domingo, 1 de enero de 2012

Editorial conjunto de los periódicos Rodong Sinmun, Joson Inmingun y Chongnyon Jonwi

"Año del Centenario del Presidente KIM IL SUNG"


En acato al legado del gran camarada Kim Jong Il, hagamos del 2012 un año de triunfos enorgullecedores que anuncian el inicio de una era de fortalecimiento y prosperidad
Hoy, nuestro Ejército y pueblo despiden el 2011 derramando lágrimas de sangre y acogen el Año Nuevo 101 de la era Juche (2012). 
Hacer votos cada año por que el gran camarada Kim Jong Il tuviera buena salud y emprender el camino de la marcha del Año Nuevo era una larga tradición de nuestro pueblo. Su respetado nombre e imagen del Sol fue, para nuestro pueblo, bandera de la victoria y fuente de la fuerza espiritual que le redoblaba la voluntad y convicción en la victoria segura. Ahora, todos los militares y demás sectores del pueblo, convirtiendo la indecible tristeza en fuerza y coraje multiplicados miles de veces, están emprendiendo la marcha por el magno avance con vistas al fortalecimiento y prosperidad en la nueva centuria de la era Juche, bajo la dirección del querido camarada Kim Jong Un.
El año pasado nos despedimos tan de repente e inesperadamente del gran camarada Kim Jong Il, lo cual fue la máxima pérdida en la historia de cinco milenios de nuestra nación  y la mayor tristeza de nuestro Partido y pueblo.
El gran camarada Kim Jong Il fue un destacado ideólogo y teórico, extraordinario veterano político de todos los tiempos y General del Songun sin precedentes, quien, con profundas ideas y teorías y excepcional dirección, condujo la causa revolucionaria del Juche por el único camino de victorias, así como patriota sin par y Padre generoso del pueblo que bordó toda su vida revolucionaria con sublimes desvelos por la Patria y el pueblo. En virtud de su conducción, la inmortal idea Juche y la ideología Songun, creadas por el Líder paternal, pudieron expedir brillos como doctrina directriz de la época de la independencia, las tradiciones revolucionarias del Paektu fueron salvaguardadas con firmeza, el poderío de nuestro Partido y Ejército y la capacidad del país han llegado al sumo grado y se ha abierto la era de gran prosperidad nacional, nunca vista en la historia de cinco milenios de la nación coreana.
En los años cuando nuestra revolución sufría las más duras pruebas defendió con firmeza las conquistas del socialismo, preciosa herencia del Líder paternal, y cimentó fuertes bases políticas, militares y económicas para la eterna prosperidad nacional. Estas brillan como mayores méritos que él acumuló en el proceso de la causa revolucionaria del Juche.
Hoy, nuestro Ejército y pueblo sienten en lo profundo de su corazón qué gran Dirigente tenían como Padre y Sol de la nación en el proceso de la revolución y están ardientemente decididos a hacer realidad hasta el fin el deseo del camarada           Kim Jong Il y culminar su causa.
El año pasado fue un año de triunfos cuando se registraron grandes innovaciones y avances en la construcción de un Estado poderoso y próspero bajo la entusiasta orientación del gran camarada Kim Jong Il.
Celebrar con mayor solemnidad y significación el centenario del nacimiento del gran Líder, Presidente Kim Il Sung, como gran fiesta cuando suenen los cañonazos de triunfos del gran auge de Songun, fue el noble propósito del querido General. Con miras a lograr este triunfo trabajó con un entusiasmo sobrehumano conduciendo el avance de todo el pueblo situándose en su frente. Realizó hasta el último aliento de su vida el viaje de trabajo visitando los importantes lugares de combate de la construcción de la gran potencia próspera, los puestos de defensa en la primera línea del frente y todos los rincones del país. Gracias a su dirección la crónica de los cien años de la era Juche ha podido coronarse brillantemente como historia de grandes cambios y victorias.
El año pasado se registraron enormes éxitos en la gran marcha para el mejoramiento de la vida poblacional y la poderosa base para la potencia económica del siglo XXI se ganó en la mayor solidez.
