lunes, 15 de noviembre de 2010

EL PARTIDO DEL TRABAJO DE COREA ES EL PARTIDO DEL GRAN LIDER CAMARADA KIM IL SUNG

¡OBREROS DEL MUNDO UNIOS!
KIM JONG IL

EL PARTIDO DEL TRABAJO DE COREA ES EL PARTIDO DEL GRAN LIDER CAMARADA KIM IL SUNG

2 de octubre 1995

Transcrito y publicado por: Instituto Cultural y de Amistad Peruano - Coreano

Lima – Perú
Nov. 2010





Han transcurrido 50 años desde la fundación de nuestro Partido.

Con motivo de este cincuentenario nuestros militantes y demás habitantes rememoran con emoción la gloriosa trayectoria de lucha de nuestro Partido que, encabezado por el estimado camarada Kim II Sung, alcanzó victorias históricas y cambios seculares, y expresan su ilimitado agradecimiento y noble sentimiento de respeto al gran Líder que lo fundó y guió. Gracias a su sabia dirección, el Partido del Trabajo de Corea surgió como un nuevo partido de la clase obrera, y se consolidó y desarrolló como un experimentado partido revolucionario, templado y probado en medio de las llamaradas de lucha de medio siglo, como un invencible partido que goza del total apoyo y confianza del pueblo. Asimismo, escribió una nueva y brillante historia en el cumplimiento de la causa de independencia de las masas populares, causa del socialismo, y en este camino realizó grandes e imperecederas proezas.
La del Partido del Trabajo de Corea es precisamente la gran historia de las actividades revolucionarias del estimado camarada Kim Il Sung. Este dejó sublimes huellas en su trayecto jalonado tanto de pruebas como de gloriosas victorias, y su nombre está relacionado con las grandes proezas de nuestro Partido y con su invencible poderío y alto prestigio.
El Partido del Trabajo de Corea es el Partido del gran Líder, camarada Kim Il Sung, y su historia de 50 años brilla por el gran nombre y proezas de éste, que en ella estarán escritos eternamente.
El glorioso Partido del Trabajo de Corea, bajo la dirección del gran Líder, camarada Kim Il Sung, ha abierto un nuevo camino y establecido un brillante ejemplo para la construcción de partidos revolucionarios en la época de independencia.
El camarada Kim Il Sung consideró la construcción del partido como un problema esencial de la revolución y desde los primeros días que la emprendiera realizó entusiastas esfuerzos para fundar uno revolucionario capaz de conducirla. A partir de la firme convicción de que el sujeto de la revolución lo constituyen las masas populares. Desplegó la lucha revolucionaria mediante su movilización, y también para fundar el partido se adentró entre ellas con el fin de colocar sus cimientos desde las instancias inferiores mediante la formación de auténticos comunistas y la constitución de las organizaciones de base.
La base organizativa e ideológica para la fundación de nuestro Partido se estableció y consolidó en medio de las llamaradas de la ardua Lucha Revolucionaria Antijaponesa de cuatro lustros bajo la dirección del camarada Kim Il Sung. En esa severa batalla preñada de las más disímiles dificultades y donde se jugaba la vida, crecieron y se templaron los comunistas medulares, se logró la auténtica unidad y cohesión de las filas de la revolución en torno al Líder y se consolidó firmemente el terreno de masas para el movimiento comunista.
En el proceso de organizar y dirigir a la victoria la Lucha Revolucionaria Antijaponesa, el camarada Kim I1 Sung estableció las gloriosas tradiciones revolucionarias que servirán de piedra angular sempiternamente para nuestro Partido y revolución.
Gracias a esa sólida base organizativa e ideológica y las brillantes tradiciones revolucionarias, nuestro Partido pudo fundarse oportunamente pese a las complicadas circunstancias después de la liberación, y cumplir con honor, desde ese momento, su misión como estado mayor político destinado a guiar la edificación de una nueva Patria.
Con su fundación, nuestro pueblo pudo forjar victoriosamente sus destinos con su fidedigno destacamento de vanguardia y estado mayor combativo, y se comenzó a escribir la nueva historia del partido revolucionario de la época de independencia.
Después de cumplida de modo brillante y original la obra de la fundación del Partido, el querido Líder, camarada Kim Il Sung, dirigió acertadamente su estructuración y lo fortaleció como un gran partido revolucionario.
La historia de la construcción de nuestro Partido es la de la brillante aplicación de la doctrina Juche y de las ideas y teorías sustentadas en ella.
El nuestro es un partido revolucionario que se ha construido, fortalecido y desarrollado con la doctrina Juche como su idea rectora.
El carácter, el objetivo de lucha y el rumbo principal de la construcción y las actividades de un partido se definen por su idea rectora, y también por ella se deciden su combatividad y poderío. Sólo un partido guiado por una gran idea puede ser un gran partido.
Al concebir la inmortal idea Juche el gran Líder, camarada Kim Il Sung, iluminó a las masas populares el justo camino para forjar sus destinos de manera independiente, y por primera vez en la historia del movimiento comunista, construyó el partido revolucionario de nuevo tipo guiado por la idea Juche, lo cual constituye el más relevante de sus méritos.
La idea Juche deviene la nueva concepción científica del mundo que refleja fielmente la aspiración de las masas populares a la independencia y la exigencia de la época; es una gran doctrina que ha imprimido un cambio histórico en el desarrollo de la ideología revolucionaria de la clase obrera. Constituye la base ideológica y teórica para la construcción de nuestro Partido, la única guía del proceso revolucionario y constructivo. Invariablemente, nuestro Partido ha venido realizando su estructuración y sus actividades teniéndola como guía, y gracias a ello se ha fortalecido y desarrollado como un poderoso partido revolucionario con muy sólidos cimientos, como una gran y prestigiosa organización que conduce la revolución y la construcción por el camino de la victoria. El hecho de que se ha guiado por la idea Juche en su estructuración y sus actividades constituye la característica esencial de este proceso.
