Se trata del 25 de agosto (de 1960), día cuando Kim
Jong Il (1942-2011), eterno Presidente del Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea,
inició la dirección sobre la revolución mediante el Songun (priorización de los
asuntos militares).
Ese día realizó la visita de trabajo a la División Guardia
de Tanques 105 “Seúl” Ryu Kyong Su del Ejército Popular de Corea, lo cual fue,
de veras, un acontecimiento de gran trascendencia, una manifestación muy
significativa de la máxima del que se encargaría de Corea y de la manera a la
que él se recurriría para conducir el país y el pueblo.
Desde aquel día hasta el último momento de su vida
visitó a más de 5 200 unidades de las fuerzas armadas (más de 20 veces a la susodicha
división que simboliza la dirección sobre la revolución mediante el Songun).
Fue tiempo en el que convirtió al EPC en un ejército poderoso, invencible, y
fortaleció plenamente el poderío militar del país con aquel como núcleo,
preparando la inmutable garantía militar para la victoria de la causa
socialista.
Siempre concedió importancia al fortalecimiento de la
potencial ideo-política y técnico-militar del Ejército Popular y se empeñó en
hacer de esto un ejército poderoso, invencible.
Concentró fuerza, ante todo, en capacitar plenamente a
los comandantes y otros miembros de plana mayor del Ejército Popular. Y orientó
a todos los militares a que se prepararan como fidedignos defensores de la
causa socialista y bravos guerreros capaces de combatir uno a cien enemigos.
Durante su visita a varias unidades y subunidades de ejército, arma y
especialidad, conoció de su preparación para el combate y enunció originales
orientaciones y vías para resolver problemas estratégicos y tácticos de la
guerra moderna. Su propia idea y teoría militar, extraordinaria perspicacia,
análisis y juicio, conocimientos militares acabados y pericia en todas las
materias y esferas militares, hicieron posible fortalecer notablemente al
Ejército Popular.
Kim Jong Il prestó profunda atención también a la
modernización del armamento del Ejército Popular. De acuerdo con el actual y
rápido desarrollo de las ciencias y la tecnología militares, dispuso poner
primordial empeño en el remozamiento del armamento e hizo tesoneros esfuerzos
para fomentar la industria de defensa nacional. En su interminable visita de orientación
a las fábricas de la industria militar logró que aun en cualesquier condiciones
difíciles normalizaran la producción, que elaboraran en gran cantidad varias armas
de última palabra, en virtud de lo cual el EPC se ha previsto no solo de los
medios tácticos necesarios para la defensa y el ataque en la tierra, el mar y
el espacio aéreo sino de los estratégicos.
El ejército coreano, preparado como fuerzas armadas
élite, tanto desde el punto de vista ideo-político y el estratégico-táctico
como desde el técnico militar, siempre salió victorioso, como el caso del
“Pueblo” (barco espía armado norteamericano) del enero de 1968, el del “EC-121”
(avión espía estadounidense de gran envergadura) del abril de 1969 y el
Panmunjom del agosto de 1976. Como muestran los hechos, en cualquier lugar,
fuere el mar o el espacio aéreo o la tierra, el EPC castigó implacablemente a
Estados Unidos. A finales del siglo pasado cuando en varios países el socialismo
se desplomaba sin, diríase, disparar ni un fusil, como firme partidario del
socialismo y fidedigno defensor de este, tajantemente puso al traste con la
ofensiva antisocialista de las fuerzas aliadas imperialistas.
Kim Jong Il abrió una nueva era de la construcción de
un Estado socialista, poderoso y próspero.
Además de haber logrado defender el socialismo en las
difíciles condiciones, convocó a su ejército y pueblo a alzarse con redoblado
ánimo en la referida obra. Orientó al Ejército Popular a que tomara la
delantera también del empeño para la misma obra. Indujo a los militares a que
bajo el lema “¡Encarguémonos tanto de la defensa de la patria como de la
construcción socialista!” y con osadía superaran contratiempos y dificultades,
hicieran gestas heroicas en la construcción socialista, y a los civiles a que
aprendieran del espíritu revolucionario de aquellos y registraran grandes
innovaciones y saltos en todos los campos de la construcción de un Estado
poderoso y próspero, abriendo una pletórica era de esta construcción aun frente
a la extrema ofensiva de los imperialistas. Todas las tierras cultivables
fueron extendidas y estandarizadas a la altura del país socialista, y por
doquier la economía resucitada y modernizada. En todo el país se produjo la
alta fiebre de la aplicación del control numérico por la computación y la
revolución industrial de la nueva centuria. Corea avanzó con denuedo para ser
potencia científico-técnica y la económica.
Las maravillas acaecidas en Corea sustentada en la
unidad monolítica, autodefensiva e invencible y que se hace poderosa y próspera
en virtud de la revolución industrial de la nueva centuria, son inconcebibles
al margen de la dirección impregnada del Songun de Kim Jong Il.
Sus méritos que con la destacada y probada dirección
basada en el Songun preparó la indestructible clave para la eterna prosperidad
del país, la nación, perdurarán junto con el Día del Songun.