En virtud de los incansables desvelos del gran General se encendió la antorcha de la revolución industrial de la nueva centuria que permitió a nuestra economía emprender el camino de la construcción de una potencia con tendencia a la economía de conocimientos. Por doquier se han levantado creaciones monumentales dedicatorias al gran festival del 2012, entre otras la Central Hidroeléctrica de Huichon, y encendido con fuerza la llama de Hamnam (Provincia de Hamgyong del Sur). En el fragor de la marcha de gran auge por el mejoramiento de la vida del pueblo numerosas fábricas de industria ligera se han renovado y puesto a punto y construido aquí y allá del país bases de ganadería, piscicultura y de producción de frutas de gran envergadura, que servirán de modelo para el nuevo siglo. Esto es un gran resultado de la estrategia de nuestro Partido en cuanto al fortalecimiento y prosperidad nacionales. Hoy, con gran orgullo de triunfadores, hablamos con seguridad que hemos alcanzado la línea de viraje de abrirle las puertas a un Estado poderoso y próspero.
En todos los aspectos, el país se ha cambiado completamente de su fisonomía, acorde a su condición de potencia próspera. Según el magno proyecto del gran camarada Kim Jong Il, se llevan a cabo en gran escala las obras por convertir Pyongyang en una majestuosa y hermosa ciudad de alcance mundial y surgieron por doquier bellas aldeas socialistas en Ryongrim, Taehung, Hoeryong y otras zonas. Se han creado una tras otra obras artísticas escénicas monumentales como el teatro Hoy quedará en nuestros recuerdos que representan el arte y la literatura de la época del Songun y se ha abierto la nueva era de florecimiento del arte de masas.
El año pasado se puso de manifiesto en sumo grado la firme disposición de nuestro Ejército y pueblo a seguir al gran Partido para llevar a cabo la revolución.
La situación fue tensa y compleja, pero la disposición de nuestro pueblo a marchar al compás del Dirigente ha sido siempre inmaculada e invariable.
El período de duelo al gran camarada Kim Jong Il fue una ocasión para demostrar que el lazo consanguíneo entre él, General padre, y el pueblo, trabado a base del propósito y el amor, es el más sólido, eterno e invariable. La inenarrable tristeza de nuestros militares y civiles es una expresión de la auténtica unidad, pura y eterna, y una manifestación de su firme juramento de seguir hasta el fin al Partido. Los rasgos ideo-espirituales de nuestro pueblo, poseedor del más noble sentido de obligación
moral, hicieron temblar de miedo a los enemigos y provocaron admiración en todo el mundo.
Mientras contamos con el invencible Partido, Ejército y Estado, avezados y desarrollados por el gran camarada Kim Jong Il, con la sabia dirección del camarada   Kim Jong Un, continuador de la causa revolucionaria del Juche, y con un buen pueblo que sigue fielmente, generación tras generación, a su Dirigente, la victoria de la causa de la construcción de un Estado poderoso y próspero, es segura; esta es una verdad férrea que concebimos todos nosotros que iniciamos la nueva marcha.
Este 101 de la era Juche (2012) es el año en que se hará realidad brillantemente el proyecto del gran camarada Kim Jong Il para el fortalecimiento y la prosperidad del país y año de majestuosa y gran marcha en el que se inicia la nueva centuria de la Corea de Kim Il Sung.
El gran Dirigente, camarada Kim Jong Il, dijo:
“Nosotros debemos continuar la revolución hasta el fin. Llevar al término la revolución que emprendimos siguiendo al Líder ha llegado a ser hoy una firme e inmutable voluntad de nuestro Partido y pueblo.”
La marcha que emprendemos en la nueva centuria de la era Juche es la continuación de la revolucionaria iniciada en el monte Paektu. Llevar adelante, siempre victoriosamente, bajo la dirección del camarada Kim Jong Un, nuestra revolución iniciada por el gran Líder Kim Il Sung y coronada de grandes triunfos por el General Kim Jong Il, es la invariable y firme voluntad de nuestro Ejército y pueblo. En la gran marcha de la nueva centuria, lo que debemos tomar como faro son las ideas revolucionarias de los grandes hombres del monte Paektu, y el sable todopoderoso es el coraje y modo de ataque de esos Comandantes. Al seguir constantemente el camino de independencia, de Songun y de socialismo allanado por el gran Líder, camarada Kim Il Sung, debemos hacer continuar la historia revolucionaria del Líder y la de la dirección del General sobre la revolución mediante el Songun.