A partir de la gran idea Juche y de sus fecundas experiencias adquiridas en varias etapas de la lucha revolucionaria que dirigiera el camarada Kim Il Sung esclareció en un nuevo plano los principios y preceptos básicos de la estructuración del partido de la clase obrera y las vías para su aplicación y sistematizó en todos los aspectos las ideas y teorías jucheanas.
Estas son, en una palabra, ideas y teorías centradas en el hombre y fundamentadas en el principio básico de la idea Juche. Su esencia consiste en que en la construcción y las actividades del partido se deben resolver todos los problemas poniendo al hombre en el centro de la consideración y mediante el trabajo con él. La solidez, el poderío y demás éxitos de la construcción del partido dependen de cómo se educa y aglutina en lo organizativo e ideológico a los cuadros y demás militantes que lo integran y de cuán sólidamente se agrupa a su alrededor a las masas que constituyen su terreno socio-clasista. La labor con las personas es la base para la construcción del partido, el fundamento de su trabajo y el propio modo de actuar de ese partido de la clase obrera cuya arma más poderosa es la ideología. Sólo dirigiendo la atención principal a dicha labor, es posible estructurar con firmeza sus filas, consolidar su terreno masivo y conducir con éxito la revolución y la construcción.
Las ideas y teorías jucheanas sobre la construcción del partido dilucidan en un nuevo plano el principio básico de este proceso a partir del principio sobre el sujeto de la revolución, que es el conjunto del líder, el partido y las masas. Las masas populares, sólo bajo la dirección del partido y del líder, pueden ocupar la posición y desempeñar el papel como sujeto de la revolución. Dentro de éste el líder es el cerebro supremo, el centro de la unidad y cohesión, mientras el partido es la organización política que lleva a la práctica las ideas y la dirección del líder. Al margen de la ideología y la dirección del líder es inconcebible el partido como organización política rectora, y sin que éste se vincule con las masas es imposible conducir a la victoria el proceso revolucionario y constructivo. Cuando el líder, el partido y las masas se funden en un solo cuerpo con el primero como centro, pueden formar el más fuerte y poderoso sujeto de la revolución, y esto constituye una gran fuerza impulsora de la revolución y la construcción. Por esta razón, el partido de la clase obrera debe estructurarse como partido del líder, corno organización política destinada a ejecutar sus ideas y su dirección y fundirse en un cuerpo con las masas populares. Este es el requisito esencial para su existencia y desarrollo, el principio básico que ha de ser mantenido y llevado adelante invariablemente en su construcción.
Las referidas ideas y teorías del camarada Kim Il Sung, por esclarecer los más científicos y revolucionarios principios, preceptos y vías que han de ser aplicados y materializados estrictamente en su estructuración y actividades, han devenido una poderosa arma ideológica y teórica para consolidar el nuestro en lo organizativo e ideológico, estrechar más su vinculación con las masas y elevar sin cesar su papel rector.
El gran Líder, camarada Kim Il Sung, construyó a nuestro Partido como un partido revolucionario con firme sistema de ideología única.
Este es el sistema de ideología y dirección del líder. Su establecimiento viene a ser la vía principal para constituirlo como partido del líder. Sólo cuando con este sistema se asegure con firmeza la unicidad de idea y dirección, es posible lograr la unidad ideológica y cohesión organizativa de sus filas y hacer que cumpla su papel como organización política rectora. El partido de la clase obrera tiene que ser homogeneizado plenamente con la ideología del líder, y constituir un cuerpo de pureza ideológica. un cuerpo organizativo integral que se mueva como un solo hombre bajo la dirección única del líder.
La lucha de nuestro Partido para establecer el sistema de ideología única está encaminada a armar sólidamente a los militantes con la ideología del Líder y unirlos con firmeza en torno a él en lo ideológico y volitivo, y a la vez a vencer las ideas espurias y los elementos sectaristas opuestos a la ideología y la dirección del Líder y qué impidan la unidad y cohesión. Bajo la dirección del camarada Kim Il Sung, nuestro Partido, al fortalecer sin descanso la educación ideológica destinada a pertrechar a todos los militantes con su ideología revolucionaria, la idea Juche, y desplegar con vigor la batalla ideológica contra el servilismo a las grandes potencias, el dogmatismo, el revisionismo, el sectarismo y otras mezcolanzas ideológicas, así como contra los elementos de índole sectaria, eliminó completamente el fraccionalismo que a lo largo de la historia causó grandes daños a nuestra revolución e impidió que se infiltrasen en nuestro seno el revisionismo contemporáneo y demás corrientes oportunistas. El hecho de que nuestro Partido superó el fraccionalismo y el servilismo a las grandes potencias en el movimiento comunista de Corea e impidió estrictamente la infiltración del revisionismo contemporáneo y demás corrientes oportunistas, significó una victoria histórica en los esfuerzos para asegurar la unidad y cohesión de sus filas y su pureza y establecer el sistema de ideología única en su seno.
Con la lucha para establecer este sistema, la unidad y cohesión de nuestro Partido se ha profundizado como unidad y cohesión en idea y voluntad, en moral y deber, sobre la base de la ideología del Líder y con éste como centro. Actualmente, todos nuestros militantes, dotados firmemente con la ideología única de nuestro Partido, la doctrina revolucionaria del camarada Kim Il Sung, no reconocen ninguna otra idea que no sea ésta, y haciendo de la fidelidad al Partido y al Líder su fe y deber revolucionario, defienden de modo resuelto y ejecutan estrictamente la política y la línea del Partido. Todos los militantes están unidos monolíticamente alrededor del Líder sobre la base de una sola ideología y convicción, del compañerismo y deber revolucionario; he aquí, precisamente, la solidez y la invulnerabilidad de la unidad y cohesión de nuestro Partido.
