Pyongyang, 26 de abril (ACNC) -- Se torna más
intensa que nunca la campaña de EE.UU. para atropellar a la República Popular
Democrática de Corea.
La actual administración norteamericana
definió hace poco la "máxima presión e intervención" como su política
sobre la RPDC y ordenó el traslado de las propiedades estratégicas, incluso la
flotilla de ataque de portaaviones nucleares, a la zona operacional de la
Península Coreana. Y dice sin escrúpulos disparates provocativos como "el
Norte de Corea no debe juzgar mal la voluntad de EE.UU." y "terminó
el tiempo de paciencia estratégica".
Tales actos provocadores, que llevan la
situación de la Península Coreana al borde de guerra nuclear, devienen la
continuación y expresión coherente de la política hostil de EE.UU. que pretende
derrumbar a toda costa a la RPDC, la fortaleza del socialismo y primera
defensora de la paz mundial.
La historia demuestra que la confrontación
RPDC-EE.UU. es más el enfrentamiento de ideologías e ideales que el físico y
militar.
En cuanto al problema coreano, la
administración Trump dice que "no desea cambiar el régimen del Norte"
para ocultar la esencia de su política de aplastamiento a la RPDC y crear el
clima de "colaboración" con la sociedad internacional en presionarla.
De hecho, EE.UU. anunció en público que
sus acciones militares contra la RPDC se realizarán a modo de "ataque
preventivo" con el objetivo de "eliminar la Dirección Suprema del
Norte" y "atacar sus bases nucleares y de misiles".
Tal vez resulte fructífera en el caso de
otros países la "máxima presión" de que habla el nuevo ejecutivo de
EE.UU.
Pero, no saldrá nunca con la suya en la
Corea socialista donde la Dirección Suprema de la revolución, la unidad
monolítica y el socialismo forman un ente del mismo destino y todos los
militares y civiles apoyan con fidelidad la dirección del gran Partido.
Tanto en la pasada guerra coreana de la década de 1950, conocida como
contienda entre el fusil y la bomba atómica, como en los posteriores incidentes
como el del barco espía "Pueblo" y el del avión de reconocimiento
"EC-121" de la década de 1960, el de Phanmunjom de la década de 1970
y la confrontación nuclear con EE.UU., la Corea heroica defendió con fuerzas
propias la patria socialista infligiendo derrota a EE.UU.
En los últimos años, EE.UU. recurrió a la
amenaza superdura y la brutal sanción y bloqueo contra la RPDC.
Sin embargo, se quedaron cansados los
mismos imperialistas que sufrieron fracasos repetidos y triunfó el Estado
socialista que superó todos los desafíos.
Los esfuerzos desesperados de EE.UU. y
otras fuerzas hostiles testimonian claramente que el socialismo coreano avanza
y triunfa.
La RPDC, país socialista y pacifista, ama
la paz más que nadie, pero no teme la guerra ni la elude.
El ejército y pueblo coreanos no vacilarán
en tomar la opción especial para defender el socialismo considerado como su
vida y preservar la paz de la Península Coreana y el resto de la región.
Responderán a la guerra total con la misma
y a la guerra nuclear, con el ataque nuclear al estilo coreano, y defenderán
por cuenta propia el socialismo y la paz y estabilidad del mundo.