El centenario del Líder paternal será una importante ocasión para hacer alarde del poderío de Corea que avanza con denuedo hacia el mundo y constituirá un gran festival revolucionario que manifestaría la firme e invariable continuidad de la revolución coreana que mantiene constantemente una ideología, una estirpe. Debemos hacer de este año el de una majestuosa marcha general en el que continuamos, generación tras generación, la historia de gran auge siguiendo al gran Partido orientador.
Hoy tenemos por delante la importante tarea de alcanzar a todo trance la meta de la etapa histórica prevista hasta el 2012 conforme al legado del gran General. Al llevar a la victoria el empeño de este año para abrir las puertas a un Estado poderoso y próspero, debemos pasar a una fase nueva, superior, en la que construiremos la gran potencia socialista próspera en todos sus aspectos.
“¡En acato al legado del gran camarada Kim Jong Il, hagamos del 2012 un año de triunfos enorgullecedores que anuncian el inicio de una era de fortalecimiento y prosperidad!”, esta es la consigna combativa que este año todo el Partido, todo el Ejército y todo el pueblo deben sostener en alto.
Debemos reforzar por todos los medios nuestro poderío ideo-político y de unidad.
La primera potencialidad de la Corea de Kim Il Sung fue, es y será el poderío de la ideología y de la unidad. El 2012 será un año de unidad monolítica, un año de fidelidad, en que se manifestará al máximo el poderío ideo-político que acumulamos de generación en generación siguiendo al gran Líder y el gran Partido.
Nosotros somos todos hijos del Líder paternal, camarada Kim Il Sung, que heredamos su ideología y causa, y soldados y discípulos del camarada Kim Jong Il. Debemos mostrar ante todo el mundo de qué noble moral somos poseedores nosotros que tenemos a los grandes hombres sin iguales como nuestro eterno padre y eterno maestro. Precisa hacer máximo empeño para acoger el centésimo aniversario del gran Líder, camarada Kim Il Sung, con elevado entusiasmo ideo-político y portentosos éxitos laborales.
Los méritos realizados por el gran camarada Kim Jong Il en la revolución y su legado constituyen la fuente nutriente a la que debemos atenernos constantemente y un tesoro de eterna duración de nuestra revolución. Por muy duras que sean las adversidades que enfrentamos, debemos defender firmemente la herencia revolucionaria dejada por el gran General. Materializar su legado y política al pie de la letra, sin la menor concesión, incondicionalmente y de modo consecuente, y seguir invariablemente en este empeño, esta es la firme voluntad de nuestro Partido. Debemos mantener consecuentemente el firme concepto de que nuestro socialismo emprendido por el Líder paternal y orientado por el gran General es el más justo, y la posición de principios de defender hasta el fin nuestro socialismo centrado en las masas populares sin importarnos lo que digan otros.
Tenemos que fortalecer y desarrollar sin cesar nuestra unidad monolítica como la más sólida que se hereda de generación en generación. El camarada Kim Jong Un, Máximo Dirigente de nuestro Partido y pueblo, es la bandera de la victoria y gloria de la Corea de Songun y el eterno centro de la unidad. El querido camarada               Kim Jong Un es precisamente el gran camarada Kim Jong Il. Todo el Partido, todo el ejército y todo el pueblo deben tener la consecuente determinación de defender a vida o muerte al camarada Kim Jong Un, hechos fortaleza y escudos, y seguir para siempre al gran Partido. Seamos hombres sinceros que marchamos al compás de su Líder cuando más difíciles sean los tiempos y camaradas de verdad que más se esfuerzan para materializar con éxito su propósito.
Debemos lanzarnos con ímpetu al ataque general para realizar la magna estrategia de nuestro Partido por el fortalecimiento y prosperidad.
El año pasado el gran camarada Kim Jong Il enseñó encarecidamente que todo el Partido, todo el Estado y todo el pueblo, enarbolando la bandera de la revolución industrial en el nuevo siglo y sosteniendo la llama de Hamnam, dieran grandes saltos en todos los frentes de la revolución y su construcción. Su legado programático deviene la más científica y revolucionaria orientación presentada sobre la base de la clarividente consideración del estado actual de la construcción de un Estado poderoso y próspero y nuestra inagotable potencialidad. En cumplimiento del juramento hecho ante el difunto gran General, debemos consagrar toda nuestra fuerza, inteligencia y entusiasmo al empeño para realizar su propósito de fortalecimiento y prosperidad del país.
