KIM IL SUNG
PROGRAMA DE DIEZ PUNTOS DE LA GRAN UNIDAD
PANNACIONAL
PARA LA REUNIFICACION DE LA PATRIA
6 de abril de 1993
Reunificar a
la Patria tras poner fin a la historia de cerca de medio siglo, de división y
enfrentamiento, es unánime demanda y voluntad de toda la nación. Para lograrlo
por vía independiente y pacífica es indispensable alcanzar la gran unidad
pannacional. Los que se preocupan por el destino de la nación, sean residentes
en el Norte, el Sur o en ultramar, sean comunistas o nacionalistas, desposeídos
o poseedores, creyentes o no, en primer lugar deben unirse, como integrantes de
un mismo pueblo sobreponiéndose a todas las diferencias, y abrir juntos el
camino de la reunificación de la Patria.
Todos deben
dar un aporte específico a la reunificación y al florecimiento y la prosperidad
de la Patria reintegrada: la fuerza quien la tenga, los conocimientos quien los
posea y el dinero quien disponga de él, para poner fin a la división de la
nación y demostrar ante todo el mundo la dignidad y el honor de los 70 millones
de coreanos unidos.
1. Fundar un Estado unificado
independiente, pacífico y neutral mediante la gran unidad pannacional.
El Norte y el
Sur deben fundar un Estado unificado pannacional, que represente a todos los
partidos, grupos y sectores de los integrantes de la nación, dejando intactos
los regímenes y gobiernos existentes en ambas partes. Este debe ser un Estado
confederal con igual participación de los dos gobiernos regionales del Norte y
el Sur, y un Estado neutral, independiente, pacífico y no alineado, que no se
incline hacia ninguna potencia.
2.
Lograr la unidad basada en el amor a la nación y el espíritu de
independencia nacional.
Todos los
integrantes de la nación, ligando su destino con el de ésta, deben amarla con
fervor y unirse con la voluntad de defender a riesgo de la vida su
independencia. Con la dignidad y orgullo de ser miembros de nuestra nación
deben rechazar el servilismo a las grandes potencias y el nihilismo nacional
que carcomen el espíritu de independencia de la nación.
3. Unirse en el principio de fomentar la
coexistencia, coprosperidad e intereses comunes y entregarlo todo a la causa de
la reunificación de la Patria.
El Norte y el
Sur deben reconocer y respetar recíprocamente la existencia de diferentes
ideologías, ideales y regímenes, no atentar uno contra otro, sino gozar juntos
del progreso y la prosperidad. Tienen que fomentar los intereses de la nación
antes que los regionales y de clases y hacer todos los esfuerzos por alcanzar
la causa de la reunificación de la Patria.
4. Unirse tras poner fin a toda pugna
política que fomente la división y el enfrentamiento entre los compatriotas.
El Norte y el
Sur no deben perseguir o fomentar el enfrentamiento, sino eliminar toda forma
de pugnas políticas y calumnias. Sin enemistad entre los compatriotas tienen
que aunar las fuerzas de la nación para hacer frente en común a la agresión e
intervención de las fuerzas extranjeras.
5. Confiar mutuamente y unirse tras
conjurar por igual los temores de agresión al Norte o al Sur, a la victoria
sobre el comunismo o a la comunistización.
El Norte y el
Sur no deben amenazarse o agredirse uno a otro, ni imponer su régimen o
absorberse uno a otro.
6. Apreciar la democracia e ir de la mano
por el camino de la reunificación de la Patria, sin rechazarse uno a otro por
profesar diferentes doctrinas y opiniones.
Deben
asegurarse la libertad de discusión y las actividades en pro de la
reunificación y no aplicar la represión, represalia, persecución o castigo a
los opositores políticos. No se perseguirá a nadie por ser pronorcoreano o
prosurcoreano.
Se pondrá en
libertad a todos los presos políticos, rehabilitándolos, de modo que puedan
contribuir a la obra de la reunificación de la Patria.
7. Proteger los bienes materiales y
espirituales del individuo y la organización y fomentar su utilización en favor
del logro de la gran unidad nacional.
Tanto antes
como después de la reunificación, hay que reconocer las propiedades estatales,
cooperativistas y privadas y proteger el capital y los bienes individuales y
colectivos, y las concesiones comunes con el capital extranjero. Serán
reconocidos los títulos de honor y de calificación oficiales que tienen los
individuos en la ciencia, educación, literatura, arte, prensa oral y escrita,
salud pública, deportes, y otros sectores, y se seguirán asegurando los
beneficios de que disfrutan las personas beneméritas.
8. Todos los integrantes de la nación deben
comprenderse y confiar unos de otros y unirse mediante contactos, viajes y
diálogos.
Se eliminarán
los obstáculos para los contactos y viajes y se abrirán para todos, sin
discriminación, las puertas de las visitas. Hay que ofrecer por igual la
ocasión de dialogar a todos los partidos, agrupaciones y sectores y capas de la
población, y promover conversaciones bilaterales y multilaterales.
9. Los integrantes de la nación que residen
en el Norte y el Sur del país y en ultramar, deben fortalecer la solidaridad
entre sí en el camino para la reunificación de la Patria.
En el Norte y
el Sur y en ultramar deben apoyar y respaldar, sin prejuicios, lo que resulte
útil a la reunificación de la Patria y rechazar en común lo dañino, y todos,
librándose de su estrecho vallado, deben coordinar sus acciones y cooperar. En
la empresa patriótica para la reunificación todos los partidos políticos,
agrupaciones y compatriotas de distintos sectores y capas deben unirse en lo
organizativo.
10. Apreciar altamente a los que aporten a
la obra de la gran unidad nacional y la reunificación de la Patria.
Hay que
brindar beneficios especiales a los que alcanzaron méritos en aras de la gran
unidad nacional y la reunificación de la Patria, a los mártires patriotas y sus
descendientes. Los que toman el camino patriótico, arrepintiéndose de pasados
actos traidores a la nación, deben ser tratados con indulgencia y estimados
imparcialmente según sus méritos en la reunificación de la Patria.