Con miras a preservar la
soberanía nacional y la paz, es indispensable, ante todo, tener fuerza para
ello, lo cual nos enseñan seriamente los sucesos internacionales acaecidos en
los últimos años. Varias naciones, incapaces de enfrentarse a las
intervenciones y agresiones de los imperialistas, se vieron atentadas su
soberanía y dignidad, terminando por derramar sangre y arruinar.
Pero, hay país para el que
la política de coacción de los imperialistas no tiene validez. Es la República
Popular Democrática de Corea, país oriental no grande.
En diciembre de 2012 este
país lanzó un satélite artificial de la Tierra con fines pacíficos. Estados Unidos y sus seguidores,
cuestionándolo injustamente, incluso lograron que el Consejo de Seguridad de la
ONU tomara la “resolución sobre las sanciones”, para aislar a escala
internacional al mencionado país antimperialista e independiente, asfixiarlo y
estrangularlo.
Con malas intenciones
pusieron en tela de juicio el derecho a la explotación cósmica con fines
pacíficos concedido a cualquier país, a lo que respondió Corea con la tercera
prueba nuclear subterránea. Se trataba de algo demasiado natural para defender
no solo su soberanía sino también para la justicia internacional.
El imperio y sus seguidores
fabricaron la “resolución sobre las sanciones” de mayor dureza. Luego,
movilizando gran cantidad de fuerzas armadas, entre otras un portaaviones
nuclear cargado de más de 100 proyectiles nucleares, un bombardero estratégico
“B-52H” y otros medios de golpe nuclear terrestres, navales y aéreos y las
huestes de varios países seguidores, realizaron ejercicios conjuntos “Key
Resolve” y “Foal Eagle” de envergadura sin precedentes, encaminados a suprimir
a Corea, lo cual llevó a la Península Coreana que varios decenios era el mayor
punto candente del mundo al umbral de la guerra.
Frente a esto, Kim Jong Un,
Dirigente de la RPD de Corea, dictó orden de que los militares y civiles
coreanos estarán listos para el combate de a muerte. Luego, realizó sucesivas
visitas de inspección a las unidades militares, durante las cuales quiso que si
los enemigos arrojaran aunque fuera una chispa en las aguas o las tierras
jurisdiccionales del país les propinaran demoledores golpes y arrasaran sus
posiciones de manera que no se atrevieran a pretenderlo otra vez. En relación
con que el bombardero estratégico “B-2A” Stealth procedente de la base aérea en
el territorio estadounidense y otros medios de golpe estratégicos ciernen otra
vez sobre el espacio aéreo de Corea del Sur para perpetrar provocaciones, al
ejército de cohetes estratégicos del Ejército Popular de Corea dio orden de
entrar en estado de espera para golpear en cualquier momento el territorio de
Estados Unidos y sus bases militares en Hawai, Guam y otro sector de
operaciones del Pacífico y en Corea del Sur.
El Gobierno, los partidos
políticos y otras organizaciones sociales de la RPD de Corea publicaron una
declaración especial, en la que afirmaron con resolución que responderían al
chantaje nuclear de Estados Unidos con la implacable ofensiva nuclear y a su
guerra agresiva con la justa guerra total.
La resistencia de a muerte
del ejército y pueblo coreanos alzados en defensa de la soberanía desanimó a
Estados Unidos y sus seguidores.
Lo que llama especial
atención es que el imperio que hasta la fecha amenazaba a otros países con
atacarles con armas nucleares, se ha visto obligado a ulular de la “defensa de
su territorio” del ataque con armas nucleares de otro país, hecho increíble.
Dicho en otra palabra, ya pasó eternamente la época cuando Estados Unidos
intimidaba con armas nucleares a Corea.
Ahora los militares y
civiles coreanos están plenamente dispuestos a defender en todo momento su
dignidad e independencia y castigar sin piedad a Estados Unidos, que actúa a su
capricho ejerciendo la coacción y la arbitrariedad, y sus seguidores.
Corea tiene, además de esa
voluntad, también bastante capacidad de hacerlo. Enfrenta a las armas nucleares
de Estados Unidos sus propios medios de golpe nuclear de precisión.
Workers
World comentó que la crisis de la que la administración
estadounidense adolecía, era que Corea contaba con bastante potencialidad de
revancha con la que invalidar el chantaje nuclear de Estados Unidos y que para
Corea ninguna intimidación tendría efecto y redundaría en algo contrario.
Y Chicago Tribune comentó: “En la actualidad Corea del Norte es una
existencia demasiado fuerte para despreciar.”
La tenencia de la poderosa
capacidad de disuasión de la guerra de Corea es gran contribución y mérito
tanto para la paz y la seguridad en la Península Coreana y el resto del noreste
de Asia como para la paz en el resto del mundo.
Además, la actualidad de
Corea, que enfrentada resueltamente a las fuerzas aliadas imperialistas,
salvaguarda con éxito su soberanía y dignidad, les inculca gran confianza y
valor a muchos países del mundo aspirantes a la independencia, estimula e
impulsa con fuerza la causa de la independización del mundo en general.