La llamarada de Hamnam sirve de bandera del ataque general para lograr una
gran victoria en el año 2012 y para producir un nuevo cambio. Representa la idea de pertinaz combate de ataque de cumplir en menos tiempo y en el nivel más alto las tareas asignadas por el Partido, el fuerte espíritu de autoestima nacional de llegar con sus propios esfuerzos al nivel mundial y la disposición de pioneros a abrir en su pueblito  y su lugar de trabajo, antes que nadie, las puertas a un Estado poderoso y próspero.
En los sectores de la industria ligera y la agricultura, frentes principales de la construcción de un Estado poderoso y próspero, hay que hacer arder más fuertemente las llamas de gran innovación de Hamnam.
En el sector de la industria ligera concentrarán la mayor fuerza en lograr que las modernas bases productivas preparadas en virtud de la gran solicitud de nuestro Partido surtan gran efecto, y procurarán que se entreguen mayor cantidad de artículos de calidad, que le gusten al pueblo y tengan su aceptación. Se empeñarán constantemente en sustituir las materias primas y los materiales necesarios para el sector de la industria ligera con los domésticos y desarrollar la industria local.
En la actualidad resolver el problema de alimentos del pueblo, el de las provisiones, es la tarea primordial para construir un Estado poderoso y próspero, y constituye el cartabón para medir la combatividad de las organizaciones partidistas y el afán por la revolución de los cuadros. Materializarán al pie de la letra la orientación de la revolución agrícola del Partido e incrementarán notablemente el rendimiento de cereales por hectárea en todos los lugares, sean llanos o montañosos. Introducirán activamente el sistema de producción circular en cadena que combina la agricultura y la ganadería y los métodos de cultivo orgánico de nuestro estilo y suministrarán a tiempo y en cantidad requerida los materiales y equipos necesarios para alcanzar la meta de producción agrícola. Lograrán que las modernas bases ganaderas, avícolas y de piscicultura y las extensas granjas de frutas den el máximo rendimiento.
El sector de vanguardia de la economía nacional, el de industria básica, constituye el arremetedero para impulsar, en pos de la llama de Hamnam, la gran marcha de la nueva centuria. Debemos solucionar a todo trance y de modo prioritario la escasez de la electricidad. Al sector de la industria eléctrica le incumbe la tarea de impulsar de continuo y con fuerza la construcción de las centrales hidroeléctricas de gran tamaño y mejorar sin cesar el mantenimiento de los equipos y administración tecnológica de las plantas, para normalizar en el alto nivel la producción de la electricidad. En el sector de la industria carbonífera concentrarán las fuerzas en abastecer de suficiente carbón a las centrales termoeléctricas y las fábricas químicas y metalúrgicas y explotarán activamente nuevos yacimientos en las minas. Los funcionarios y obreros del sector de la industria metalúrgica deben incrementar más la capacidad de producción del hierro por el método autóctono, introducir activamente la tecnología de combustión con el aire de alta temperatura basada en los combustibles domésticos e impulsar con fuerza la modernización del proceso de laminación. La tarea del sector del transporte ferroviario es impulsar con prioridad la renovación del ferrocarril del país, elevar la capacidad del acarreo y consolidar más la base material y técnica. Al sector de la industria química le compete afianzar más el sistema autóctono de producción de abonos, aumentar bruscamente la capacidad de producción de estos, y
normalizar en alto nivel la fabricación de vinalón y otras fibras químicas y resinas sintéticas.
La revolución industrial en la nueva centuria es un sagrado empeño para levantar con la superación de lo más avanzado la potencia económica de los conocimientos a nuestro estilo y la magna línea estratégica de la construcción socialista trazada por nuestro Partido.
Con el espíritu de explotación y modo de creación Ryonha que hicieron dar saltos en la producción de las máquinas herramienta de CNC, de último tipo, debemos elevar a un nivel nuevo, superior, el equipamiento técnico general. En todos los sectores y todas las unidades de la economía nacional aumentarán decisivamente la propia capacidad de explotación de las nuevas tecnologías y los productos e impulsarán con vistas al futuro la tarea de transformar nuestra economía en otra de intensidad tecnológica.
En las instituciones de investigación científica concentrarán mayores fuerzas en el fomento de las tecnologías básicas medulares como la informática, la nanotecnología y biotecnología, y otras de importantes campos, y obtendrán más éxitos que superen el nivel mundial. Mantendrán firmemente el Juche en el desarrollo de las ciencias y técnicas, materializarán plenamente el colectivismo y combinarán estrechamente las ciencias y tecnologías con la práctica productiva. Presentarán activamente en el primer plano a los científicos y técnicos, preciosos talentos del país, y les asegurarán en el nivel más alto las condiciones de trabajo.
