Son conocidas las maniobras de los títeres sur coreanos sobre el tema en particular lo que buscan es entretener a sus pobladores con este tipo de maniobras lo cual intentan izar banderas de guerra y confrontación que rechazamos categórica instamos a las autoridades de Corea del sur a deponer estas actitudes belicistas y reanudar las conversaciones de paz y lograr la tan ansiada reunificación.
atte.
Yuri Castro Romero
Con respecto a una
nueva provocación militar perpetrada el pasado 20 de agosto por los títeres
surcoreanos quienes dispararon decenas de proyectiles de cañón hacia el
territorio de la RPD de Corea, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió al
día siguiente una declaración, cuyo contenido es como sigue:
En relación al
incidente, el enemigo insiste en que el disparo ha sido una reacción al
lanzamiento de un proyectil por nuestra parte, lo cual es un embuste y una
invención carente de todo fundamento.
Su cañonazo
unilateral no ha sido nada fortuito ni accidental sino un espectáculo
orquestado por él mismo tras un cálculo exacto.
Hoy la banda de
Park Geun-hye se encuentra en un callejón sin salida, con una vaga esperanza de
subsistir.
Debido a su infame
política antipopular, las autoridades surcoreanas pierden cada día más el
respaldo de la población. Y están en una crisis sin precedentes a causa del
fracaso de las relaciones intercoreanas ocasionadas por el extremismo en su oposición
a la reunificación nacional y en sus campañas de confrontación, así como debido
al círculo vicioso en que se encuentran bajo la tirantez de la situación. Tal
es la realidad de hoy en Corea del Sur.
Inventar hechos
impactantes en la Línea de Demarcación Militar en cada una de las crisis y
desviar la atención de la opinión pública, en un desesperado intento de
encontrar la salida, es el método empleado con harta frecuencia por los
gobernadores surcoreanos de todos los tiempos.
Con el reciente
incidente, los títeres surcoreanos buscan salir de la crisis, tomarse un
respiro, exacerbar como nunca antes la situación en la Península Coreana y
entrometerse en asuntos ajenos. Esto es una provocación descarada que parte de
una insidia temeraria.
Ya no hay manera de
darle marcha atrás a la actual tensión prebélica.
Tenemos en la
mirilla la sombra de EE.UU., proyectada al fondo del incidente de los cañonazos
surcoreanos, y estamos enteramente dispuestos a responder categóricamente a
cualquier provocación de las tropas agresoras yanquis, por muy insignificante
que fuera, en caso de que la situación actual termine en el estallido de una
nueva conflagración.
Hemos venido
aguantando por varios decenios.
A esta altura,
nadie, por mucho que se controle, puede contribuir a dominar la situación.
Nuestro ejército y
otros sectores del pueblo afrontarán sin temor la guerra total, no ya como una
simple reacción o represalia, sino para defender a costa de la vida el régimen
que ellos mismos han escogido.
Pronto el mundo
presenciará cómo nuestras medidas de autodefensa trascienden por etapas y se
ponen en práctica con la victoria a nuestro favor.