jueves, 22 de marzo de 2012

En la alborada de la Historia

El 23 de marzo de este año es día de 95 aniversario de la organización de la Asociación Nacional de Corea por Kim Hyong Jik(1894-1926), destacado dirigente del movimiento de liberación nacional antijaponés de Corea.
Pasó casi un siglo desde entonces, pero el pueblo coreano no olvida nunca los inmortales méritos de Kim Hyong Jik.
Nacido en una pobre familia campesina cuando en el país cernía el síntoma de la ruina, creció experimentando en carne y hueso el martirio nacional y emprendió tempranamente la lucha por el rescatar el país arrebatado.
Analizó amargas lecciones de la lucha antijaponesa por recuperar el poder estatal, se percató de que para lograr la independencia del país tras derrotar al imperialismo japonés, era indispensable concientizar a toda la población y convocarla o sea crecer la fuerza, y que esto no se lograría en uno o dos días, y concebió la idea “Jiwon” (la de largo alcance) traducida en el criterio revolucionario de la vida consistente en considerar la lucha por la patria, la nación, como verdadero orgullo y felicidad, el espíritu de quw la independencia de Corea la debían lograr los coreanos con sus propias fuerzas, el pensamiento de la continuidad de la revolución de que la independencia del país debían lograrla s todo trance luchando generación tras generación con el indoblegable espíritu revolucionario.
Inspirado en esta idea Kim Hyong Jik impartió educación patriótica y a la par de esto, recorriendo el interior del país y el noreste, Shanghai y varios lugares de China, impulsó activamente la formación de la organización revolucionaria clandestina para ganar a los camaradas y convocar a grandes masas populares a la lucha antijaponesa.
A base de esto fundó el 23 de marzo de 1917 la Asociación Nacional de Corea, organización revolucionaria clandestina antijaponesa, que por aquel tiempo era de mayor extensión y de carácter antimperialista y de independencia más consecuente, lo cual permitió que el movimiento de liberación nacional antijaponés de Corea tuviera organización vertebral que con correcto objetivo agrupara a grandes masas y acogerá una nueva coyuntura para lograr la unidad de las fuerzas antijaponesas.
Aglutinando en torno a la Asociación a grandes masas preparó el terreno de la lucha antijaponesa y en el otoño del mismo año fue capturado por la policía del imperialismo japonés, llevando la vida carcelaria. En la prisión sacó la conclusión de que el movimiento de liberación nacional antijaponés de Corea debía tomar necesariamente el rumbo a la revolución proletaria que satisficiera a la vez la exigencia clasista de las masas desposeidas, trabajadoras, y la de todo el pueblo, y para esto era indispensable librar una lucha armada.
Después de la excarcelación puso en claro una orientación estratégica de la revolución proletaria, la posición que mantener en el movimiento de liberación nacional y una orientación de la lucha armada de carácter revolucionario, y desempeñó el papel de primero en el empeño por verificarlas. Aun siendo objeto de persistentes persecuciones de la policía japonesa, no dejo de luchar ni un instante trasladándose a la región fronteriza septentrional y varias regiones del noreste de China. Sus actividades dieron lugar en agosto de 1925 a una asociación para la Promoción de la alianza de las organizaciones nacionales, lo cual hizoposible que las agrupaciones de movimiento independentista que actuaban dispersas fueran agrupadas bajo la bandera antijaponesa y tomaran el rumbo de la lucha conjunta, que el movimiento de liberación nacional antijaponés del pueblo coreano fuera llevado a un nuevo auge y que el empeño para virar a la revolución proletaria fuera impulsada con fuerza.
Kim Hyong Jik que se arriesgaba y abnegaba para la activación y el progreso del movimiento de liberación nacional antijaponés de Corea, por la enfermedad agravada, salió el 5 de junio de 1926, de este mundo, tras testar a sus hijos: “dejo inconcluso lo que yo deseaba. Pero me confió en vosotros. No debéis olvidar nunca de que sois del país, la nación. Debéis rescatar sin falta el país aunque vuestros huesos se hicieran polvos y cuerpos, pedazos”.
Falleció demasiado temprano, pero dejó para la revolución precioso legado: la idea “Jiwon”, advertencia a estar dispuesto a morir de hambre, golpeado, y de frío para la revolución, la idea de ganar a las camaradas y dos pistolas, los cuales devinieron inapreciable tesoro ideo-espiritual para la revolución coreana.
Su sucesor, el futuro Presidente Kim Il Sung, a partir de la idea “Jiwon” concibió la idea Juche, la de que el dueño de la revolución y su construcción son las masas populares y la fuerza que las impulsa la tienen también ellas mismas. Además, en las pistolas descifró la sentencia de que al bandolero armado se le debe enfrentar con las armas, presentó la idea de valerse de fusil para independizar el país e impulsar la revolución. Llevando adelante al pie de la letra la idea de ganar a los camaradas, empezó la revolución por conseguir a los compañeros. Su ardiente camaradería logró que sus compañeros de arma y otros se unieran compactamente en torno suyo en lo ideo-volitivo y en lo ético-moral. La advertencia a estar dispuesto a morir de hambre, golpeado y de frío dio origen al indoblegable espíritu revolucionario del pueblo coreano que se sobrepone a cualquier adversidad y devino su rasgo ideo-espiritual inalienable. Inspirado en el legado Kim Il Sung libró la Lucha Armada Antijaponesa de 15 años, realizó la histórica causa de liberación del país(el 15 de agosto de 1945)e hizo este país del pueblo, poderoso país socialista, soberano, auto sostenido, y autodefensivo.
Lo sucedió en la ideología y la causa el Dirigente Kim Jong Il, quien definió Songun (priorizar los asuntos militares) como la política fundamental del socialismo y orienta con tino el empeño del ejercito y otros sectores del pueblo para el enriquecimiento y la prosperidad del país, lo cual hace brillar la historia de 100 años de Corea de Kim Il Sung y da pie a maravillosa actualidad en la que abre la puerta del socialismo poderoso y próspero.
Los méritos de Kim Hyong Jik que allanó en camino de la Corea contemporánea brillarán eternamente junto con la Corea socialista.