Debemos hacer del nuestro un país socialista altamente desarrollado y civilizado.
Situarse al frente de la civilización humana en todos los dominios de la vida social fue la voluntad patriótica de Kim Jong Il y es la unánime aspiración de nuestro pueblo. El sector de la enseñanza debe alcanzar una altura superior en cuanto a su contenido, forma, condiciones y ambiente, en concordancia con las exigencias de la era de la economía de conocimientos. A la esfera artístico-literaria le corresponde materializar cabalmente la orientación del Partido de producir, componer y representar a nuestra manera, además de lograr la prolífica producción de obras maestras, impecables en todos los sentidos. Es preciso fomentar actividades artísticas de masas, vívidas, de fácil comprensión y que se nutre de la palpitante realidad del gran auge, así como crear óptimas condiciones para las ricas actividades culturales y emocionales de los jóvenes y demás habitantes. Es necesario promover el interés social por el deporte y hacerlo parte de la vida y un hábito, excitando aún más la intensa fiebre del mismo.
Nos toca seguir profundizando más en las labores para el pleno florecimiento de nuestras mejores cultura, moral y modo de vida. Al librar una intensa lucha para impedir la infiltración ideológico-cultural del imperialismo y desarraigar las extravagantes maneras de vivir, hemos de saturar toda la sociedad de un aire sano y revolucionario.
Cambiar la fisonomía de la ciudad de Pyongyang es una tarea de suma importancia para festejar por todo lo alto el centenario del Líder paternal y un legado encarecido que el gran General nos dejó. Hace falta impulsar en el máximo nivel la construcción en la zona de Mansudae y otras obras importantes y producir cambios radicales en la urbanización, reforestación y creación de áreas verdes, para abrir en la
era de Songun un nuevo período de prosperidad de Pyongyang. En provincias, ciudades y distritos, imprimirán las peculiaridades de su localidad en el urbanismo y modernizarán decisivamente las calles y los poblados.
Es necesario consolidar por todos los medios la capacidad de defensa nacional, con la bandera del Songun en alto.
El Ejército Popular es el pilar y fuerza fundamental de la revolución Songun y la brigada de choque en la edificación de un Estado poderoso y próspero.
En este significativo año en que vamos a conmemorar el centenario del Líder paternal y el aniversario 80 del Ejército Popular de Corea, este tiene el deber de avivar las llamas del Movimiento por el Título de Séptimo Regimiento de O Jung Hup y renovar todas las labores militares y políticas, en plena demostración de su heroico temple e insuperable combatividad como fuerzas del Líder y el Partido.
Imbuidos del noble deber moral e inconmovible fe en que el gran camarada     Kim Jong Il vive eternamente en los militares, estos defenderán resueltamente con el fusil y perpetuarán sus méritos en la construcción de las fuerzas armadas.
Enarbolando la consigna “¡Defendamos a vida o muerte al Comité Central del Partido encabezado por el querido camarada Kim Jong Un!”, todos ellos deben depositar en este su absoluta confianza, seguirle y defenderlo a toda costa convirtiéndose en miles y miles de balas y bombas.
Ahora que la original causa de la construcción militar ha entrado en una nueva fase de cambios históricos, a todo el ejército le incumbe intensificar más la labor partidista y política dirigida a implantar cabalmente el sistema de mando único del camarada Kim Jong Un, Máximo Dirigente de nuestras fuerzas armadas revolucionarias. En acato al propósito del gran camarada Kim Jong Il, serán los primeros en seguir con lealtad la orientación de la revolución Songun del camarada Kim Jong Un, destacado Comandante del Paektu, y establecerán en su seno el ambiente revolucionario de acatar sus órdenes e instrucciones al pie de la letra e incondicionalmente.
