lunes, 17 de marzo de 2014

El Comité de Defensa Nacional de la República Popular Democrática de Corea hizo pública el día 14 la declaración siguiente:



En el transcurso del tiempo, se va cambiando la época.
    Por doquier del mundo desaparecieron hace mucho tiempo las ruinas dejadas por la Segunda Guerra Mundial.
    Sólo en la Península Coreana continúa la división territorial y nacional y reinan permanentemente la tensión militar y el peligro de guerra.
    Esta situación se debe enteramente a la bandidesca política hostil a la RPDC de Estados Unidos.
    Esta política sigue invariable a pesar del cambio sucesivo de los inquilinos de la Casa Blanca desde la administración Truman, involucrada directamente en la división de Corea, hasta la actual de Obama.
    Al contrario, se enmienda y se complementa adquiriendo la hostilidad cada día más fuerte.
    En estos días, se tornan intolerables la política de EE.UU. para exterminar políticamente a la RPDC, aislarla económicamente y aplastarla militarmente y los movimientos consiguientes.
    La "sanción" y el "aislamiento y bloqueo" de EE.UU. y sus abiertas amenazas militares, que se cometen cuestionando el disuasivo nuclear de autodefensa de la RPDC, lleva la situación de la Península Coreana al borde de guerra de imprevisible desenlace. Además llega al extremo pasando el límite alarmante la ofensiva de "DDHH" contra la RPDC que se amplía con datos inventados.
    Hace unos días, el Departamento de Estado de EE.UU. cometió en un lugar oficial el acto provocador de criticar el resultado de las recientes elecciones de diputados a la Asamblea Popular Suprema de la RPDC diciendo que "no pueden ser el modelo de democracia" y "es dudosa" la votación a favor en cien por ciento.
    EE.UU. es precisamente el que ha venido pisoteando atrevidamente la soberanía de la RPDC, considerada como vida, provocando los quehaceres del ejército y el pueblo como "provocaciones" y "amenazas" y es el enemigo jurado que actúa absurdamente para destruir la idea y el régimen de la RPDC.
    Al respecto, reflejando la unánime voluntad del partido, el Estado, el ejército y el pueblo de Corea, el Comité de Defensa Nacional de la RPDC expone al interior y al exterior del país la posición de principios sobre la política hostil de EE.UU.
    1. Antes de tardar por más tiempo, EE.UU. deberá tomar la decisión política de abandonar su política hostil anti-RPDC y todas las medidas concernientes.
    La política hostil anti-RPDC de EE.UU. es la más brutal encaminada a destruir la idea y el régimen de la RPDC con la democracia al estilo norteamericano y la economía de mercado y ocupar con las fuerzas militares agresivas toda la nación coreana y todo el territorio de Corea.
    Para realizar tal siniestro intento político, EE.UU. califica atrevidamente a nuestro país de "provocador" y "blanco peligroso" con la norma y principios unilaterales y egoísta al estilo yanqui y eleva el grado de "sanción" y "aislamiento y bloqueo" movilizando todas las fuerzas malsanas.
    Desde el principio, EE.UU. es la banda de gángsteres que si bien son provocadores y agresores más descarados y autores principales de guerra y destrucción, culpan a otros inocentes y se portan siempre como ángeles de paz.
    Disfraza su política exterior y estrategia de carácter agresivo usando expresiones elegantes como "paz", "democracia", "disuasivo", "reacción rápida" y describe sus abiertos ejercicios de guerra como "defensivos" y "anuales".
    Hace poco, en un lugar oficial, el secretario de Estado Kerry ofendió a la RPDC calificándola como "país del mal", "lugar perverso" y "país cerrado" y dijo que se debe doblegarla y hacer "posible la diplomacia mediante la presión y la sanción".
    A principios de marzo pasado, el ex presidente norteamericano Bush dijo en Seúl a unos "fugitivos norcoreanos", escorias humanas, que no deben dejar así nuestro régimen, al cabo de elogiarlos como "héroes".
    Quizás surta efecto tal conducta arrogante de EE.UU. en otros continentes y países, pero no será aceptada nunca por nuestro país, ejército y pueblo que aprecian la soberanía como su vida.
    Antes de afrontarse con las consecuencias catastróficas que se emanen su anacrónica política hostil anti-RPDC, sería mejor que abandone por sí mismo todas las medidas injustas.
    2. EE.UU. no deberá portarse neciamente chismeando atrevidamente que la "renuncia primero de armas nucleares" es el "principio fundamental" de la política hostil anti-RPDC al tener un correcto criterio y posición en cuanto al disuasivo nuclear de la RPDC.
    Como hemos aclarado en varias ocasiones, el problema nuclear de la Península Coreana surgió cuando EE.UU. introdujo sus armas nucleares en el suelo surcoreano en la década de 1950.
    En aquel entonces, ese país actuó arrogantemente diciendo que "no negar ni reconocer es la política nuclear de Estados Unidos de América".
    Introdujo en secreto más de mil ojivas nucleares y los medios de lanzamiento y los desplegó por doquier del territorio surcoreano.