El gran Líder, camarada Kim Il Sung, construyó nuestro Partido como un partido combativo con fuerte carácter organizativo y disciplinado.
El carácter organizativo y disciplinado es un requisito connatural del movimiento socialista y comunista basado en el colectivismo y la garantía principal de la combatividad del partido en revolución, en lucha. La unicidad de ideología y dirección se garantiza por el carácter organizativo y disciplinado, y al margen de éste no puede lograrse la unidad y cohesión. Si el partido de la clase obrera no lo tiene, no puede dirigir la revolución y se convierte él mismo en incapaz e inútil.
Al aplicar correctamente el principio de centralismo democrático en la construcción y actividades del Partido, el camarada Kim Il Sung implantó de modo firme en su seno un sistema de dirección única y una disciplina revolucionaria y consciente. Para nuestro Partido el principio de centralismo democrático constituye su principio organizativo que promueve la democracia sobre la base del establecimiento consecuente de la disciplina centralizada. El sistema del centralismo significa la disciplina y el orden revolucionarios, según los cuales todo el partido se mueve al unísono bajo la dirección unitaria de su líder, al margen de lo cual no se puede asegurarle la unidad y la cohesión ni la unanimidad de acción. La democracia es para elaborar las políticas y lineamientos del partido mediante la compilación de las voluntades de las masas de militantes, y fomentar en alto grado su entusiasmo consciente e iniciativas en la tarea de ejecutarlos. Si se debilita la disciplina centralizada y se tolera la "democracia" sin principios, se crea desorden en el partido y éste se fragmenta. En el nuestro, al aplicarse con acierto el principio de centralismo democrático, la dirección del Líder llega llanamente desde la instancia central hasta las de base y rige un ambiente revolucionario en que todas las organizaciones y militantes aceptan como suyos propios esas políticas y lineamientos y los materializan de modo cabal con alto fervor y espíritu de iniciativa.
Promover las funciones y papel de las organizaciones del partido e intensificar la vida partidista de los militantes es el factor principal para elevar el carácter organizativo y el disciplinario del partido. Al constituir sólidamente sus organizaciones y elevar por todos los medios sus funciones y papel nuestro Partido procuró que todas ellas actúen basándose de modo consecuente en sus principios organizativos y sistema de trabajo y siempre se muevan con ánimo, vivamente, y, al mismo tiempo, prestó mucha atención a la intensificación de la vida de sus militantes dentro de la organización. Los miembros del partido se conectan con el líder mediante sus organizaciones y por medio de la vida orgánico-ideológica que llevan en ellas acogen la ideología y dirección de éste y sienten la respiración del partido. La vida partidista es la escuela de educación revolucionaria que arma a los militantes con la ideología del líder, forja su espíritu partidista y les cultiva el espíritu organizativo y el disciplinario. Fuera de la vida partidista no se puede pensar en la unidad de ideología y acción de los militantes que se cuentan por millones. Hoy, en nuestro Partido están implantados de modo consecuente el ordenado sistema y el ambiente revolucionario de vida partidista, en virtud de los cuales todos los militantes, incorporados en sus respectivas organizaciones, cumplen en ellas actividades de modo regular, consciente y desde una posición de dueño, según estipula la norma única de la vida partidista. Por ello los militantes la realizan con regularidad como una parte de su vida cotidiana, y se han elevado extraordinariamente el carácter organizativo y el disciplinario del Partido. Como resultado, el nuestro se ha hecho un partido más organizativo y disciplinado, que respira y se mueve al unísono sobre la base de un alto espíritu de voluntariedad y conciencia, y ha llegado a manifestar sin reserva su poderío como organización combativa.
El gran Líder, camarada Kim Il Sung, lo constituyó como un partido masivo arraigado en amplios sectores populares.
El partido de la clase obrera puede ser invencible sólo cuando forma un solo cuerpo con las masas y disfruta de su pleno y activo apoyo. De hecho, la demanda de la clase obrera representa los intereses fundamentales de las masas populares trabajadoras y su misión histórica consiste en realizar no sólo su propia emancipación social sino también la de todas las demás masas del pueblo trabajador. Nuestra época es la de la independencia en que las masas populares se han presentado como artífices de la historia y su causa de independencia puede avanzar victoriosamente gracias al esfuerzo que se hace con su amplia y activa participación, incluida la clase obrera.
Reflejando de modo correcto los intereses fundamentales de la clase obrera y de otras masas populares trabajadoras y las demandas de la época de la independencia, y partiendo de la realidad concreta de nuestro país, el estimado camarada Kim Il Sung presentó el lineamiento de constitución del partido masivo del pueblo trabajador, teniendo como elementos integrantes a obreros, campesinos e intelectuales trabajadores, y lo llevó a cabo brillantemente. El estandarte de nuestro Partido, donde aparecen abrazados el martillo, la hoz y el pincel, es un símbolo espléndido que por primera vez en la historia porta un partido revolucionario de la época de la independencia, y sirve de bandera de unidad y victoria de las masas populares que forjan su destino por sí solas.
En virtud del lineamiento de constitución del partido masivo, el nuestro admitió en amplia escala en sus filas a elementos progresistas de entre los obreros, campesinos y los intelectuales trabajadores y combinó de modo armonioso su crecimiento cuantitativo con su consolidación cualitativa, gracias a lo cual pudo mantener con firmeza su carácter de clase obrera y revolucionario, a la vez que fue extendiéndose y consolidándose ininterrumpidamente. Al hacerse un partido masivo y aplicar de modo cabal el lineamiento de masas en sus actividades se consolidó y desarrolló como el que defiende y representa las exigencias e intereses independientes del pueblo trabajador, como el revolucionario de la clase obrera que arraiga en las grandes masas populares y se identifica por completo con ellas.