El fusil de Songun vela por el bienestar de la patria y el pueblo, puestos al cuidado del ejército por el difunto camarada Kim Jong Il, y promete el triunfo en la edificación de un Estado poderoso y próspero. Es menester elevar con fuerza el calor de entrenamiento con el espíritu del Paektu, bajo la consigna “¡El entrenamiento también es un combate!”, de manera que todos los oficiales y soldados cumplan la misión por su propia cuenta e iniciativa y se preparen como combatientes capaces de aniquilar uno a cien enemigos y dispuestos a inmolarse en aras de la reunificación nacional. Estarán en total disposición para la guerra a muerte, a fin de reaccionar con inmediato e inclemente escarmiento a la atrevida violación de nuestra dignidad y soberanía por parte del enemigo y lograr la reunificación de la patria.
Pondrán gran empeño en el mando, administración y disciplina de las unidades, estableciendo en todo el ejército una férrea disciplina, una estructura regularizada y un ambiente de noble ética. Seguirán dedicando ingentes esfuerzos al fortalecimiento de compañías, hasta convertir todas estas en excelentes unidades de combate, acogedores nidos y añorados hogares.
Deben consagrarse a hacer feliz al pueblo, en fiel acato al propósito que el Partido perseguía al definir el presente como Año para el Pueblo, y hacer realidad la idea del gran camarada Kim Jong Il de identificar al ejército con el pueblo.
En todos los frentes de la construcción del Estado poderoso y próspero, desplegarán el espíritu que encierra el lema De un tirón, al tiempo que realizarán proezas sempiternas con la Velocidad de Asalto, la de Uno contra Cien, del heroico Ejército Popular de Corea, para el que nada es imposible.
Es necesario explotar al máximo el inmenso potencial de la industria de defensa nacional que instituyera el Líder paternal y consolidara el gran General en su incansable orientación de Songun.
Consolidar al Partido y elevar por todos los medios su papel orientador son factores decisivos para acatar el legado del gran camarada Kim Jong Il y abrir una nueva era de fortalecimiento y florecimiento.
Para nuestro Partido y revolución este es un momento de gran trascendencia y responsabilidad en la continuación de la causa revolucionaria jucheana. La actual realidad requiere que todas las labores y actividades del Partido respondan al espíritu de la marcha del Paektu y el de la revolución continua, que exigen llevar a cabo la revolución de modo consecuente, unidos monolíticamente en torno al querido camarada Kim Jong Un.
Hoy, mañana y siempre, asumirán como tarea primordial seguir consolidando el sistema de dirección única del Partido. Debemos fortalecer todo el Partido como un cuerpo organizativa e ideológicamente puro, regido por una sola voluntad de acatar incondicionalmente el propósito de su dirigente. 
A las organizaciones partidistas les incumbe estar al tanto de la opinión pública, como exige la línea de masas del Partido, e imprimir un nuevo cambio en la labor para con ellas. Es necesario respetar sus opiniones y tenerlas en cuenta para profundizar en las labores partidistas, para así demostrar a plenitud la política abarcadora y de virtudes de nuestro Partido en el presente año en que se celebra el centenario del Presidente Kim Il Sung. 
La organización partidista más fuerte es aquella que lleva a la práctica el sueño que acariciaba Kim Jong Il. Todas las organizaciones partidistas concentrarán sus esfuerzos en las tareas de avivar con fuerza la llama de Hamnam y acelerar la revolución industrial de la nueva centuria. Desarrollarán refrescantes y enérgicas labores de propaganda y agitación que convoquen a las masas a vivir con un espíritu y avanzar a una velocidad, propios de la Marcha Forzada del gran camarada         Kim Jong Il.
Esta época de gran auge exige mejorar de manera decisiva el estilo de lucha y la capacidad rectora de los funcionarios. 
Es importante que aprendan de modo activo el espíritu combativo de los comandantes del Ejército Popular, quienes cristalizan con mayor prontitud y puntualidad el propósito del querido camarada Kim Jong Un. El funcionario más indicado para el actual gran ascenso emprende sin demora una ambiciosa obra si se lo propone el Partido, cumple cualquier tarea difícil de modo tridimensional y con celeridad, y todo lo asocia con el futuro, creando obras impecables y duraderas. 
“¡Hagamos más trabajos útiles para el pueblo!”, este es el slogan de la práctica y
la conciencia de los cuadros que siguen fieles al pensamiento del gran Partido. Tendrán la elevada conciencia de que existen para el pueblo, el inconmovible concepto de que la opinión y los intereses de este deben regir todas sus actividades, y la humilde actitud del que pone a prueba su espíritu partidista ante él. Realizarán a carta cabal la exigencia del Partido de que prioricen sus comodidades y laboren con abnegación a favor de él e incondicionalmente.
