un país poderoso y próspero, que terminara la era en la que los imperialistas intimidaban con armas nucleares a Corea y que la Península Coreana y el resto de Asia del Noreste se eximieran del peligro de la guerra nuclear.

Su sublime vida la evocarán en todo momento el coreano y otros pueblos progresistas.

 
Patriotismo de Kim Jong Il

 

Kim Jong Il al que el pueblo coreano tiene como su eterno Dirigente, fue prototipo del auténtico patriota.

Su amor al país fue el más sincero y ferviente. Cuando veía un bosque exuberante o un extenso terreno bien acondicionado, los mencionaba con afecto y en voz queda como “bosque verde” y “campo verde”. En sus viajes al extranjero extrañaba a la patria que había dejado atrás, llamándola con gran emoción “mi país”. Cada vez que contemplaba con profundo dolor los montes despoblados durante los viajes de orientación decía que era de nuestra incumbencia acicalar los montes y ríos y bordarlos con hilo de oro, para entregarlos a las posteridades, y transplantaba en persona árboles.

Lo ardiente que fue su amor al país lo se puede conocer bien a través de sus esfuerzos y desvelos que hizo para defender la Corea socialista y convertirla en un país poderoso y próspero.

A finales del siglo pasado cuando la intentona de estrangulamiento político, económico y militar contra Corea de las fuerzas aliadas imperialistas que soñaban con la “extinción completa del socialismo” llegó al clímax, Kim Jong Il fomentó más Songun (dar preferencia a los asuntos militares), que hizo posible que Corea se hiciera una potencia militar que nadie se atreviera a tocar, inexpugnable baluarte del socialismo.

La aplicación de la tecnología de CNC (control numérico computarizado) que ha generado hoy una revolución industrial en el nuevo siglo es promovida también por él que amaba más que nadie al país.

A fines de la década de 1990 cuando Corea se encontraba en la pésima situación Kim Jong Il optó por hacer invertir en la mencionada tarea los valiosos fondos que fueron, diríase, el erario público, en aras de la prosperidad de la futura patria. Como resultado, en eso Corea empezó a producir con sus propios recursos las máquinas de CNC y hoy ha tomado con firmeza el dominio mundial de esta tecnología y entrado en la nueva era, la de la industria del conocimiento, en la que basándose en ello supera lo más avanzado en la economía en conjunto.

Kim Jong Il dedicó de lleno todo lo suyo para el enriquecimiento y la prosperidad del país y la felicidad del pueblo.

Su largo viaje de orientación que hizo practicando Songun a finales del siglo pasado para superar pésimas dificultades a las que el país se enfrentaba y defender el país fue el penoso, el de a vida o muerte, que cualquiera no pudiera hacer. Desde el comienzo del año 1995 en que empezó a aplicar plenamente la política Songun hasta finales de 2011 cuando falleció cubrió 353 mil 576 kilómetros de distancia realizando la visita de orientación a 3 808 unidades en total.

El trayecto atravesó el paso Chol que escaló más de una vez bajo la fuerte nevasca, el monte Osong que subió empujando con sus hombros el carro de campaña que deslizaba, la isla Cho que visitó cruzando un mar furioso, Panmunjom en la Línea de Demarcación Militar donde se oyera el hálito de los enemigos y otros puestos en la avanzada del frente.

Kim Jong Il no solo defendió el país sino que le abrió la era de la prosperidad. Durante su largo viaje estuvo ora en la cabecera de una parcela donde presentó su gran proyecto de extender y estandarizar todas las tierras del país de manera que merecieran ser las del país socialista, ora en la fundición de hierro y la de acero que perfeccionaron un nuevo método de producción que no requiere el uso del carbón-coque y la chatarra, ora en las bases de la industria química que al producir gran cantidad de vinalón y abonos, hicieron contribución trascendental al desarrollo económico del país. Gracias a él se levantaron por doquier modernas fábricas de la industria ligera que tienen gran significado para el fomento del bienestar del pueblo, granja de avestruces y piscifactoría de esturiones, las primeras de su especie en Corea, así como nuevos y extensos huertos de categoría mundial.

En esos días Kim Jong Il tomó bolas de arroz y una duermevela. Usó el tren y el carro a guisa de su despacho y residencia.

No haciendo caso de su cansancio acumulado e incluso aun cuando estaba gravemente enfermo no dejó de realizar la visita de orientación. En vista de la gravedad de su enfermedad los doctores, derramando lágrimas, le suplicaron abstenerse de hacer visita de trabajo. Óiganme, doctores. Les pido mil perdones. Pero, no puedo aceptar su solicitud, sino que ustedes deben estar a mi disposición, él dijo y lo siguió, hasta fallecer en el tren.

En virtud de su empeño sobrehumano y altruismo hoy Corea se ha hecho uno de los contados países de satélite y nuclear del mundo y ha contado con la potente economía nacional autosostenida, espléndida perspectiva de alcanzar en un futuro cercano la meta: ser un país socialista, poderoso y próspero.

El patriotismo que Kim Jong Il poseía y que puso en práctica es, de veras, considerado como el más sublime y excepcional que debe asociarse necesariamente con el respetado nombre   Kim Jong Il tanto por su esencia como por su gran vitalidad. Constituye la quintaesencia del patriotismo socialista. Significa el amor más fervoroso al país y el pueblo, la más activa y abnegada dedicación en aras de la prosperidad de aquel y la felicidad de este. Ahora el patriotismo de Kim Jong Il, valioso legado espiritual que Kim Jong Il dejó al pueblo coreano le sirve a este de, diríase, faro, brújula, que hace a cualquiera tomar el camino a favor del país.