La justedad y vitalidad del lineamiento para la constitución del partido masivo se hicieron cada vez más patentes a medida que se profundizaba y avanzaba la construcción socialista. Esta es el proceso de imprimir a todos los integrantes de la sociedad el modo de ser de la clase obrera, de insuflarles la conciencia de ésta, y ese lineamiento corresponde por entero a la demanda legítima de la edificación socialista. Al materializarlo nuestro Partido logró engrosar de continuo sus filas y reforzar su terreno masivo, sin alterar su carácter de clase obrera, e impulsar con energía el proceso de implantación de la conciencia de ésta en toda la sociedad.
El gran Líder, camarada Kim Il Sung, constituyó nuestro Partido con visión de futuro en el sentido de que su causa fuera continuada de modo seguro, de generación a generación.
La causa de independencia de las masas populares es la del líder y del partido, una obra histórica a lo largo de varias generaciones. El partido de la clase obrera puede preservar invariablemente su carácter revolucionario y rasgos de organización política rectora y cumplir hasta el fin su honrosa misión sólo cuando hereda y lleva adelante de modo firme, de generación a generación, la ideología y dirección de su líder. Para heredarlas de modo correcto es imprescindible que en su construcción se asegure la continuidad.
Es una seria lección de la historia que en caso contrario queda rota la sucesión de generaciones de la revolución, surgen los renegados y llevan al fracaso la causa del líder, la del partido.
El estimado camarada Kim Il Sung no sólo fundó y consolidó como invencible a nuestro Partido, sino, desde hace mucho tiempo, con una extraordinaria clarividencia preparó un sólido cimiento sobre el cual se pudiera heredar y llevar adelante de manera perfecta su causa. Previendo hasta el lejano porvenir señaló claros caminos para nuestro Partido y nuestra revolución y preparó una sólida base orgánico-ideológica del Partido y su sistema de dirección para la continuación y culminación de la obra revolucionaria del Juche.
La ideología y dirección del estimado camarada Kim Il Sung se heredan en su totalidad por nuestro Partido. Hoy, éste, como partido revolucionario con alta autoridad e invencible poderío, disfruta del apoyo y confianza absolutos por parte del pueblo y conduce con seguridad la revolución y la labor constructiva.
El partido de la clase obrera es el arma de la revolución y su fundación y consolidación orgánico-ideológica son necesarias para la causa de independencia de las masas populares.
En los 50 años posteriores a su fundación de nuestro Partido, al dirigir a las masas populares obtuvo grandes victorias y acumuló valiosas y ricas experiencias en la revolución y el proceso constructivo.
Aun después de haberse alcanzado la restauración de la Patria a costa de la sangrienta Lucha Revolucionaria Antijaponesa, nuestra revolución tuvo que avanzar en medio de complejas situaciones sin precedentes y de arduas luchas. La división del territorio nacional por las fuerzas foráneas, la Guerra de Liberación de la Patria contra la invasión armada de las fuerzas imperialistas aliadas, los incesantes actos de agresión, subversión y sabotaje imperialistas, los bruscos cambios en la situación internacional, el derrumbe del socialismo en diversos países y, como consecuencia, el recrudecimiento de las conjuras de los imperialistas y otros reaccionarios contra el socialismo y nuestra República: en medio de estas circunstancias llevamos a feliz término dos etapas de la revolución social y dos períodos de rehabilitación y construcción, y salvaguardando a pie firme la soberanía del país y los logros de la revolución construimos el socialismo centrado en las masas populares y demostramos su esplendidez. En medio de las incontables dificultades y pruebas se impulsaron los procesos revolucionario y constructivo y se registraron cambios trascendentales en la vida del país y del pueblo.
El socialismo en nuestro país defiende y asegura con firmeza la independencia de las masas populares y realiza de un modo inmejorable sus exigencias de independencia. Todos los miembros de la sociedad ejercen iguales derechos de independencia en las esferas política, económica y cultural y disfrutan de una vida digna y de alto valor, libres de cualquier inquietud social y preocupación vital. Nuestra sociedad es la más estable y sólida, todo el pueblo está unido monolíticamente en torno al Partido y al Líder y forma una gran y armoniosa familia, y reinan un ambiente sano y animado y un espíritu revolucionario. Hoy, entre nuestro pueblo se fomentan en alto grado bellos actos comunistas como abnegarse en bien de la sociedad y el colectivo y ayudarse y guiarse unos a otros con el sentimiento camaraderil, lo que constituye una manifestación de la superioridad y poderío del régimen socialista de nuestro país y una demostración patente de altos rasgos ideo-espirituales de nuestro pueblo.
Bajo la dirección del Partido, nuestro pueblo, venciendo con valentía las dificultades y obstáculos con que tropezaba, ha avanzado por el camino de la victoria y con plena fe y optimismo hacia el porvenir y se esfuerza por alcanzar nuevos triunfos. Aun en medio de la actual situación compleja, nuestro socialismo marcha victoriosamente, sin el menor titubeo, y nuestra Patria socialista se hace conocer por su alta dignidad y honor.
Los imperialistas y otros reaccionarios perpetraron toda clase de maniobras para impedir el avance de nuestro Partido y nuestro pueblo y sofocar nuestro socialismo, pero todos estos intentos han fracasado.