Multiplicar la fuerza espiritual de las amplias masas es un factor importante para lograr la victoria en la gran marcha de este año.
El espíritu de las masas lo decide todo. Con la férrea convicción de que Corea cumple lo que se propone, han de asimilar la fuerza espiritual y la capacidad de práctica de Hamnam donde fabricaron por propia cuenta los equipos más avanzados, para la admiración de todos. Promoverán por doquier la emulación socialista y otros movimientos de masas encaminados a despertar el espíritu de estas.
Como señalara el gran General, cuando bullen las organizaciones de trabajadores, bulle el país entero. Las de la Unión de la Juventud deben formar a toda su militancia como auténtica vanguardia de Songun que hereda de modo brillante las tradiciones de milagro, innovación y optimismo revolucionario, plenamente manifestadas en cada etapa de la revolución coreana. Cantando con orgullo la Marcha de la Juventud Coreana, realizarán hazañas en todas las obras para la construcción de una gran potencia próspera y levantarán más creaciones monumentales de la era de Songun, bautizadas con el calificativo “Juventud”. A las organizaciones de la Unión de Mujeres les corresponde llevar a cabo con dinamismo distintas labores útiles como el Movimiento de la Brigada de Choque y hacer aportes sustanciales a establecer en todo el país un revolucionario y noble ambiente de vida. A todas las agrupaciones de trabajadores les incumbe cumplir excelentemente sus deberes como unidades de la educación ideológica para que sus miembros exhiban su honor de participantes y triunfadores en la empresa de construir una gran potencia próspera.
Es preciso materializar cabalmente los legados sobre la reunificación de la Patria de Kim Il Sung, eterno Sol de la nación, y el estimado camarada Kim Jong Il.
La reintegración fue el deseo de toda la vida de las figuras célebres del monte Paektu y es el supremo quehacer nacional para nuestra generación. El gran General consagró toda su vida a allanar el ancho camino para la causa de la reintegración nacional del Líder paternal. Hoy tenemos a otro eminente patriota, el estimado camarada Kim Jong Un, a la cabeza de la empresa que llevamos a cabo enarbolando como eternas banderas las Tres Cartas para la Reunificación de la Patria y la Declaración Conjunta Norte-Sur. Y el anhelo secular de la nación se realizará sin falta en un futuro cercano, porque contamos con una sólida base para ello y con 70 millones de compatriotas  que profesan fervoroso amor a la patria.
Movidos por la voluntad patriótica de abrir una nueva coyuntura para la reunificación y la prosperidad, el año pasado propusimos a las autoridades surcoreanas efectuar con gran amplitud las conversaciones y las negociaciones, nos esforzamos invariablemente para llevarlo a vías de hecho. Sin embargo, esas fuerzas conservadoras, contraviniendo la tendencia de la época y la opinión pública, nos respondieron con el servilismo a Estados Unidos, el enfrentamiento a los compatriotas norteños y las maniobras bélicas para una guerra contra el Norte. Los
actos antimorales y antinacionales que cometió la banda de traidores al hacer la vista gorda ante la gran desgracia que fue el deceso del Dirigente Kim Jong Il e impedir persistentemente expresarle condolencia, provocó que toda la nación, profundamente indignada, la denunciara enérgicamente. Solo les espera el severo castigo del pueblo.
El curso de la situación del año pasado ha confirmado una vez más la verdad histórica de que ninguna fuerza es capaz de doblegar la voluntad nacional de la reunificación independiente, prosperidad y paz, y que los opositores a la reintegración serán derrotados infaliblemente.
En el año nuevo celebramos el 5 aniversario de la Declaración del 4 de Octubre, un programa para llevar a la práctica la Declaración Conjunta del 15 de Junio. 
Enarbolando el lema ¡Todos los compatriotas, llenos del ánimo renovado, abriremos la puerta a la reintegración de la Patria!, registraremos en este significativo año cambios decisivos en dicha causa.  
Tenemos que mantener firmemente una posición que aboga por la independencia y la preponderancia de la nación.
