Corea, anterior luz,
que irradiaba en la era de oro
de Asia,
si vuelve a encender,
será lucero del Oriente.
Se
trata de la poesía de Tagore, gran escritor indio, compuesta cuando Corea, con
la historia de cinco milenios y brillante cultura, estaba bajo la dominación
(1905-1945) del imperialismo japonés.
Retrospectivamente,
la nación coreana se quedó despojada del país, porque el poderío militar era
débil.
En
1905 cuando Japón, con el objetivo de tomar el dominio colonial sobre Corea,
imponía al gobierno feudal de este país concluir el “Tratado de 5 Puntos de
Ulsa”, su fuerza militar era la más fuerte en Asia. Japón tenía 12 buques de
guerra de más de 6 000 toneladas de desplazamiento y 200 000 efectivos
terrestres permanentes provistos de armas modernas. Para ocupar a la fuerza a
Corea, metió 30 000 infantes, 800 soldados a caballo y 5000 artilleros en
Hansong (actual Seúl), capital de la dinastía feudal Joson.
Corea
contaba con dos regimientos (5 000 soldados) en Hansong y 8 batallones (2 000)
en las provincias, en total unos 7 000 dotados de lanza, arco y fusil de mecha.
Un
historiador romano antiguo dijo: “Si quieres la paz, prepárate para la guerra.”
El
pueblo coreano, por no haber tenido preparada la fuerza militar frente a la
agresión y la guerra, estuvo 40 años bajo la ocupación militar de Japón, siendo
privado de sus valiosos recursos y patrimonios culturales, idioma, alfabeto e
incluso el nombre. Más de un millón de coreanos fueron asesinados, más de 8 400 000 jóvenes
y hombres de mediana edad llevados para el servicio militar y trabajo forzado y
200 000 mujeres como esclavas sexuales del ejército japonés.
La
historia de martirio de la nación coreana terminó con la liberación del país
por Kim Il Sung, eterno Presidente de la República
Popular Democrática de Corea (RPD de Corea), que condujo la heroica Lucha
Armada Antijaponesa a la victoria.
El
15 de agosto de 1945 fue el día del inicio de la conversión de una colonia
débil en la potencia mundial.
Merced
a Kim Il Sung que hizo grandes esfuerzos y desvelos para el fortalecimiento del
poderío militar, en un corto espacio de tiempo posterior a la liberación se
creó la industria de defensa nacional independiente, se prepararon las fuerzas
armadas regulares y sobre esta base, se fundó la RPD de Corea, primer Estado
democrático popular del Oriente.
En
junio de 1950, la RPD de Corea se
vio impuesta a la guerra de 3 años por parte de Estados Unidos de América que
se jactaba de su “supremacía” del mundo y defendió su soberanía y dignidad,
mostrando ante el mundo que no era en modo alguno colonia débil de ayer.
El
Partido del Trabajo de Corea (PTC, partido gubernamental de la RPD de Corea),
en el difícil período de la rehabilitación y construcción de postguerra,
presentó la original línea de la construcción económica de fomentar primero la
industria pesada y simultáneamente la industria ligera y la agricultura, no se
rindió ante la imposición exterior de alistarse al Consejo para la Ayuda Mutua
Económica (cAME) y desplegó el
espíritu de apoyarse en su propia fuerza y fortalecerse con sus propios
recursos, convirtiendo en un breve espacio de tiempo el país en un Estado
socialista soberano, autosostenido y autodefensivo.
A
finales del siglo pasado la RPD de Corea otra vez mostró al mundo lo fuerte que
es. En eso la ex Unión Soviética y otros países socialistas de Europa oriental
sucesivamente se derrumbaron, pero la RPD de Corea no. La ofensiva
antisocialista de las fuerzas aliadas imperialistas acaudilladas por Estados
Unidos que se lanzaba antes sobre el conjunto de los países socialistas se
concentró en la RPD de Corea, que se mantuvo firme.
Lo
que merece particular mención es la política del Songun (prioridad de los
asuntos militares) practicada por Kim Jong Il, eterno Presidente del Comité de
Defensa Nacional de la RPD de Corea. Enarbolando la bandera del Songun
fortaleció la fuerza militar y otras del país en conjunto en todos sus
aspectos. Convirtió el país en el capaz de fabricar y lanzar el satélite
artificial de la Tierra y el nuclear.
Kim
Jong Un, Máximo Dirigente de la RPD de Corea, ha llevado el poderío del país a
la cúspide.
Con
la fuerza que poseemos, dijo él en una conferencia efectuada en julio del año
pasado, podemos enfrentarnos a EE.UU. en todos los métodos de guerra que él
elija. Contamos con la gran capacidad de disuadir a EE.UU. de su intento de
provocar una guerra nuclear. La época en que Washington nos chantajeaba con sus
armas nucleares ha pasado para siempre. Es una realidad de hoy que EE.UU. ya no
puede chantajearnos ni horrorizarnos sino que nosotros somos para él una gran
amenaza y agente del pánico.
En
realidad hoy la RPD de Corea se ha hecho potencia militar con la industria de
defensa nacional capaz de producir cuantos medios de golpe que quiere, uno de
los contados países capaces de fabricar y lanzar el satélite artificial de la
Tierra y una de las 6 potencias nucleares que posee incluso la bomba de
hidrógeno.
El
año pasado y este logró éxito en la prueba de lanzamiento bajo agua del cohete
balístico del submarino estratégico, arma de nivel mundial con la que puede
golpear y aniquilar en cualquiera zona marítima a los que intentan atentar
contra su soberanía y dignidad.
Colocada
ya en la posesión de la potencia ideológico-política y la militar, da grandes
saltos para ser potencias científico-tecnológica, económica y civilizada,
orientando la causa de la independización del mundo.
Esta
es la actualidad de Corea que un siglo antes, por haber sido impotente de
defender a sí misma, se vio despojada de su estabilidad por los agresores y
perdió su color en el mapamundi.
La
predicción de Tagore fue comprobada por la realidad.