La experiencia práctica de nuestra revolución sirve como poderosa prueba de que el pueblo que unido compactamente como un solo hombre bajo la dirección de un gran líder y un gran partido, lucha por una justa causa, es invencible, y que la actual es una nueva época de la historia, la de la independen-cia, en la que las masas populares se han presentado como dueñas de su destino. Nuestro pueblo, al desbrozar bajo la guía de nuestro Partido un nuevo camino hacia la culminación de la causa de independencia de las masas populares, un auténtico camino del socialismo, construyó y desarrolló el socialismo centrado en las masas populares, con lo cual propinó un golpe decisivo a toda índole de propaganda reaccionaria que trata de desacreditar al socialismo, y con su práctica comprobó de modo patente la cientificidad y veracidad del socialismo y su superioridad e invencibilidad.
Para nuestro Partido, que se responsabiliza del destino del país y la nación, la reunificación de la Patria es tarea suprema desde el mismo día de su fundación. Y al respecto ha venido aplicando invariablemente la política basada en los tres principios: la independencia, la reunificación pacífica y la gran unidad nacional. Reflejando el deseo de reintegración de toda la nación, tanto del Norte y el Sur como de ultramar, presentó el más racional, justo y realista proyecto de reunificación mediante el sistema confederativo, lucha por su realización y hace todos sus esfuerzos por lograr la gran unidad de la nación bajo la bandera de la reunificación de la Patria. Esta política de nuestro Partido es una genuina política de amor a la Patria y a la nación y disfruta del unánime apoyo y aprobación de toda la nación. Gracias a la correcta política y al esfuerzo invariable de nuestro Partido por la reunificación de la Patria, crece como nunca antes el anhelo de la nación para la reunificación y se fortalece la unidad de los connacionales del Norte, el Sur y del extranjero. Las fuerzas de nuestra nación para la reunificación que crecen y se consolidan de continuo vencerán a las fuerzas divisionistas del interior y exterior y realizarán infaliblemente la obra de la reunificación de la Patria.
Si nuestro Partido pudo realizar grandes méritos al conducir la causa de independencia de las masas populares hacia la brillante victoria, fue porque materializó a carta cabal el principio y el método de dirección del Juche en la revolución y la labor de construcción.
En el curso de conducirlas él defendió siempre las exigencias e intereses de las masas populares, se apoyó en ellas y luchó uniéndose con ellas en un solo haz.
El principio fundamental de la revolución, dilucidado por la idea Juche, es que las masas populares son dueñas de la revolución y la labor de construcción y ellas tienen también la fuerza que las impulsa. Es más revolucionaria y científica la política que defiende y lleva a la realidad las demandas e intereses independientes de ellas, y la exigencia fundamental de la dirección revolucionaria es apoyarse en ellas y poner de pleno manifiesto su fuerza e inteligencia. Si uno confía y se apoya en el pueblo, sale siempre victorioso, pero si se aleja o es repudiado por él, sufre mil derrotas: ésta es la idea de considerar al pueblo como el cielo que el estimado camarada Kim Il Sung tuvo como su máxima y que sirve de principal punto de partida, de principio supremo, en todas las actividades de nuestro Partido.
El estimado camarada Kim Il Sung fue el gran Líder y padre del pueblo. Su ideología, dirección y rasgos estaban fundamentados y penetrados por su afecto y confianza en el pueblo. En toda su vida estuvo entre el pueblo, compartió con él las penas y las alegrías, y le consagró todo lo suyo. Confió firmemente en su fuerza, sabiduría y excelentes cualidades y resolvió todos los problemas apoyándose en él y poniendo en juego su entusiasmo revolucionario y fuerza creadora.
En todas las actividades nuestro Partido aplica de modo cabal su noble idea de considerar al pueblo como el cielo y sus métodos de dirección revolucionarios. Siempre traza las políticas y lineamientos reflejando y recogiendo correctamente las voluntades y demandas de las masas populares y las ejecuta movilizando su fuerza y sabiduría. Antepone seguramente a todos los asuntos la labor ideológica, la labor política encaminada a despertar a las masas populares en lo ideológico y aglutinadas en lo organizativo, y se esfuerza de modo constante por combatir el abuso de autoridad y el burocratismo entre los funcionarios y por establecer el método revolucionario y el estilo popular de trabajo. Compenetrarse siempre con el pueblo, res-pirar el mismo aire que éste, trabajar abnegadamente para él y cumplir las tareas revolucionarias apoyándose en él en acato a la consigna: "¡Servir al pueblo!", es una férrea e inviolable regla en las actividades de nuestro Partido y el trabajo de nuestros funcionarios. El nuestro es un partido madre que atiende con responsabilidad el destino de las masas populares, y su política, la de confianza, de amor, la de virtud por éstas.
A base de las relaciones de genuina camaradería, de inquebrantables vínculos, en los que el Partido y el Líder confían y aman al pueblo y éste les deposita su total confianza y los apoya con fidelidad, se ha consolidado y desarrollado la unidad volitiva entre ellos y se han puesto en pleno juego el fervor revolucionario y el poderío creativo de las masas populares. En el hecho de que ha luchado apoyándose en éstas y fundiéndose con ellas en un solo cuerpo, está la llave secreta de que nuestro Partido, aun en circunstancias tan complicadas y severas pruebas, ha impulsado con vigor la revolución y la construcción y logrado sin cesar victorias convirtiendo el mal en bien y la adversidad en favor.
En la dirección del proceso revolucionario y constructivo nuestro Partido estableció de modo firme el Juche y mantuvo invariablemente la línea de independencia.
La independencia es una exigencia consustancial del ser humano y la vida del país y la nación. La revolución y la construcción las hacen cada país y nación e implican una lucha por su independencia y la de las masas populares, contra todo tipo de la dominación y subyugación. La revolución y la construcción deben efectuarse de manera independiente y creadora por cada partido y pueblo que son sus protagonistas. Sólo cuando el partido de la clase obrera establece firmemente el Juche y mantiene de manera invariable la línea de independencia, puede defender la dignidad del país y la nación, asegurarle el desarrollo independiente y llevar a la victoria la causa de independencia de las masas populares. En vista de las circunstancias del país y las características históricas de nuestra revolución, el establecimiento del Juche se presentó como la tarea de mayor urgencia e importancia para nuestro Partido.