Rechazar las fuerzas extranjeras agresoras y dar solución al problema de las relaciones Norte-Sur con el esfuerzo de toda la nación es la exigencia de la Época de la Reunificación del 15 de Junio. Todos los compatriotas en el Norte, Sur y extranjero debemos anticipar el luminoso futuro de la reintegración, convencidos de que nuestra nación es la mejor y que nada es imposible cuando adoptamos la independencia nacional como una actitud intransigente. Que con motivo del quinto aniversario de la Declaración del 4 de Octubre reine en todo el territorio el ambiente que favorezca el activo apoyo de las declaraciones intercoreanas y su implementación. En Corea del Sur avivarán más la lucha de masas para frustrar resueltamente las maquinaciones de los sumisos a las potencias que, en contubernio con éstas, pisotean los intereses de la nación.
La reconciliación y unidad nacionales son premisas y garantes de la reintegración. 
Es necesario colocar los intereses nacionales por encima de todo, subordinándolo todo a estos. Debemos oponernos resueltamente al enfrentamiento Norte-Sur que conduce a la crisis las relaciones bilaterales. Jamás serán toleradas las maniobras anti-reunificación que desacreditan nuestra dignidad y siembran desconfianza y aversión entre norteños y sureños. Hemos de librar una lucha de toda la nación para frustrar la política de la banda de traidores que se opone a la reunificación al impedir la conciliación y unidad, y promueve la hostilidad contra los compatriotas norteños mediante el recrudecimiento del enfrentamiento. 
Frustrar las maniobras de los belicistas de dentro y fuera del país es la acuciante demanda de la actualidad.
Toda la nación, bajo la consigna a favor de la paz y contra la guerra, debe desbaratar cada una de las insensatas provocaciones militares, el incremento de fuerzas armadas y los simulacros de guerra contra nuestra República. Es preciso redoblar la vigilancia ante la peligrosa confabulación de los belicistas del interior y exterior del país y expulsar de Corea del Sur a las tropas yanquis, mayor obstáculo de la paz en la Península Coreana.
La actual lucha por llevar a buen término el legado del gran General sobre la reunificación de la Patria es una labor patriótica relacionada con el destino de la
nación en la nueva centuria de la era Juche. Este año todos los compatriotas del Norte, el Sur y el extranjero deben abrir un arremetedero para la reintegración independiente, al impulsar este movimiento unidos firmemente bajo la bandera de la Declaración Conjunta del 15 de Junio y la Declaración del 4 de Octubre. 
Muy compleja fue la situación internacional del año pasado, pero nuestra revolución siguió su avance por el camino del triunfo, trazado por el gran General.
El gran camarada Kim Jong Il fue un defensor de la justicia que, mediante prolongadas y enérgicas actividades diplomáticas bajo la bandera de la independencia y el antiimperialismo, elevó considerablemente la posición y la dignidad de la Corea de Songun en la arena internacional e hizo imperecederas contribuciones a la causa de la humanidad por la independencia. Sus históricas visitas a China y Rusia en el año pasado contribuyeron de modo especial a la paz mundial, la seguridad en el noreste asiático y el desarrollo de las tradicionales relaciones de amistad. Ningún cambio de la situación internacional ni desesperado intento del imperialismo pueden detener nuestro avance por el camino del socialismo. En adelante seguiremos manteniendo invariable el ideal del Partido de la independencia, amistad y paz, y estrecharemos las relaciones de buena vecindad y amistad con otros países que respetan nuestra soberanía.
Nuestro Ejército y pueblo, que acogen la segunda centuria de la era Juche sobreponiéndose al profundo dolor ocasionado por la irrecuperable pérdida, llevan en sí una resuelta determinación y una fe en el triunfo infalible. 
En el corazón de todos ellos, que hoy dan nuevos pasos de su gran avance, siguen y seguirán eternamente presentes el gran camarada Kim Il Sung y el estimado camarada Kim Jong Il. Por contar con el camarada Kim Jong Un, comandante preeminente que conduce nuestra revolución, con el invencible ejército revolucionario que sigue fielmente a su orientador, el Partido del Trabajo de Corea, y con millones de hombres y mujeres unidos monolíticamente, la victoria de la causa revolucionaria del Juche es definitiva.
Nuestra revolución que comenzó en el monte Paektu no detendrá sus pasos firmes y agigantados hasta lograr el triunfo de Songun, el fortalecimiento y el florecimiento de la nación coreana.
Hagamos de la nueva centuria de la Corea de Kim Il Sung una era del poderío y prosperidad, una etapa de triunfos enorgullecedores, siguiendo la orientación del camarada Kim Jong Un, Máximo Dirigente de nuestro Partido, Estado y Ejército.