Kim
Jong Un, Máximo Dirigente de
la República Popular Democrática de Corea (RPD de Corea) y Presidente del
Partido del Trabajo de Corea (PTC), en el VII Congreso de esta organización
política iluminó claramente el camino a seguir por la nación coreana para
lograr la reunificación independiente del país.
Para
reunificar el país, dijo con solemnidad, es preciso sostener en alto la bandera
de la independencia nacional y la de la gran unidad nacional, garantizar la paz
y la seguridad en la Península Coreana y lograr que el Norte y el Sur trabajen
conjuntamente para lograr la reintegración con el sistema confederativo sobre
la base del acuerdo de toda la nación.
La
independencia nacional constituye la clave para la solución del problema
nacional y el cordón umbilical del movimiento de la reunificación. Solo al
mantener el principio de la independencia es posible defender los derechos y el
interés de la nación y resolver de manera independiente y de acuerdo con la
voluntad y la exigencia de la nación el problema de la reunificación. Las fuerzas
extranjeras no desean jamás que la nación coreana se unifique y haga más poderosa.
El problema de la reintegración de Corea ha de ser resuelto por coreanos sobre
el principio de autodeterminación nacional y con arreglo a su exigencia por la
independencia.
La
gran unidad nacional es la fundamental condición previa de la reunificación
independiente de Corea y su esencia. Los coreanos, con el gran propósito de la
reintegración y por encima de la diferencia de ideología, ideal y criterio
político, deben unirse compactamente como un monolito. La diferencia de
ideologías y regímenes que existen en el Norte y el Sur no puede ser la razón
por la que los coreanos desconfíen unos de otros y los planteamientos e
intereses de las clases y capas sociales no podrán ser obstáculos de su unidad.
La Cumbre
Norte-Sur de Corea de Pyongyang de junio de 2000 fue un evento extraordinario
que mostró a todos los coreanos que si por encima de la diferencia de
ideología, ideal, criterio político y creencia religiosa, se concilian y unen,
se pueden reunificar con toda la seguridad.
La
paz y la seguridad de la Península Coreana es una cuestión vital relacionada
con el destino de la nación coreana y premisa indispensable de la reunificación
de Corea. En la actualidad cuando con las sucesivas maquinaciones de
provocación de la guerra nuclear de Estados Unidos de América y la autoridad
surcoreana, la paz y seguridad nacionales se ven gravemente amenazadas, de no
prevenir la guerra y defender la paz en la Península Coreana, es probable que
cualquiera, sea quien sea, tenga la trágica suerte de ser víctima y la nación
coreana misma corra el riesgo de ser extinguida.
Estados
Unidos debe apreciar correctamente la posición estratégica de la RPD de Corea
como potencia nuclear y la tendencia actual, abandonar su anacrónica política
hostil contra el mismo país, cambiar el acuerdo de armisticio por el de paz y
retirar de Corea del Sur sus tropas agresoras y armamentos. Las autoridades
surcoreanas deben dejar de seguir servilmente a Estados Unidos y renunciar a
todas sus insensatas provocaciones políticas y militares y ejercicios de guerra
contra sus compatriotas norteños que ponen en peligro la paz y la seguridad de
la Península Coreana.
Solo
lograr la reunificación con el sistema confederativo es la única y justa vía
para salvar la nación del peligro de la guerra y realizar satisfactoriamente la
causa de la reunificación del país.
Norcorea
propuso hace mucho a Surcorea lograr la reunificación con el sistema
confederativo basado en el principio de una nación y un Estado, pero de dos
regímenes y gobiernos.
El
“proceso de confianza”, la “declaración de Dresden” y otras cosas por el estilo
por los que abogan las autoridades surcoreanas, en esencia persiguen el
objetivo de lograr la “reunificación de sistema” y la “reunificación de
absorción”. Ellos causarán solo la guerra y división y no el reconocimiento y
respeto a otro.
Para
lograr la reunificación independiente del país lo apremiante en la actualidad
es, dijo Kim Jong Un, cambiar radicalmente las relaciones Norte-Sur.
En
esto lo más importante es hacer que ambas partes alivien la tensión militar y
resuelvan todos los problemas mediante diálogos y negociaciones.
Aliviar
la tensión militar constituye la condición fundamental para el establecimiento
del ambiente de la confianza y la renovación de las relaciones intercoreanas.
Es precisamente la Península Coreana donde el Norte y el Sur, con la Línea de
Demarcación Militar entre los mismos, se enfrentan agudamente uno con otro y
que siempre está al borde de la guerra. Encima, si persiste la actual tensión
creada por la completa incomunicación entre las autoridades militares del Norte
y el Sur y por su confrontación militar, no se puede prever dónde y cuándo
estallará el choque con armas, ni evitar que se extienda a una guerra.
Lo
más importante es lograr que ambas partes adopten medidas prácticas para
atenuar la tensión militar y el peligro de conflicto primero en la Línea de
Demarcación Militar y en la región candente del Mar Oeste. El Norte y el Sur,
en 2007 al adoptar la histórica declaración del 4 de Octubre, se convinieron en
preparar un proyecto de definir el área de pesca conjunta y convertirla en la
pacífica. Si en la Línea de Demarcación Militar y en la región candente del Mar
Oeste terminan todas las hostilidades militares, desaparecerá el origen de la
agravación de la tensión y el choque militar y se abrirá una importante
coyuntura para el mejoramiento de las relaciones intercoreanas.
La
paz y las negociaciones constituyen la vía fundamental para resolver los
problemas de las referidas relaciones de acuerdo con el deseo y la voluntad de
la nación. El Norte y el Sur, como en la era de la reunificación del 15 de
junio, en varios sectores deben fomentar activamente los diálogos y las
negociaciones de varios niveles, disipando el malentendimiento y la
desconfianza recíprocos y abriendo juntos el camino de la reunificación del
país y la coprosperidad nacional.
Particularmente,
los diálogos y las negociaciones entre las autoridades militares bilaterales
devienen una importante vía para poner fin a las hostilidades militares y crear
una circunstancia pacífica en la Península Coreana. Las conversaciones de las
autoridades militares Norte-Sur.
Se
aprovecharán esas oportunidades para discutir globalmente los temas de interés
común como eliminar el peligro de conflicto y atenuar el estado de tensión en
la zona de la Línea de Demarcación Militar.
Los
países relacionados con la división de Corea y sus vecinos, dijo Kim Jong Un,
coadyubarán a su reintegración, en vez de fomentar la desconfianza y la
confrontación entre el Norte y el Sur.
Corea,
en un futuro cercano, sin duda será reunificada y hará gala de su dignidad y
majestuosidad como potencia con 80 millones de habitantes y un enorme poderío,
como uno de los Estados más civilizados que avanza a la vanguardia del mundo,
con su firme espíritu y sobresaliente inteligencia y como potencia de justicia
que desempeña un papel significativo en la preservación de la paz en el noreste
de Asia y el resto del mundo.