Desde los primeros días de las actividades revolucionarias, el gran Líder, camarada Kim Il Sung, con la bandera de la independencia en alto, allanó el camino del desarrollo independiente de la revolución coreana, presentó como principio básico establecer el Juche y mantener la independencia en ella y en la construcción, y orientó materializarlo cabalmente. El lineamiento del Juche en la ideología, la soberanía en la política, el autosostén en la economía y la autodefensa en la salvaguardia nacional, trazado por el camarada Kim II Sung, es revolucionario e independiente, permeado por el principio del Juche y el espíritu de independencia, y nuestro Partido lo defendió resueltamente y materializó con rigor.
Nuestro Partido resolvió todos los problemas de la revolución y la labor de construcción a nuestra manera, según su idea y convicción, y bajo su responsabilidad. Basándose en el principio de apoyarse en las propias fuerzas y de acuerdo con la situación real de nuestro país y los intereses de nuestra revolución. Se opuso de modo terminante al servilismo a las grandes potencias, al dogmatismo y a toda índole de ideas de dependencia de fuerzas foráneas, rechazó categóricamente cualquier presión e intervención ajenas y. sin verse restringido por las teorías y fórmulas existentes, analizó y juzgó todo sólo desde el punto de vista de los intereses de la revolución y allanó con sus propias fuerzas y según su convicción y decisión el camino para la compleja y ardua revolución coreana. Al llevar a cabo enérgicamente la formación de sus militantes y demás trabaja-dores en la política del Partido, las tradiciones revolucionarias y el patriotismo socialista, prestando la atención principal a su educación en la idea Juche, logró que todos ellos se pertrecharan sólidamente con la ideología revolucionaria del Partido, y sus políticas y lineamientos, y poseyeran elevado orgullo y dignidad nacionales, así como que se fomentaran en alto grado entre ellos el espíritu revolucionario de apoyarse en las propias fuerzas y el ambiente revolucionario de vivir a nuestra manera.
Nuestro Partido y nuestro pueblo mantuvieron firmemente la posición del Juche y el lineamiento independiente, como resultado de lo cual no vacilaron en absoluto ni ante el furioso ventarrón del revisionismo contemporáneo y otras corrientes oportunistas, y pudieron defender nuestro socialismo y hacer que brillara aun en medio de la severa situación cuando se desmoronó el socialismo en distintos países. La monolítica fuerza político-ideológica, poderosa economía socialista auto-sostenida e invencible capacidad militar auto-defensiva que nuestro Partido y nuestro pueblo prepararon al materializar los lineamientos revolucionarios de independencia, auto-sostén y de autodefensa, constituyen una segura garantía para proteger la soberanía del país, las conquistas de la revolución, impulsar victoriosamente el proceso revolucionario y el constructivo, y para no tolerar en lo mínimo la agresión o intervención del imperialismo y el dominacionismo. La realidad demostró que ni presión político-diplomática, ni tentativas de desintegración ideo-cultural, ni bloqueo económico, ni amenaza militar del imperialismo pueden atentar contra la soberanía de nuestro país, ni derrumbar ni estrangular nuestro socialismo.
La independencia de cada país y nación constituye el fundamento para las relaciones internacionales imparciales, y la política exterior independiente es la más justa política de principios. Todos los países y naciones, sean grandes o pequeños, desarrollados o subdesarrollados, tienen derechos equitativos e independientes como iguales miembros de la comunidad internacional. Sólo cuando defiendan su independencia y respeten la de otros es posible desarrollar relaciones internacionales imparciales y construir un nuevo mundo genuinamente independiente, pacífico y amistoso. Al practicar una política exterior basada en los ideales de la independencia, la paz y la amistad, nuestro Partido y Gobierno han promovido los vínculos amistosos y de cooperación con otros países, consolidado nuestra posición internacional, reforzado la solidaridad mundial con nuestra revolución y contribuido activamente a la causa de verificar la independencia en el orbe.
Nuestro Partido ha demostrado fehacientemente, mediante la práctica, la justedad y la gran vitalidad de su posición jucheana y del lineamiento de independencia que mantiene invariablemente en la revolución y la construcción.
Al conducir el proceso revolucionario y constructivo, ha mantenido con firmeza los principios revolucionarios y ha llevado a vías de hecho, en forma consecuente, los lineamientos y la política del mismo carácter.
Atenerse invariablemente a esos principios en el cumplimiento de la causa de la independencia de las masas populares, la del socialismo, es una cuestión importante relacionada con el destino de la revolución. Defenderlos es la senda que la conduce sin desviación hacia el triunfo salvaguardando sus intereses, y retroceder en ellos la que la echa a pique abandonando sus intereses fundamentales. La historia del movimiento revolucionario ha enseñado que si se da un paso atrás en esos principios, le siguen otros dos, y a éstos otros diez, hasta hacerla fracasar en definitiva. Una característica de las tendencias oportunistas de toda ralea es la carencia de principios revolucionarios y la inconstancia en su línea y política. En la realización de la causa del socialismo la adhesión a estos principios se garantiza por la fidelidad del partido de la clase obrera a esta causa, por su convicción en ella y por su voluntad de cumplirla hasta sus últimas consecuencias.
El estimado camarada Kim Il Sung fue un gran revolucionario, comunista, y genio de la revolución y la construcción que guió recto, por el camino de la victoria, a nuestra revolución, llena de vicisitudes y pruebas, con una ilimitada fidelidad a la causa de la independencia de las masas populares, la del socialismo fundamentada en la idea Juche, y con inconmovible convicción y férrea voluntad revolucionarias. Condujo a nuestro Partido y pueblo con su brillante ejemplo en el arte de mando, en mantener los principios revolucionarios en cualquiera de las circunstancias o condiciones y en combinarlos con tino con la agilidad.
