En
abril de 2009 el presidente estadounidense Obama que acababa de subir al trono, en el giro de viaje por la
Europa, proclamó “librar el mundo de las armas nucleares”, razón por la que el
mismo año fue laureado con el Premio Nobel de Paz.
Por
aquel tiempo la sociedad internacional bullió de debates de si era justo o
injusto el haberle conferido la remuneración solo de una palabra. No pocas
personas, diciendo que lo importante era la práctica y no el habla, quisieron
ver cómo Obama cumpliría sus palabras.
Invariable
estrategia nuclear
Depositar
gran esperanza en las armas nucleares para tomar el dominio del mundo fue
invariable estrategia de las anteriores administraciones estadounidenses.
Durante
la Segunda Guerra Mundial EE.UU. explotó y usó las bombas atómicas y también
después del cese al fuego definió las armas nucleares como su más importante
medio para verse realizado su ambición por el dominio del mundo. Con miras a
mantener y afianzar su monopolio de las armas nucleares o su absoluta
superioridad en el mismo renglón, reforzó constantemente sus fuerzas armadas
nucleares.
Aún
después de la finalización de la guerra fría, el desmoronamiento de la Unión
Soviética que era su rival principal en la carrera nuclear, no renunció a su
afición a las armas nucleares. Se decidió a reanudar en el año 2002 la
investigación de las artefactos nucleares que había interrumpido cierto tiempo
y en el 2008 desembolsó al mínimo 52 mil 400 millones de dólares en la
modernización de las armas nucleares. Planeó hacer pequeñas las armas nucleares
para usarlas fácilmente como las convencionales e impulsó activamente la
invención de las nuevas ojivas nucleares y otras reformadas.
Lo
que despertó la mayor preocupación de la sociedad internacional fue que EE.UU.
reveló abiertamente su intento de valerse de las armas nucleares en cualquier
momento contra países de los que no le gustan. Bush, antecesor de Obama,
definió el “ataque preventivo con armas nucleares” como la política y publicó
hasta el listado de los objetos de este ataque, en el que designó a la
República Popular Democrática de Corea y varios otros países.
¿Acaso
la administración Obama, a diferencia de sus anteriores, aplicará la estrategia
nuclear?
En
medio de la sospecha de la sociedad internacional pasó el primer mandato de 4
años de la administración Obama y se inició el primer año de su segundo
mandato.
Crisis
nuclear sin precedentes
La
sociedad internacional tenía esperanza de que durante el mandato de Obama el
mundo no sería liberado de la amenaza con armas nucleares, pero por el
contrario presenció la pésima crisis nuclear nunca conocida.
EE.UU.
que persistentemente intimidaba con armas nucleares a la RPD de Corea, creó,
por fin, una aguda crisis de la guerra termonuclear, cuyo motivo fue la
adopción de la “resolución sobre las sanciones” por parte del Consejo de
Seguridad de la ONU que el imperio logró instigando a sus seguidores tras poner
en tela de juicio el plenamente justo lanzamiento del satélite con fines
pacíficos de Corea. Y al ver indignarse a Corea y realizar la tercera prueba
nuclear subterránea para defender su soberanía y dignidad, logró adoptar otra
“resolución sobre las restricciones” y desarrolló simulacros de guerra nuclear
de envergadura sin precedentes, los “Key Resolve” y “Foal Eagle”, en los que
participaron la inmensa cantidad de fuerzas armadas nucleares, incluso el
bombardero estratégico nuclear “B-52” y el Stealth “B-2A”, por primera vez en
la historia.
Frente
a esto, Corea declaró que daría golpes al territorio estadounidense y sus bases
militares en Hawai, Guam y otros sectores de la zona de operaciones de
Pacífico, presentó una nueva línea estratégica de desarrollar simultáneamente
la construcción económica y la de las fuerzas armadas nucleares para defender
con firmeza su seguridad de la cada día más agravante intimidación con armas
nucleares de EE.UU. y adoptó una ley para consolidar más su posición propia del
país poseedor de las armas nucleares. Se trata de una reacción demasiado
natural y lógica de Corea a la insensatez de EUA.
El
periódico noruega Aftenposten comentó que EE.UU., contraviniendo al
cumplimiento de las tareas estipuladas por el Tratado de No Proliferación de
las Armas Nucleares, blande las porras atómicas, lo cual convence a otros
países de que solo al poseer armas nucleares, pueden subsistir y enfrentarse a
él mismo.
La
conclusión es explícita. La desnuclearización de EE.UU. es la condición previa
fundamental de la del mundo.
De
ahí que si Obama deseara de corazón un “mundo sin armas nucleares”, primero debiera
abdicar de la política de intimidar con armas nucleares a otros países y
eliminar del todo su inmensa cantidad de ellas.
Pero,
esto contraviene diametralmente a la ambición por dominar al mundo, la
naturaleza del imperio americano, y Obama nunca podría hacerlo. Si esta es la
verdad Obama será inscrito en la historia como “hipócrita secular” que engañó a
todo el mundo.
Le
convendría confesar a no más tardar que habló por hablar y deponer el Premio
Nobel de Paz.