En la
pasada guerra coreana (1950-1953), la República Popular Democrática de Corea,
que llevaba menos de dos años de fundada, venció a las fuerzas aliadas
imperialistas acaudilladas por Estados Unidos de América que contaba con la más
poderosa fuerza militar y económica y la larga historia de agresión, lo cual
fue portentoso fruto de las destacadas estrategias y tácticas y originales
métodos de combate planteados por Kim Il Sung (1912-1994), Presidente de la RPD
de Corea, quien el 25 de junio de 1950, a la madrugada, apenas EE.UU.,
instigando al ejército surcoreano, desató la contienda, presentó una estrategia
de que de inmediato el Ejército Popular de Corea (EPC) pasara de la defensa a
la contraofensiva, la original y nunca vista ni en la teoría y el manual de la
milicia existentes ni experimentada por ningún país.
La
historia de la guerra tanto del Oriente y Occidente como de la antigüedad y el
presente enseña que un país, aunque tuvo muy poderoso ejército e inmensurable
potencial económica y militar, si sufriera inesperado ataque global, caía en
caos y no forcejaba debidamente, hasta arruinarse, y que otro solo después de
cierto tiempo remedió el frente, preparó la fuerza y pasó a la contraofensiva.
Pero,
según la estrategia de Kim Il Sung, el EPC frenó de inmediato la sorpresiva
invasión del enemigo, pasó a la contraofensiva, a los tres días de iniciada la
hostilidad ocupó la capital enemiga Seúl y solo en poco más de un mes liberó
más de 90 por ciento del territorio y de 92 de la población de la parte sur.
El
entonces comandante de las tropas estadounidenses en el Extremo Oriente y de
las “fuerzas de la ONU”, Douglas MacArthur escribió en su carta enviada al
estado mayor conjunto estadounidense como sigue:
“El
enemigo es ejército profesional de carácter ofensivo y bien entrenado y también
su cumbre militar sabe hacer buena dirección y se vale bien de los principios
de las operaciones y tácticas.”
Kim Il
Sung siempre se percataba correctamente de lo que el enemigo intentaba y
orientaba al Ejército Popular a aplicar con habilidad estrategias y tácticas al
respecto, cuya prueba es que frustró completamente la “ofensiva general de
navidad” del ejército estadounidense.
En
noviembre de 1950 cuando EE.UU., movilizando nuevos refuerzos, preparaba la
mencionada ofensiva, Kim Il Sung precisó que el 24 de noviembre el ejército
estadounidense iniciaría la ofensiva general, y dictó a las unidades del
Ejército Popular la orden de emprender la contraofensiva general el 25 del
mismo mes. Las tropas de EE.UU. y sus aliados, duramente golpeados por el
Ejército Popular, se huyeron a la desbandada.
Un
periodista occidental que lo había presenciado, escribió en un artículo como
sigue: “Si el Ejército Popular no hubiera sabido la fecha del ataque del
ejército estadounidense, no habría hecho inmediato contraataque. Se trata de
otra prueba de que de veras, la facultad para las operaciones del Comandante
Supremo del Ejército Popular de Corea no tiene límites. La acertada adivinación
de la fecha del ataque general del ejército estadounidense era inimaginable y
también la definición del tiempo de la contraataque a base del esmerado cálculo
de lo todo, verdaderamente admirable.”
Kim Il
Sung concibió y aplicó originales métodos de combate, lo cual fue inscrito en
la historia de la guerra moderna. Entre ellos figuran el método de combatir en
montes, el de combatir apoyándose en el túnel, el de asaltar, el movimiento de
los grupos de cazadores de los aviones y tanques y muchos otros, todos
convenientes al relieve de Corea, el armamento del Ejército Popular y la
característica de la guerra moderna. Por ejemplo, el método de combatir
apoyándose en el túnel es basado en el cálculo científico de la peculiaridad
del país rico de montes y las ventajas tecnológicas del enemigo.
La
victoria del EPC en el combate de defensa de la cota 1211 conocido ampliamente
en el mundo por aquel tiempo fue justamente merced al mencionado método de
combatir. En septiembre de 1951 Kim Il Sung acudió hasta en la línea de la cota
1211, impartió claras vías para quebrantar la frenética “ofensiva otoñal” del
ejército estadounidense y tomó pertinentes medidas para imprimirles el carácter
del túnel a las posiciones de defensa. En acato a su propósito, los guerreros
del Ejército Popular prepararon en las colinas las herrerías donde derritieron
fragmentos de los proyectiles y las bombas de los enemigos y fabricaron
punzones, mazos, picos y otros instrumentos, para abrir túneles.
Las
posiciones de defensa del Ejército Popular se hicieron más fortificadas. Pese a
que las bombas caían como lluvia, en los túneles los combatientes coreanos no
solo descansaron bastante sino cantaron y bailaron al son de la música
interpretada por los instrumentos hechos por ellos mismos.
“Tal
vez esa línea de defensa sería la más sólida conocida en el mundo”, comentó
Ridgeway, el entonces comandante de las tropas estadounidenses en el Extremo
Oriente, que sufrió sucesivas derrotas ante la fuerte resistencia del Ejército
Popular.
Como
vemos, la superioridad numérica y técnica de EE.UU. que se vanagloriaba de su
“supremacía” en el mundo fue desvanecida por la estratégica y táctica del EPC
protagonizada por Kim Il Sung.
Francisco
De Costa Gomes, ex presidente portugués y que en el período de la guerra
coreana se desempeñó como jefe del estado mayor de las tropas portuguesas
estacionadas en Macao, afirmó:
“En eso
el plan de las operaciones de EE.UU. fue elaborado a base de los reiterados
debates de decenas de generales que eran jefes del estado mayor y expertos
militares de los países occidentales puestos al lado de EE.UU. Pero, el General
Kim Il Sung solo lo frustró. Viéndolo con mis propios ojos pensé que él era, de
veras, el único genial estratega militar y gran comandante en el mundo.”