Partiendo siempre de los intereses fundamentales de la revolución nuestro Partido ha sostenido los principios de la independencia, de la clase obrera y del socialismo en la revolución y la construcción y materializado los lineamientos revolucionarios hasta sus últimas consecuencias. Haciendo frente con iniciativa y agilidad a los bruscos cambios de la situación al tiempo que impulsaba la revolución y la construcción con incesantes creaciones e innovaciones de conformidad con los requerimientos de la realidad en desarrollo, ha mantenido con firmeza sus principios y líneas sin retroceder ni un paso en los intereses y preceptos fundamentales de la revolución. El elevado espíritu creativo y agilidad y la constancia en su lineamiento y política, basados en los principios revolucionarios son los importantes preceptos y el arte de mando que nuestro Partido viene manteniendo en el proceso revolucionario y constructivo, y las características de sus líneas y políticas.
Al orientar la revolución y la construcción, nuestro Partido nunca se ha desviado de los principios revolucionarios, ni inclinado a la derecha o a la izquierda, ni incurrido siquiera en un error en cuanto al lineamiento. Gracias a su espíritu revolucionario de principios y su constancia en la política y líneas, nuestra revolución ha podido avanzar victoriosamente, sin zigzagueos ni desvíos por el camino del socialismo aun en condiciones tan difíciles, y el socialismo a nuestro estilo, centrado en las masas populares, convertirse en firme fe de nuestro pueblo y echar profundas raíces en su vida. Este deposita su total confianza en nuestro Partido que ha conducido con seguridad la revolución y la construcción, y confiándole enteramente su destino, lucha con tesón por la culminación de la causa revolucionaria del Juche bajo la dirección del Partido.
Los grandes méritos y las valiosas experiencias que nuestro Partido ha acumulado en su estructuración y actividades y en la revolución y la construcción son excelentes frutos de la ideología y la dirección revolucionarias del estimado Líder, cama-rada Kim Il Sung, y tesoros perennes de nuestra revolución que debemos defender y llevar adelante, de generación en generación. Nuestra revolución ha logrado victorias bajo la dirección de nuestro Partido, y en el futuro también avanzará triunfalmente y será continuada y completada brillantemente.
Todavía nos queda un largo trecho y ante nosotros siguen en pie muchos contratiempos y pruebas. Por muy largo y escabroso que sea el camino de nuestra revolución iniciada y dirigida por el gran Líder, camarada Kim Il Sung, marcharemos con pasos firmes sólo por este camino en acato a su legado. Esta es la indeclinable fe y voluntad de nuestro Partido.
Debemos defender y enaltecer más nuestro socialismo, centrado en las masas populares, que nos dejó establecido el estimado camarada Kim Il Sung, y dar cima a la causa socia-lista del Juche. Asimismo, realizar sin falta la gran obra de la reunificación de la Patria, exigencia vital de toda la nación, sobre la base de los principios de la independencia, la reunificación pacífica y la gran unidad nacional, presentados por el camarada Kim Il Sung. En cumplimiento de su sublime propósito, nuestro Partido ha de hacer esfuerzos dinámicos para fortalecer la solidaridad con los pueblos progresistas del mundo y en aras de la causa de la humanidad por la independencia.
A fin de llevar adelante, generación tras generación, y completar la gran empresa revolucionaria del Juche, sublime causa del camarada Kim Il Sung, es preciso reforzar más nuestro Partido, organizador y orientador de todas las victorias de nuestro pueblo.
Tenemos que enaltecer al estimado camarada Kim Il Sung como eterno Líder de nuestro Partido y revolución, y fortalecer y desarrollar éste para siempre como glorioso Partido del camarada Kim Il Sung.
Debemos defender y mantener su gran ideología y teoría y método de dirección revolucionario y aplicarlos consecuente-mente en la construcción y las actividades del Partido. Llevar a cabo todas las labores de la revolución y la construcción según el camarada Kim Il Sung planeó, se propuso y mostró el ejemplo en su cumplimiento, y hacerlo todo a su estilo, constituye la vía para consolidar y desarrollar al nuestro como Partido del camarada Kim Il Sung y llevar adelante y culminar brillantemente la causa revolucionaria del Juche.
Es menester apoyar y defender con firmeza la ideología revolucionaria del gran Líder, camarada Kim II Sung, y materializarla consecuentemente.
Su doctrina revolucionaria, la ideología Juche, es la única directriz de nuestro Partido y la bandera de triunfo de nuestro Partido y revolución. Sin ella es inconcebible el Partido del camarada Kim Il Sung ni el triunfo de su causa.
Debemos intensificar más la educación en la ideología Juche enarbolando la bandera de la transformación de todo el Partido a tenor de esta doctrina, para asegurar que en su seno quepa sólo ésta y todos acompasen a ella su respiración y pulsos. Debemos formar a todos los militantes como revolucionarios, comunistas, dotados con la ideología Juche, que tengan la firme concepción revolucionaria del mundo que emana de ella, y guiarlos a pensar y actuar siempre de acuerdo con sus requerimientos.
Hemos de preservar la pureza de la ideología Juche y profundizarla y desarrollarla incesantemente. La degeneración ideológica trae la alteración del partido y lleva a la ruina la revolución y la construcción. Conservar la pureza de la ideología Juche implica mantener el carácter revolucionario y la causa de nuestro Partido. Hay que luchar sin cesar contra la penetración de las ideas reaccionarías burguesas y toda corriente de ideología oportunista, incluido el revisionismo, y no dejar ningún espacio para la infiltración y el crecimiento en nuestro interior de tendencias ideológicas extrañas. A la par de la preservación de la esencia revolucionaria y la pureza de la ideología Juche, debemos profundizar, desarrollar y enriquecer esta doctrina conforme a la exigencia de la época y la realidad cambiante haciendo lucir más su grandeza.