    Después, crea escollos artificiales a la desnuclearización de la Península Coreana despachando al aire, la tierra y el agua jurisdiccionales de nuestro país los medios de ataque nuclear de diferentes tipos y ampliando escalonadamente la amenaza y chantaje nucleares.
    Bajo tal situación, nos vimos obligados a poseer el disuasivo nuclear de carácter autodefensivo para defender la soberanía del país y la nación.
    No ocultamos que EE.UU. es el blanco principal de nuestros medios de ataque nuclear ya diversificados.
    No cesarán los esfuerzos del ejército y pueblo coreano de lograr la desnuclearización de la Península Coreana tomando como cuestión fundamental dar el punto final a la amenaza y chantaje nucleares de EE.UU. contra la RPDC.
    Ahora, el imperio norteamericano sigue chismeando que no "reconoce" la posesión de armas nucleares de la RPDC y que "habrá el diálogo y mejora de relaciones EE.UU.-RPDC" cuando ésta tome primero la medida práctica de renunciar sus armas nucleares.
    EE.UU. debe saber correctamente que el disuasivo nuclear de la RPDC no es el medio de negocios y regateo a usarse para el diálogo y el mejoramiento de relaciones.
    Además no es el medio fantasmal que desaparece si el imperio no lo "reconoce" y existe si lo "reconoce".
    El imperio recurre a la llamada "estrategia de paciencia" deseando que la RPDC tome primero las acciones, pero tal resultado nunca le tocará a ese país norteamericano.
    Al contrario, la RPDC tiene el cálculo de esperar con paciencia hasta que entre en la Casa Blanca el quien tenga una normal visión y reflexión realistas.
    El imperio debe tener presente que mientras siga aferrándose a la amenaza y chantaje nucleares, los uniformaos y civiles de la RPDC lucharán de continuo por intensificar el disuasivo nuclear autodefensivo y tomarán sucesivamente las medidas adicionales para demostrar su poderío.
    3. EE.UU. deberá poner fin de inmediato a la campaña de "DDHH" anti-RPDC iniciada como parte de nueva política hostil contra ella.
    No habrá en el mundo otro lugar como el régimen socialista al estilo coreano centrado en las masas populares donde están garantizados los derechos humanos.
    Por supuesto, todavía no vivimos acomodados como otros.
    Pero, el ejército y el pueblo de la RPDC no envidian la corrupta sociedad capitalista como EE.UU. donde los ricos se hacen cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, prevalecen la ley de selva y las arbitrariedades y se violan flagrantemente los verdaderos derechos humanos.
    Consideramos como dignidad y orgullo más grandes vivir en el mundo de gran júbilo haciendo realidad el maravilloso proyecto de construir un paraíso con las fuerzas propias.
    Pero, EE.UU. suele calumniar injustamente a la RPDC utilizando expresiones como "peor infierno para los DDHH" y la "sociedad oscura de DDHH".
    El problema es que la brutal campaña de DDHH anti-RPDC es el complot en que se citan las declaraciones histéricas y repugnantes de las escorias humanas que tras cometer maldades e infamias en su país y tierra natal, huyeron al Sur de Corea siendo abandonadas hasta por sus familiares y parientes.
    ¡Cuán ridícula es la conducta del país grande (EE.UU.) que calumnia junto con esa chusma la dignidad de la RPDC! Es otra tragicomedia del siglo 21.
    Se dice que sobre DDHH hay el poder estatal.
    Por lo tanto, también EE.UU. rechaza sin titubeo a las fuerzas que se oponen al Estado y dan peligro a su existencia y tiene mayor número de encarcelados en el mundo.
    Tampoco hacemos caridad ni tolerancia a las mínimas fuerzas malsanas que atentan la ideología y el régimen, optados por si mismo por el pueblo, dueño del poder.
    Es que ellas son residuos de nuestra sociedad.
    Sería mejor para EE.UU. limpiarse primero su nariz antes de censurar a otros.
    La vieja política hostil anti-RPDC de EE.UU. no evitará el fracaso final porque da espaldas a la tendencia de la época y no comprende a la contraparte.
    Esto es la verdad que ha enseñado la historia.
    Mientras EE.UU. esgrima más su bandidesca insistencia para realizar su ambición de lograr la renuncia del disuasivo nuclear de la RPDC, calumnie de la peor manera el prestigio y el régimen de ésta y lleve intencionalmente a la fase de guerra la situación de la Península Coreana difundiendo el injusto rumor de "provocación" y "amenaza" provenientes de la segunda, el imperio será empantanado cada vez más en las contradicciones y se tornará más tenebroso y trágico su futuro ya en decadencia.
    Abandonar cuanto antes su vieja política hostil anti-RPDC y establecer la nueva política real será útil no solo para intereses nacionales de EE.UU. sino que también para la seguridad de su territorio propio.
    El imperio norteamericano debe apreciar serenamente la realidad y tomar la decisión política adecuada a la situación general.
    Convencidos de la victoria final, el ejército y el pueblo de la RPDC frustrarán sin falta la política hostil anti-RPDC de EE.UU.