miércoles, 29 de junio de 2011

El Presidente Kim Il Sung y Allende

            El Presidente Kim Il Sung (1912-1994), gran figura política del siglo XX, quien hizo aportes destacados a la causa de la independencia del mundo, tuvo encuentros con más de 70 mil personalidades extranjeras, entre ellas jefes de Estado y gobierno y líderes de partidos de muchos países, las cuales admiraron sus nobles cualidades, su magnanimidad y su cálido amor al hombre.
            Salvador Allende (1908-1973), que fue el presidente de la República de Chile, también fue entrevistado por el Presidente Kim Il Sung.
            Estudió la medicina en la Universidad de Santiago, Chile, y obtuvo el grado de Doctor en neurología. Al analizar la realidad de la sociedad comprendió que era más imperioso curar los males sociales que las enfermedades que afectaban a la población.
            Comenzó a buscar el camino que condujera su sociedad al desarrollo independiente y leía con gran interés obras del Presidente Kim Il Sung sintiéndose adepto a su idea Juche. Deseaba tanto ver al Líder del pueblo coreano que cuando una delegación cultural de amistad de Corea estaba de visita en Chile invitó a sus miembros a su casa para expresárselo.
            En 1969, cuando se desempeñaba como presidente del senado, realizó una visita a la RPD. De Corea. El Presidente Kim Il Sung lo recibió con alegría y amabilidad.
            Allende, sumamente emocionado, no sabía cómo agradecerle. El Líder de Corea lo calificó como compañero de armas con quien luchaba en el mismo bando antiimperialista y expresó que le daba alegría tener a un buen amigo como Allende en Chile, país latinoamericano. Lo trataba no como huésped recién conocido sino como un viejo compañero de lucha con quien compartía penas y alegrías, vida y muerte desde hacía muchos años, lo cual le impresionó mucho.
            Allende reafirmó su fe en la justicia y decidió luchar con toda su dedicación por la causa de la independencia. Al despedirlo el Presidente Kim Il Sung dijo que volviera a visitar a Corea y agregó: “Vamos a ser eternos compañeros de la lucha antiimperialista.”
            Allende lo calificó como personificación de la independencia y la justicia y luchó con entusiasmo por construir una nueva sociedad y desarrollar su país por vía independiente. En 1970 fue electo presidente de la República y puso en práctica reformas socio-económicas para reforzar la soberanía nacional y mejorar las condiciones de vida de las masas trabajadoras. Eliminó la base militar y estructuras económicas y culturales norteamericanos en su país que servían para dominarlo y controlarlo. Recuperó las relaciones diplomáticas con Cuba y las estableció con Corea, China, Vietnam y Mongolia.
            Los Estados Unidos, alarmados ante la posición antiimperialista e independiente que el gobierno de Allende mantenía, incitó a Pinochet y otros militares de derecha a desatar un golpe de Estado militar en 1973. Estos lo obligaron a abandonar el palacio presidencial prometiéndole que garantizarían su seguridad personal, pero Allende lo rechazó diciendo que solo los cobardes se rendían. Con 40 miembros de la Guardia combatió con el arma en la mano 7 horas para defender el palacio hasta caer heroicamente.
            El Presidente Kim Il Sung le expresó a través del encargado de negocios a.i chileno en Corea su profunda condolencia por la muerte de Allende. Al enterarse de que su hermana emigrada a otro país se encontraba mal de salud, la invitó a Corea para recibir el tratamiento médico.
            Posteriormente, el Presidente Kim Il Sung habló en varias ocasiones sobre Allende y la revolución chilena. En ocasión del encuentro con el secretario general del Partido Socialista de Chile en visita a Corea se refirió a Allende  recordando su caída heroica en el combate y dijo que lo consideraba como héroe del pueblo chileno, héroe de la clase obrera del mundo.
            En verdad, el Presidente Kim Il Sung consideró a los partidarios de la independencia y la justicia como sus viejos compañeros de lucha aunque los conociera  por primera vez y cumplió fielmente su obligación con los compañeros y amigos.
            Hasta hoy, en Chile y otros países latinoamericanos se hablan de las anécdotas entre el Presidente Kim Il Sung y Allende como leyendas de amor y confianza.