Tenemos que efectuar todas las labores de la revolución y la construcción según el requerimiento de la ideología Juche, manteniendo en alto la consigna del Partido "¡Materialicemos las exigencias del Juche en la ideología, la técnica y la cultura!". Debemos aplicar consecuentemente esta ideología en la construcción del Partido y el Ejército y la edificación económica y cultural, con miras a acrecentar más las fuerzas política, económica y militar del país, lograr el florecimiento y el desarrollo de la cultura nacional socialista y mostrar plenamente y en alto grado las ventajas de nuestro socialismo, centrado en las masas populares.
Debemos proteger como la niña de los ojos y consolidar más la unidad y cohesión de nuestro Partido, alcanzadas por el gran Líder, camarada Kim Il Sung.
Para el partido la unidad y cohesión de su membresía es como la vida y representa precisamente su poderío. Las de nuestro Partido, basadas en el sistema de ideología única, son de las más puras y sólidas y constituyen la garantía de su invencible potencia.
Debemos mantener invariablemente la tarea de establecer el sistema de ideología única del Partido como línea principal de su construcción, y defender y fortalecer su unidad y cohesión en ideología y voluntad, en moral y sentido del deber, a base de una sola doctrina y centro. Debemos lograr que todos los cuadros y demás militantes conviertan su fidelidad al Partido en su fe, conciencia, moral y hábito y, unidos firmemente con una sola alma y voluntad, sostengan en alto la dirección del Partido.
Debemos oponernos a todos los malsanos elementos que carcomen la unidad y cohesión del Partido, y asegurar de modo consecuente la pureza de sus filas. Aunque las tenemos a un alto nivel, de ningún modo debemos dormirnos sobre los laureles. Podemos mantenerlas y consolidarlas sólo mediante una sostenida labor de educación y lucha ideológicas. Debemos combatir oportunamente, sin tolerancia alguna, las más insignificantes manifestaciones de amiguismo, regionalismo y sectarismo que perjudican e impiden la unidad y cohesión del Partido, procurando que en su seno reine siempre un espíritu, un ambiente de unidad.
Materializando de modo consecuente la idea del gran Líder, camarada Kim Il Sung, de considerar al pueblo como el cielo, debemos estrechar más las relaciones de carne y uña entre el Partido y el pueblo y consolidar y desarrollar incesantemente la unidad volitiva de toda la sociedad.
Nuestro Partido existe para el pueblo y tiene como su misión específica luchar por satisfacerle la exigencia de independencia y defender sus intereses. Amar al pueblo, prestarle su servicio y fundirse con él en un cuerpo es la naturaleza consustancial, la característica fundamental del Partido del camarada Kim Il Sung.
El nuestro es un gran pueblo revolucionario que, formado por el querido camarada Kim Il Sung, y bajo su dirección, superó la tempestad de la revolución; un magnífico pueblo que ha cultivado nobles rasgos ideológicos y espirituales bajo la política de virtud de nuestro Partido y el régimen socialista de nuestro país. Nuestro Partido confía plenamente en el pueblo, fiel sin límites a él y a la revolución, y vence todas las dificultades y pruebas apoyándose en su heroísmo sin par y en su inagotable capacidad creadora. Para nuestro Partido la absoluta confianza y el unánime apoyo del pueblo constituyen la fuente de sus invencibles fuerzas, y servirle a tan excelente pueblo, su gran honor y orgullo.
Debemos cumplir estrictamente la inalterable ideología y orientaciones de nuestro Partido, que ama al pueblo, defiende los intereses y exigencias de las masas populares y lucha por asegurarles una vida independiente y creadora. Debemos perfeccionarlo como verdadera madre que se responsabiliza por el destino del pueblo, lo guía y atiende, y fomentar entre los cuadros el espíritu de servicio a él para que apliquen de modo más sustancial ¡apolítica de virtud del Partido. Y conducirlos a que sean todos fieles servidores del pueblo y defensores de sus intereses, que trabajen con abnegación para él.
Debemos aplicar cabalmente el espíritu y el método Chonsanri creados por el camarada Kim Il Sung, y seguir manteniendo en alto la exhortación del Partido: "¡Ir todo el Partido a las masas!". Todos los funcionarios deben atenerse con más firmeza al estilo de trabajo revolucionario y popular de compenetrarse siempre más a fondo con las masas populares, compartir con ellas la vida y la muerte, las alegrías y las penas, enseñarles y aprender de ellas y poner en acción su entusiasmo revolucionario y actividad creadora en el cumplimiento de las tareas revolucionarias. Y orientarlos a oponerse y rechazar categóricamente el abuso de poder, burocratismo y corrupción, a poseer cualidades modestas y sencillas y a establecer un ambiente de vida proba y honesta.
El Partido y el pueblo deben confiarse mutuamente y, fundidos en un haz, luchar con vigor y afianzar más la unidad volitiva de toda la sociedad. Tal como con la fuerza de su unidad volitiva hemos venido venciendo las difíciles coyunturas, de la misma manera en el futuro iremos abriendo la senda de la victoria y gloria.
Hoy nuestro Partido y pueblo han entrado en un nuevo camino de avance histórico. Nuestro Partido mantendrá y llevará adelante con fidelidad la ideología y los méritos del gran Líder, camarada Kim Il Sung, e irá cumpliendo su gran obra hasta el fin, una generación tras otra.
El Partido del Trabajo de Corea brillará eternamente como Partido del camarada Kim Il Sung.

Transcrito y publicado por:

Instituto Cultural y de Amistad Peruano - Coreano
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Lima – Perú
Nov. - 2010