El Partido del Trabajo de
Corea tiene como su eterno Secretario General a Kim Jong Il que falleció
inesperadamente en diciembre del año pasado, lo cual no es algo simbólico en
modo alguno.
La ideología y el lineamiento
de Kim Jong Il le sirven al PTC de sempiterna guía directriz.
Desde que iniciara su
trabajo el 19 de junio de 1964 en el CC del Partido se empeñó para profundizar
y enriquecer de acuerdo con la exigencia de la época y la revolución en
desarrollo la idea Juche de Kim Il Sung, fundador de la Corea socialista.
Precisó esta idea rectora del Partido como la integridad de la idea, teoría y
metodología del Juche, haciendo gran contribución al campo de la ideología y
teoría del Partido. En todas las etapas de la construcción socialista publicó
muchas obras que dan profundas aclaraciones a los problemas teórico-prácticos
planteados. Sus pensamientos y doctrinas son los enciclopédicos que abarcan
todos los dominios de la vida social como la construcción del partido, el
Estado, el ejército, la economía, la enseñanza, la salud pública, la
literatura, el arte, el deporte, etc. Sus ideas y teorías enunciadas en El socialismo es ciencia, Priorizar la labor ideológica es requisito
indispensable para el cumplimiento de la causa socialista, Para mantener el espíritu Juche y la
nacionalidad en el proceso revolucionario y constructivo y muchas otras
obras tienen gran significado para fomentar e impulsar la causa socialista y la
de independencia en el mundo.
Sobre todo, su original
doctrina política Songun hace posible defender fidedignamente la soberanía
nacional y mantener firmemente la independencia de las masas populares hoy
cuando los imperialistas recurren cada día más a la política de fuerza, y cuya
justeza y vitalidad fueron comprobadas patentemente por la actualidad de Corea.
Kim Jong Il, al presentar la teoría de la construcción de un país socialista,
poderoso y próspero, a base del fortalecimiento de la capacidad defensiva del
país en todos sus aspectos, le abrió a la población un porvenir más espléndido.
Sus pensamientos y doctrinas
son invariable verdad y eterna bandera de la victoria para el PTC y el pueblo
coreano que avanzan todos para la construcción de un país socialista, poderoso
y próspero, para la victoria final.
Los extraordinarios méritos
de Kim Jong Il que realizó liderando decenas de años el PTC le sirven al pueblo
coreano de perdurable fuerza motriz para impulsar con dinamismo la causa
socialista.
Kim Jong Il orientó al PTC a
que junto con las masas populares se confundiera en un solo cuerpo con una idea
y voluntad y les sirviera y que tuviera recia disciplina y gran combatividad,
lo cual es uno de sus extraordinarios méritos.
Condujo correctamente el
empeño del pueble coreano para el socialismo, produciendo saltos
trascendentales que serían registrados en la historia. Aplicando la original
política Songun elevó al país que antes de un siglo por ser débil en lo
militar, se vio caer bajo la ocupación del imperialismo japonés, a la posición
de la potencia militar mundial. Aun haciendo frente a las extremadas sanciones
y bloqueos económicos de las fuerzas aliadas imperialistas capitaneadas por
Estados Unidos, presentó un gran proyecto de la construcción de un país
socialista, poderoso y próspero, y promovió una revolución industrial de la
nueva centuria, asentando una base de eterna duración para la construcción de
la potencia económica.
Se debe enteramente a su
sabia dirección el que hoy Corea hace gala de su dignidad y poderío como uno de
los contados países de satélite y nucleares del mundo.
Kim Jong Il que en toda su
vida tomaba como su divisa considerar al pueblo como el cielo, definió fomentar
continuamente el bienestar del pueblo como supremo principio de las actividades
del Partido y se empeñó para lograrlo. Todos sus pensamientos y actividades
propendían a asegurarle felicidad al pueblo. Orientó con escrupulosidad que el
PTC cumpliera debidamente su misión como partido en servicio al pueblo y todos
los funcionarios partidistas, como sus fieles servidores. En el viaje de
trabajo siempre visitaba sin cumplido casas de las gentes, analizaba su vida y
leía en su alma, atendiéndolas solícitamente como el padre carnal. En todo
momento estaba entre las personas y prestaba oído a sus opiniones, para reflejarlas
en las líneas y políticas del Partido y el Estado que establecieran. Era para
los coreanos el PTC, madre que se encarga tanto de su destino como de su
porvenir.
Consagró todo lo suyo para
el enriquecimiento y la prosperidad del país y la felicidad del pueblo. Si era
para esto, no hizo caso de su cansancio que sentía y del rigor de la nevasca,
el frío, el chubasco y el bochorno al que se exponía. Sin tomar ni un momento
de descanso hasta el último momento de su vida recorrió a lo largo y ancho del
país para orientar el empeño del pueblo coreano para la construcción de la
potencia económica. Lo siguió a pesar de las disuasiones de los doctores, hasta
caer en el tren vencido de la acumulación de las fatigas y desvelos.
Es demasiado natural que el
pueblo coreano lo tiene como su gran padre, como su eterno Dirigente.
Kim Jong Il vive siempre
junto con el invencible PTC que orienta la marcha general del pueblo coreano
para la construcción de un país socialista, poderoso y próspero.