Para la República Popular Democrática de Corea
el 27 de julio es día significativo, porque el mismo día de hace 61 años, en
1953, Estados Unidos que se jactaba de su “supremacía” en el mundo se rindió
ante el pueblo coreano.
Día de la victoria
A la madrugada del 25 de junio de 1950, Estados
Unidos, con la ambición de ampliar el trampolín para tomar el dominio del
mundo, instigando al ejército surcoreano, desató una guerra en Corea.
Movilizó no solo sus huestes sino también las
de 15 países seguidores, Sudcorea e incluso los restantes del antiguo ejército
japonés, en total más de 2 millones de efectivos. Estrenando la hostilidad
fanfarroneó que el destino de Corea “sería decidido en las 72 horas”.
Pero la contienda dio pie a un suceso que sería
inscrito con letras mayúsculas en la historia de la guerra de la humanidad.
La parte estadounidense perdió en la guerra de
3 años más de 1,567,120 efectivos entre muertos, heridos y capturados,
incluidos más de 405,490 norteamericanos, más de 12,220 aviones, más de 3,250
tanques y carros blindados, 13,350 camiones, más de 560 buques, más de 7,690
cañones, más de 925,150 armas de tiro y gran cantidad de materiales bélicos,
casi 2,3 veces más que la sufrida durante la Segunda Guerra Mundial, en la
guerra del Pacífico de 4 años. Fue la primera derrota para Estados Unidos que
alardeaba de que después de fundado no había salido vencido ni una vez en más
de 110 guerras agresivas.
La RPD de Corea, país oriental no grande, fue
el primero del mundo que venció a las fuerzas multinacionales puestas de casco
de las “tropas de la ONU” que se habían lanzado sobre la misma, fue autor de un
mito.
El ejército y el pueblo de Corea vencieron la
superioridad numérica y tecnológica del enemigo con la ideológica y la
estratégico-táctica. Las sagaces estrategias y tácticas como la inmediata y
decisiva contraofensiva del Ejército Popular de Corea, la temporal retirada
estratégica y la formación del potente segundo frente sustentado en el ejército
regular, y la activa defensa apoyada en las posiciones y los originales métodos
de combate, entre otros el combate apoyado en túnel, la emboscada y los
movimientos de los grupos de caza de los aviones y tanques y los
francotiradores, despedazaron completamente la superioridad técnica militar del
occidente.
Estados Unidos por fin, el 27 de julio de 1953,
se vio obligado a poner firma en el acuerdo de armisticio que fue para él el
acta de capitulación. “Esto es trágico, doloroso”, confesó ante la radio
Eisenhower, el entonces presidente norteamericano, a 59 minutos de la
conclusión del mencionado acuerdo.
El mismo día fue para el pueblo coreano que
rompió el mito sobre la “invencibilidad del imperio” y defendió la libertad y
la independencia de su país día de la gran victoria.
Historia de la victoria
Estados Unidos, lejos de sacar debidas
lecciones de la pasada guerra coreana, también después del cese al fuego
perpetró sin cesar provocaciones militares, agravando la situación en la
Península Coreana, cuya prueba representativa es el incidente del “Pueblo”,
barco espía armado estadounidense, data del enero de 1968, que llamó la
atención del mundo.
Cuando el barco fue capturado en las aguas
territoriales de la RPD de Corea, Estados Unidos concentró gran cantidad de
fuerzas armadas en el contorno de la Península Coreana, armando alboroto como
si de inmediato desencadenaría una guerra. Sus politicastros exigieron que
Corea pidiera perdón y devolviera la nave, intimidándola que de no hacerlo,
aplicaría bombas atómicas.
Se le enfrentó Corea con la disposición a
responder “¡A la ‘represalia’ con la represalia y a la guerra total, con la
guerra total!”, preparándose para el choque con el imperio, quien abatido, no
pudo menos que rubricar un documento en el que se disculpó dócilmente ante el
mundo del espionaje y las hostilidades del “Pueblo” y garantizó que dispondría
que ningún barco invadiera en las aguas jurisdiccionales de la RPD de Corea.
Lyndon Jonson, presidente norteamericano,
calificó el documento como la “primera carta de excusa de Estados Unidos”.
Las sucesivas provocaciones del imperio contra
Corea, entre otras el caso del “EC-121”, avión espía estadounidense de gran
envergadura en abril de 1969, el “Panmunjom” en agosto de 1976, la “primera
crisis nuclear en la Península Coreana” (1993-1994) y la otra “crisis nuclear
en la Península Coreana” en la nueva centuria, llevaron la Península al borde
de la guerra, pero todas, sin excepción alguna, terminaron con la derrota de
Estados Unidos, es decir con la victoria de Corea.
También en estos últimos tiempos Estados
Unidos, movilizando submarinos nucleares y gran cantidad de fuerzas armadas y
equipos bélicos, perpetran junto con Sudcorea ejercicios militares conjuntos
“Key Resolve” y “Foal Eagle” y otras provocaciones.
La RPD de Corea reacciona con dureza a esto,
cuya prueba elocuente es el lanzamiento de los cohetes realizado hace poco
frente a la cada vez más agravante hostilidad a ella misma de Estados Unidos y
sus simulacros de guerra nuclear.
“¡Al atentado, con inmediato contragolpe y a la
guerra agresiva, con la justa guerra para la reunificación de la patria!”, esta
es la posición de principios y la firme voluntad del ejército y el pueblo de
Corea.
Corea no habla por hablar y pone frente al arma
nuclear, al misil de Estados Unidos y otras fuerzas hostiles el mismo tipo de
armas.
En el interminable enfrentamiento con Estados
Unidos siempre la RPD de Corea saldrá
victoriosa y el 27 de julio será para ella.